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Olor fétido cubre Coronel y hallan toneladas de jibia podrida acumulada en terreno baldío tras incendio
“No puede ser el olor que hay en Coronel, me voy a morir”, protesta en twitter una persona, que se suma a las críticas y alerta ciudadana por el mal olor a pescado que se ha sentido por estos días en esa ciudad, y en su vecina Lota.
Las denuncias comenzaron ya en enero y a ellas se sumó un hallazgo en los últimos días: un incendio al interior de un predio privado dejó al descubierto más de 70 toneladas de jibia podrida que yacían abandonadas en su interior.
“Es totalmente putrefacto el olor que se siente en el terreno. Esto es con lo que han tenido que convivir los vecinos del norte de Coronel, sumado a los malos olores que emanan de las industrias pesqueras del sector”, criticó el alcalde de la comuna, Boris Chamorro.
Además anunció que se instalaría un cierre perimetral y se presentarían denuncias por infracción ante la Superintendencia de Medio Ambiente, y por delito ambiental ante la Bridema de la PDI. La directora de Medio Ambiente de la comuna explicó que este tipo de olor genera náuseas, irritación, fatiga e insomnio.
Coronel y el olor a pescado
El olor emanado por el incendio se suma a la situación de largo plazo del olor por el que se apunta a la industria pesquera de la zona, y las plantas procesadoras que fabrican harina de pescado.
Según datos de la Seremi de Salud y la de Medio Ambiente, se han recibido al menos 350 denuncias por malos olores en lo que va del año, y ha habido 5 inspecciones. Incluso se abrió un sumario contra una pesquera, pero las autoridades no darán el nombre de la empresa ya que todavía está la investigación abierta.
La situación se da a pocos meses de que se aprobara en el país una nueva norma de olores, regulando esta vez al sector pesquero. La norma regula a 23 plantas de harina y aceite de pescado, que en su mayoría se ubican en la región del Biobío.
De forma gradual, las empresas deberán instalar las mejores tecnologías disponibles para reducir la emisión de sustancias que generan mal olor y mejorar las prácticas operacionales para evitar fugas. Se establece una meta de reducción de 70% en las emisiones con olor en los próximos cuatro años.
Esta norma surge justamente como un compromiso con Coronel, establecido en el Programa para la Recuperación Ambiental y Social de la comuna, donde la contaminación por olores de las pesqueras ha sido constante, y se suma a los graves problemas de salud ocasionados por las emisiones de las termoeléctricas a carbón.