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Con fallo vecina logra bajar volumen de cultos nocturnos de iglesia evangélica: Denunció por 3 años ruidos molestos
Por casi tres años, un grupo de vecinos del sector de calle Roberto Espinoza, en Santiago, vivió una lucha constante contra el ruido que generaban las actividades de una iglesia evangélica.
Según se puede apreciar en el fallo judicial, aseguraban que los cánticos, gritos y música amplificada de las ceremonias religiosas, especialmente las vigilias nocturnas de los viernes, afectaban su calidad de vida, impidiéndoles descansar y generándoles estrés.
Según denunciaron, estas actividades se extendían hasta altas horas de la madrugada, dificultando el sueño y la tranquilidad en el sector.
A pesar de presentar denuncias ante la Municipalidad de Santiago, las fiscalizaciones y sanciones aplicadas no lograron frenar las molestias de manera definitiva.
En enero de 2024, una inspección municipal confirmó que el nivel de ruido en el lugar superaba los límites permitidos, pero los vecinos aseguraban que la situación seguía igual.
Por ello, en octubre de ese mismo año, decidieron presentar un recurso de protección en la Corte de Apelaciones de Santiago para exigir medidas más drásticas.
Luego de analizar el caso, el tribunal falló a favor de los vecinos y ordenó a la iglesia Ministerio Evangélico Cruzada de Poder limitar el volumen de sus actividades para que no sobrepase lo permitido por la ley.
La Corte determinó que los ruidos molestos afectaban el derecho de los residentes a vivir en un ambiente tranquilo y libre de contaminación acústica.
Sin embargo, el tribunal rechazó la solicitud de los vecinos de revocar la patente comercial de la iglesia, señalando que esa decisión corresponde a la Municipalidad y no a la Corte.
También concluyó que, aunque en algunas fiscalizaciones los niveles de ruido se encontraron dentro de los rangos permitidos, existían antecedentes suficientes para determinar que, en varias ocasiones, el volumen había sido excesivo.
Desde el municipio, defendieron su actuación, asegurando que han realizado fiscalizaciones y sanciones cuando ha sido necesario.
La iglesia, en tanto, argumentó que ha tomado medidas para reducir el ruido, como instalar una barrera acústica y ajustar algunos horarios de culto.