Lalo Meneses a 35 años de Panteras Negras: "Ni los fachos ni los de izquierda tienen ideales hoy, son puras bolsas de empleo"
El Hip-Hop puede definirse como una cultura que une elementos como el breakdance, rap, grafiti y DJ, bajo valores de solidaridad. Una unión entre jóvenes de barrios lejos del centro del poder social, cultural o político, con el deseo de expresar quiénes son y su disgusto frente a la realidad.
Bien lo sabe Lalo Meneses -aka Lalo Bakán Primero aka LB-1-, fundador de la mítica banda chilena Panteras Negras. Cuando vio en la televisión a color allá por el 84' cómo un grupo de jóvenes hacía nuevos pasos de baile y decidió imitarlos por las calles de Renca, o cuando se decidió a rapear letras como: "más marginales que tu abuela/ los Panteras Negras hoy están/ cantando desde la basura/ para contarte su verdad/ con sonidos de la calle/ para que sepan todos los que escuchan/ que somos de una población", o durante el 2011 cuando realizaba un programa sobre el género en Radio Uno y pudo ver de primera mano cómo impactó en nuevos jóvenes el trabajo pionero que realizó, o incluso hoy realizando talleres de Hip-Hop para niños en su comuna natal.
Esa quizás es la mejor definición que se pueda hacer del género, esa cultura llegada desde Estados Unidos, la cual la dictadura no pudo ver su potencial subversivo, ni algunos círculos de izquierda tampoco, pero que en Chile tomó forma y se expandió gracias al trabajo de Panteras Negras por "chilenizar el rap, meter el coa en las canciones, hacer que la gente del barrio se sintiera identificada con lo que cantábamos" hace ya 35 años.
"Para nosotros hacer Hip-Hop era nuestra forma de resistir. Mientras otros cabros caían en la delincuencia, nosotros encontramos en el baile y el rap nuestra salvación", asegura Lalo Meneses en entrevista con El Desconcierto.
Más de tres décadas de carrera que se celebrarán el 31 de enero en el Teatro Cariola, en la que será la última oportunidad de verlos como grupo, porque como postearon en su Facebook, "ahora somos adultos, caminando hacia el otoño con el corazón tranquilo, porque la misión se hizo y se cumplió con honor, con dignidad".
Los inicios (1984-1988)
-¿Cómo recuerdas los inicios de Panteras Negras hace 35 años, vivir en Renca en plena dictadura, y esos primeros encuentros con el Hip-Hop a través del breakdance en la televisión?
Tengo un recuerdo infantil porque era muy chico, tenía 14 años cuando empecé a estar más ligado al breakdance. Hay una parte de la historia de Panteras Negras que tiene que ver con infancia, adolescencia y juventud, sobre todo en el inicio hasta los 22-23 años, cuando recién empezamos a entender la responsabilidad de tener una banda. Antes de eso era puro ímpetu juvenil.
El dominar un talento, un arte en el barrio, nos dio respeto y protección. No éramos cualquiera, éramos los cabros que hacíamos Hip-Hop y bailábamos breakdance. Estábamos en una posición de no ser hueones (sic) negativos de la calle. No estábamos metidos en drogas ni en el robo. A pesar de convivir con eso en el barrio, tratamos de construir nuestra vida a través del Hip-Hop.
-¿Cómo fue la transición del breakdance a hacer música?
Lo más importante es hablar de la realidad que vivimos. Empezamos a hacer rap a partir de que bailamos breakdance, primero como juego antes del documental de 1988 que nos hizo ser un poco más conocidos. Nuestra forma inicial de hacer rap era tomar instrumentales de breakdance o rap que escuchábamos para bailar. Los sacábamos de casetes que comprábamos o regrabábamos.
En esos casetes había instrumentales largos y nosotros, por una radio doble casete, empezamos a hacer loops manualmente de casete a casete. Hay un demo que encontré hace unos años en la casa del primer DJ, que lo hacíamos con puras instrumentales de Run-DMC, Beastie Boys, LL Cool J. Ese demo tiene las mismas canciones que salieron después en el disco "Lejos del Centro".
Le mostré ese material a Pedro (Foncea de De Kiruza) y él, en un gesto muy personal, me regaló una batería. Don Pedro, su papá, también nos apoyaba mucho y nos invitaba a telonear shows de De Kiruza. Así empezamos a tocar como teloneros en muchos shows durante 1988, lo que nos dio visibilidad y contacto con el mundo político.
-La primera presentación de Panteras Negras fue en una actividad del Frente Patriótico Manuel Rodríguez. ¿Cómo fue la recepción en los círculos de izquierda de jóvenes de Renca haciendo Hip-Hop, considerando las implicaciones que tenía en esa época ser visto como música "del imperio"?
Era un cabro chico cuando participé en esa actividad. Veía a los militantes de izquierda, algunos eran mis vecinos pero eran los encapuchados. Había un respeto hacia ellos. En ese tiempo, 1988, ya había ocurrido el atentado a Pinochet y varios ajusticiamientos que el Frente le hizo a gente de la CNI o generales que estuvieron en la DINA. Para cualquiera, el Frente era un grupo que hacía justicia en un país donde había un pueblo que no gobernaba.
En mi población el Frente repartió muchas veces comida y ropa. Fuimos al camión cuando llegaba. Hoy quizás se vería de otra forma, pero en ese momento era lo único que había. Que llegara a un barrio con zapatillas de todos los números para tu cabro chico, para ir al colegio, o para tu señora, o que te pasaran cinco pollos, era una salvada total.
Hay que entender que en las poblaciones cuando la gente tomaba Coca-Cola era solo a fin de mes y cuando comía carne era cuando le pagaban al papá o la mamá. No se comía carne como hoy. En ese evento yo toqué con la inocencia de que estábamos tocando en una cosa del barrio, era en la esquina de mi población, estaba lleno de vecinos. Los que estaban conmigo desde antes bailaban breakdance mientras nosotros cantábamos. Para nosotros fue como una toma de territorio frente a nuestra comunidad.
La primera escena del Hip-Hop chileno (1988-1993)
-¿Cuándo sientes que empieza a moldearse la escena del Hip-Hop chileno?
Ese es un tema que se celebra harto. En las poblaciones, la gente o los cabros que organizan, o las mismas empresas que hacen competencias de rap, celebran los 40 años del Hip-Hop en Chile desde 1984. Pero yo creo que en ese momento no había ningún tipo de conciencia que tuviera que ver con el Hip-Hop como cultura, entenderlo como lo vivían los gringos.
Yo creo que eso realmente empieza a ocurrir a mediados de los 90, específicamente entre 1994 y 1995. Se celebra un hito muy fome pero es la realidad: la llegada de las películas "Breakdance" y "Beat Street". La primera es muy Hollywood y la otra es más política donde se muestra la vida en el Bronx. Los canales de televisión trajeron bailarines gringos y había programas que enseñaban los pasos. Durante dos o tres meses tuvimos en las dos pantallas de los canales importantes concursos y videos. Eso hizo que en todos los barrios populares los cabros bailaran breakdance.
La consolidación del rap en Chile (1994-2000)
-¿La consolidación del Hip-Hop como cultura entonces la ubicas a mediados de los 90?
Claro, cuando hay una conciencia y no solo eso, sino que también empiezan a haber discos. La gente que quería hacer rap se dedicó a juntar plata o tratar que los ficharan en un sello. Los breakers empezaron a ir a regiones a competir, se organizaron torneos. Los grafiteros dejaron de ser una cuestión ocasional y empezaron a organizarse para comprar pintura. Se empieza a desarrollar cada escena y una conciencia de que se pertenece a una cultura.
Anteriormente estábamos todos medio separados. Obviamente podríamos decir que desperté al hip-hop en 1984, pero no lo viví plenamente hasta los 90. A partir de 1994, hay dos protagonistas en la parte del rap: los Panteras Negras y La Pozze Latina. Nosotros fichamos con Alerce en 1993 y habíamos hecho un disco independiente en 1990
-En ese momento surge también una escena underground. ¿Cómo fue ese proceso?
En el 94' había toda una escena underground de raperos y raperas a la que yo me vinculé rápidamente. Por un lado estaba La Pozze Latina, que era el grupo comercial de Jimmy (Fernández) que tenía mucha radio y estaba tocando en La Reina y en todos lados, y nosotros tocábamos puros eventos con punk en el barrio. Pero había un underground y nos vinculamos a ese underground en un colectivo que se llamó La Coalición.
Ese underground tenía artistas como Tiro de Gracia, Los Incultos, los M16 y un montón de bandas que cambiaron sus nombres y después se transformaron en lo que algunos son hoy día. Salió Myzty-K, por ejemplo, que es de Mamma Soul. La Coalición era un piño que se armó porque Panteras empezamos a decir "invitemos a estos huevones (sic) que están cantando ahora". Foncea también se sumó y así se fue armando una escena donde ya no se visualizaba solo a los Panteras.
-¿Sientes que el rap para ser rap tiene que ser underground? En varias escenas estaba muy presente esa importancia de que uno tenía que ser "real" para hacer rap.
Eso no es underground, sino más bien parte del folclor propio del rap. El rap underground es una cosa, existe rock underground, punk underground, electrónica underground. Underground es estar en los escenarios de barrio y en los escenarios más humildes, que tienen un contacto con el público por la forma en que se hacen: en gimnasios, en las calles, no son eventos donde se lucra.
Pero el rap en el mundo no es underground, porque es un género que lo encuentras en Spotify. El rap es una música mundial y a veces tiene momentos pop. Yo escucho por ejemplo un grupo francés que se llama Lacrim que aquí puede ser underground, pero en Francia están con Warner y son mundiales. El rap está siempre, hay momentos en que se sumerge como cultura, se ennegrece, se vuelve a hacer de gueto como ahora y después tiene momentos que saca cosas más pop.
La nueva generación del rap político (2006-2012)
-Alrededor de 2009-2011 había una nueva camada de rap chileno que fue muy popular. Pienso en Portavoz que venía de Salvaje Decibel, Liricistas, Movimiento Original. ¿Qué recuerdos tienes de esa época?
Esa es una muy buena época del rap para describirla, que se acumuló en los 2000 y tiene una alta influencia del rap de los españoles que era muy bueno: Violadores del Verso, Frank T, La Mala Rodríguez, SFDK. Fueron una gran influencia para esa generación. Yo los quiero a todos esos cabros, los conozco a todos, y en sus versos y en sus rimas noto esa influencia de los españoles muy fuerte.
-¿Cómo lo viste desde el programa que hacías en Radio Uno en esa época?
Yo empecé en el 2011 a hacer un programa de radio en Radio Uno que duró 5 años, que se llamaba "Ritmo Perfecto". Se hacía con un fondo de las Escuelas de Rock, teníamos como 24 programas, un programa semanal. Empezamos con la premisa de tocar solo rap chileno, ni español ni inglés. Tuvimos que sumergirnos en ese underground, me llegaron más de 300 CDs autoproducidos entre los cuales están Portavoz, Los Liricistas, Movimiento Original.
Cuando estaban haciendo la serie "El Reemplazante" de TVN, Iván Álvarez de Araya, que era el profe Charlie, nos empezaron a llamar y pusieron toda la banda de Ritmo Perfecto en la versión televisiva. Ana Tijoux, Portavoz y Movimiento Original fueron los que sacaron todo eso que se jugó desde los 2000 en distintas formas. La Ana como una rapera ya connotada, el Andy como un representante de los cabros activos en la política, y los Movimiento Original como cabros que hacían rap, que tenían también una conciencia de clase pero que se daban el lujo de hacer bonitas canciones.
-¿Qué te provocó ver estas nuevas generaciones que tienen mucho de lo que realizaste con Panteras Negras? Pienso en ese disco "Escribo Rap con R de Revolución" de Portavoz.
Nosotros tenemos una cercanía con los cabros de Salvaje Decibel que es el grupo madre de Portavoz. Los conocemos de cabros y ellos nacieron en el underground que se movía detrás de los Panteras. Son muy poblacionales. De hecho, hicimos un Salvaje Decibel-Panteras una vez en Conchalí, muy underground, muy de la zona norte.
La zona norte del rap chileno se identificó con hacer rap político, a diferencia de otras zonas que hacían otro tipo más español o más personal. Teníamos una gran unidad con todos esos piños de lo que era tener una escena de rap de la zona norte, más combativo y más político. Ese disco fue un disco que impactó a todos los cabros. Mis hijos son de la edad del Portavoz y lo escuchábamos todo el día.
Estallido Social (2019)
-¿Y qué opinas de lo que acompañó musicalmente al estallido social? A diferencia del 2011, fue más la escena del trap, con canciones como las de Pablo Chill-E.
Me parece bien que el rap haya estado presente. Lo he vivido de una manera diferente. Creo que los empresarios de los medios han querido instalar la idea de que el estallido fue protagonizado por jóvenes. Sin embargo, esa narrativa no es real. El movimiento estaba compuesto principalmente por trabajadores adultos, mayores de 15 o 20 años.
-¿Qué artistas destacas de esa época del estallido?
Yo creo que hay tres artistas fundamentales para mí a partir del estallido. La banda sonora siempre fueron Los Fiscales Ad-Hok, Los Panteras, Ana Tijoux, la música de resistencia. Ahora claro, a esa música le puedes sumar a Mon Laferte y a Pablo Chill-E. Flor de Rap también se puede incluir ahí, es la esencia de lo que era tener conciencia de lo que estaba pasando.
-¿Qué te provocaron los dos intentos de cambiar la Constitución?
Igual tenía gente amiga metida ahí. Alguien por ahí me dijo "tú tienes que ser constituyente". No me interesé no por falta de capacidad, sino porque me rodeo de personas con perspectivas similares; compañeros de mi generación, comunistas antiguos, miristas, exiliados y estudiosos de la geopolítica.
Ahí tenías un personaje que estaba ofreciendo salud gratuita, no más AFP, no más carreteras concesionadas, los royalties mineros. Cuando uno realmente sabe de política, se da cuenta que esas son cosas vinculadas a un mercado. ¿Y tú regulas tu mercado? No, lo regulan desde afuera. ¿Cómo le prometes a la gente algo que tú no manejas?
Los royalties mineros ni se mencionaban en la nueva constitución. ¿Cómo iban a financiar la educación si no nacionalizaban el cobre realmente? Hicieron una especie de psicomagia electoral. Incluyeron personajes representativos como de dibujo animado: mapuches, un punky, un personaje gay, la tía Pikachu y el del matinal. Sin embargo, ¿dónde estaban los verdaderos representantes, los dirigentes sindicales, de juntas de vecinos, de colegios, de profesores y de la construcción?
El trap
-¿Cuál es tu opinión de la música urbana actual?
La tecnología e internet han abierto oportunidades para que los jóvenes hagan música. Siempre será mejor que un cabro se convierta en cantante de reggaetón, mambo o trap, antes que termine como un delincuente que arruine la vida de su familia.
La calle te va a matar, o te matan los pacos o te mata la cana. Así que si los cabros están cantando, haciendo música, eso es meritorio y habla también de una carencia del Estado. Todos estos gobiernos no han sido capaces de proteger a los niños porque esos cabros que hoy día cantan, los Polimá, los Pailita, los Marcianeke, esos locos hace 5 años eran unos niños y nadie los protegió.
Destaco por ejemplo a Pablo Chill-E que es como el que más lo veo avezado en sus letras, con una reflexión conectada con un barrio real. Como alguna vez fue Los Prisioneros con San Miguel o Sexual Democracia con Valdivia, tienen un territorio que respalda ese folclor.
Jorge González, amistad y amor por la música negra
-Tienes una relación cercana con Jorge González, ¿cómo se da aquello?
Para mí la relación con Jorge es una relación con un amigo más grande que yo. Si lo hubiera conocido en los 80', él estaba saliendo de cuarto medio cuando yo estaba entrando a primero medio. Lo conozco desde los 90', lo vi muchas veces y nos hemos encontrado profundamente. En este último tiempo, desde el estallido y la pandemia, Jorge me mandó un mensaje y ahí empezamos a visitarnos, a tener juntas semanales o mensuales.
Son reuniones de amistad, primero porque soy amigo de Jorge González. Conocemos nuestras familias, intimidad y problemas reales. Nos hemos abierto nuestros corazones. Con Jorge tengo una relación profunda de ser humano en la que hablamos de nuestros fracasos, nos cagamos de la risa o escuchamos música.
-¿Qué papel juega la música en sus conversaciones?
Siempre encuentro con Jorge para buscar la negritud de la música. Para mí fue sorprendente entenderlo cuando Jorge vivió en Estados Unidos, se empapó de la música de los negros, le gustó mucho el New Jack Swing y el rap. Tiene un conocimiento de la música negra mayor que el mío, es una biblioteca. Nos juntamos a compartir y a ver música, a analizar la historia de los precursores, cómo vivieron y cómo era la discriminación en la época que todo esto nació.
Jorge está siempre escuchando retro negro, mucho soul antiguo de Stylistics, Dramatics, los Isley Brothers que le encantan, y el rap de la mata: NWA, Ice-T, Public Enemy, Eric B. & Rakim. El rap de los 90 porque él, a pesar de que Los Prisioneros eran una banda de rock, ya estaba muy metido en lo que era la cosa electrónica y el mundo Hip-Hop.
-¿Sientes que Jorge González tiene el reconocimiento que merece?
Jorge fue una figura resistida y combatida por la derecha y por la concertación cultural. Los mayores escándalos, cuando la prensa más mal habló de Jorge, fue en los gobiernos de la concertación. Los medios que le pertenecen a los Edwards, a los Luksic, a los Matte, a los Piñera, nunca fueron amigos de Jorge.
Pero a pesar de toda esa negación, Los Prisioneros fueron famosos sin salir en la tele. Cuando sacaron "La voz de los 80", el que salía en la tele era Álvaro Scaramelli con Cinema. Y a pesar de no salir siempre estuvieron, generaron una cosa muy desde abajo. Aquí no hay un reconocimiento de un sector, hay un combate por ocultarlo.
Cuando pasen los años, y pasen 100 años y ya no estemos acá, Jorge González va a ser el artista más importante de Chile. El más importante, incluso superando a los viejos que son obviamente los mentores, la Violeta y Víctor. Los Prisioneros sacaban sus discos en plena dictadura, podían haber muerto por eso. Sus discos más potentes políticos los hicieron en dictadura. Jorge es un buscador, una persona muy atrevida, una persona que sin haber ido a estudiar música a un lugar, ha sido un estudioso de toda la música y con la generosidad de que rápidamente lo que dominaba, lo digería y lo sacaba para afuera.
-¿Cómo ves su estado actual?
Jorge, si bien es cierto estuvo con su salud complicada por mucho tiempo, está mucho mejor. Está haciendo un montón de actividades que yo no las puedo develar todas, pero está con harta terapia, está nuevamente creando, siempre ha estado ligado porque está todo el día oyendo. Ya está recuperándose 100%. Jorge es un mentor para muchas generaciones de todo tipo de música.
Política y cultura en el Chile actual
-¿Cuál es tu sensación de lo que ha sido el gobierno de Gabriel Boric?
Bueno, asombro. Por un lado, risa. Muchas risas. No podría decir que decepción es mi palabra porque si yo hubiera sido militante del Frente Amplio o del Partido Comunista tendría decepción. Pero yo no he militado en esos partidos así que no tengo decepción. Pero sí tengo bastante resentimiento y yo creo que en eso represento a un montón de gente.
En lo que a mí respecta, el tema de las AFP, mis viejos se murieron con pensiones mediocres y atendidos por la Fonasa más fea y trabajaron toda la vida. Eso va más allá de este gobierno, es una cosa de los ricos que manejan este poderito en Chile.
-¿Y el trabajo del Ministerio de Culturas?
En cultura es una risa. El Ministerio de Culturas, bueno, ya venía desde antes. Yo trabajo con fondos del Ministerio para los talleres y las escuelas de Hip-Hop que hacemos en los territorios, con presupuestos completamente mínimos, con presupuestos que realmente son un chiste. Por ejemplo, con lo que se gastaron en el catering para lo que hicieron de Mon Laferte en Ex- Cárcel en Valparaíso, yo hago escuelas de Hip-Hop en todo Chile un año.
-¿Qué opinas del sistema cultural actual de fondos concursables?
Los presupuestos que hay de estos concursos que hacen son una herencia de la dictadura. El concurso le da a ellos la posibilidad de tener tiempo, porque postulas, se devuelve un tiempo, se realiza en la interna y después te dicen. Es una forma de evadir responsabilidad política.
No logro entender qué intenciones tienen los políticos de hoy. Siempre fueron ambiciosos, pero hubo un tiempo en que la gente tenía ideales genuinos, fueran demócrata cristianos o incluso de derecha. Ahora estamos en una época donde ni los fachos ni la izquierda tienen ideales, son puras bolsas de empleo.