El comienzo de otro año puede ser sinónimo de nuevos comienzos y oportunidades. Considerando el incremento en la temperatura de la Tierra, los desastres naturales y el cambio climático, es importante realizar acciones capaces de aportar a la salud del planeta y reducir el impacto ambiental.

Si hay algo que es posible hacer dentro del hogar es el compostaje, proceso de descomposición bajo control de materiales orgánicos como verduras, frutas, cáscaras, pasto, hojas, entre otros materiales que generamos en nuestro diario vivir. 

Al apilar dichos restos, añadiendo agua y revolviendo para que se aireen, obtenemos compost. Este optimiza el suelo, posee un color café oscuro y tiene la apariencia de la tierra que se puede apreciar en suelos fértiles.

Beneficios para el medio ambiente

Dentro de los beneficios del compost se encuentra una menor la dependencia de fertilizantes químicos, cooperar en la recuperación de la fertilidad del suelo, mejorar la retención de agua y la proporción de nutrientes a las plantas.

Además de disminuir la producción de desechos, el compostaje también colabora en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero que inciden en el cambio climático.

Responsabilidad colectiva

Según el Programa para el Medio Ambiente de la ONU, el desperdicio de alimentos genera aproximadamente entre 8% y 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, mientras que la explotación de la tierra y los recursos hídricos sitúan en una encrucijada a la biodiversidad de forma preocupante.

Es un hecho que la pérdida de alimentos sucede de manera transversal, teniendo las corporaciones y empresas una cuota de responsabilidad, sin embargo, las personas pueden sumarse para enfrentar este escenario. Casi 570 millones de toneladas de residuos se producen en los hogares, por lo que la acción de los individuos es fundamental.

Preparando compost

Se requiere un espacio de 1 metro por 1 metro para apilar el material orgánico, el cual puede mantenerse dentro de una compostera o contenedor.

Lo ideal es agregar capas intercaladas de restos naturales y tierra de hoja, humedecer uniformemente con cierta frecuencia, que tenga buena ventilación y revolver la mezcla ocasionalmente para su óptima degradación.

Compost rápido: para obtener compost en 3 a 4 meses, junta un metro cúbico de material y pica todo en trozos menores a 5 cm. Revuelve la mezcla una o dos veces por semana y vigila que siempre tenga la humedad adecuada.

Compost lento: arma una pila añadiendo material en la medida que se genere. Tras un año podrás encontrar compost listo. Para ayudar al proceso, rocía con agua una o dos veces al mes y entierra un palo en la mezcla para así darle aire. 

Puedes ocupar contenedores de madera, ladrillos, tambores plásticos u otros hechos con rejillas, siempre velando porque entre una cantidad suficiente de aire para que la mezcla no se pudra. Ubícala en un suelo parejo y con buen drenaje. El lugar debe mantenerse con sombra parcial y protegido de fuertes vientos y lluvias.

A tener en cuenta

Humedad: presiona en tu mano un puñado del material de la pila. Si puede hacer una pelota de material sin que ésta gotee o se deshaga fácilmente, está correcto; si está seco, agrega agua.

Temperatura: si quieres obtener compost en poco tiempo deberás voltear la mezcla cada vez que la temperatura descienda. Cuando el compost esté casi listo, la temperatura descenderá.

Microorganismos: si tu pila está directamente sobre la tierra, los microorganismos pasarán solos a la mezcla. Sin embargo, si tus materiales están aislados, agrega unos puñados de compost viejo o tierra para ayudar al proceso. 

Época del año: es mejor iniciar una pila en primavera o verano, ya que las bajas temperaturas retrasan el compostaje. 

Finalmente, puedes realizar la prueba de la bolsa. Debes poner un kilo de compost en una bolsa transparente, cerrarla y dejarla en la sombra a temperatura ambiente. Si después de un día la bolsa ha transpirado mucho, por aumento de la temperatura dentro de ésta, es porque aún no se encuentra maduro y debe continuar el proceso.

Ya lo sabes, el verano es ideal para comenzar. ¿Qué esperas para producir compost?