JP Orrego: "En 35 años de activismo ambiental se logró mucho pero no llegamos ni a arañar el modelo”
Juan Pablo Orrego lleva décadas viviendo los conflictos socioambientales desde dentro. Su lucha se hizo conocida a raíz del Grupo de Acción por el Biobío que en los 90 levantó una oposición ciudadana junto con comunidades pehuenche, contra la construcción de centrales hidroeléctricas en el río Biobío.
En entrevista con El Desconcierto, reflexiona sobre los logros del ambientalismo ante lo que ve como un problema estructural en el modelo económico de Chile. El activista estará en el festival de naturaleza Ladera Sur Fest el domingo 17 de noviembre para dar un mensaje de alerta pero también de esperanza, llamando a las personas a conectar con su propia naturaleza como seres de agua.
-Llevas años de activismo ambiental. ¿Ves logros o retrocesos en la defensa del medio ambiente en Chile?
Veo avances en términos del activismo y la responsabilidad de la ciudadanía. Estoy en contacto con muchas organizaciones y personas que se están informando y que son súper responsables con la defensa de sus territorios y con el ambientalismo, que en Chile siempre ha estado relacionado con los derechos de las personas; con mejorar la calidad de vida de las personas.
Pero también veo un retroceso en términos de lo que estamos enfrentando, el desarrollismo a ultranza que sigue viento en popa con este Gobierno, lamentablemente. Yo se que es una situación difícil de arreglar porque Chile tiene un problema estructural. Los pilares de la economía en Chile son las salmoneras, las plantaciones forestales, la megaminería, se basan en un modelo insustentable por naturaleza. Y cada vez hay más organizaciones buscando alternativas a esto y hemos logrado cosas grandes, frenar Hidro Aysén, frenar Pascua Lama, son cosas grandes. Pero en 35 años de activismo no hemos podido, y me incluyo, ni arañar el modelo.
-¿Crees que en el Gobierno actual hay algún cambio con respecto al modelo económico?
El Gobierno actual sigue en la misma línea profundizando el modelo. Prometieron proteger 30% de los salares del norte, que son humedales fabulosos en medio del desierto, lo que significa que van a explotar el otro 70% para la industria del litio. Se vienen 49 proyectos mineros incluso en Calama que es el epicentro del sacrificio ambiental en este país. Y por otro lado el impulso al hidrógeno que yo no le otorgo el apellido de verde porque implica unas instalaciones industriales a grandísima escala con impactos acumulativos, para la transición energética de Europa, cuando están saliendo analistas de distintas partes del mundo a decir que los números no dan. Yo entiendo, se bloqueó la reforma tributaria y el Gobierno se comprometió a mejoras en educación con el fin al CAE y en salud, que necesitan plata entonces está necesitado de inversiones. Pero en un país con tantos problemas socioecológicos críticos, algunas de estas inversiones consideramos que son desinversiones.
-Estás en contacto constante con defensores ambientales. ¿Qué experiencias te dan esperanza?
Estoy recorriendo varios lugares y en todos los conversatorios que hacemos me encuentro con mucha gente responsable, activa, informándose, jóvenes que terminan las charlas y se acercan a seguir preguntando porque quieren detalles sobre protección ambiental. Pero también hay gente que se frustra porque hacen esfuerzos responsables, acuden a la justicia, a los tribunales, y la mayoría de esos esfuerzos y demandas ciudadanas chocan contra un muro y eso genera frustración. Veo esperanza en la ciudadanía, pero no tanto en el empresariado ni en las autoridades que van con una inercia tremenda ante los cambios que se necesitan. Y cada vez hay más evidencia de que se necesita un cambio urgente. Salió un informe de la Organización Meteorológica Mundial que detecta siete puntos de inflexión planetaria que ya están en un umbral de no retorno, como el deshielo total de Groenlandia, el colapso de la selva amazónica, la desaparición de los arrecifes de coral… Ante esta realidad totalmente medible y palpable, los Gobiernos en todo el mundo siguen con el extractivismo.
-Diriges la ONG Ecosistemas. ¿Qué trabajo estás buscando impulsar?
Con la ONG Ecosistemas trabajamos humildemente porque somos pequeños, haciendo educación ambiental para la acción, porque hay mucha ignorancia que nos tiene donde estamos. Somos seres de agua en un 70%, pero mira cómo estamos tratando los cuerpos de agua de los que dependemos, los humedales, los glaciares, los ríos, los océanos. El cuidado de la naturaleza es lo mismo que el cuidado de nosotros mismos. En Chile tenemos unas tasas de cáncer muy altas y el tipo de cáncer que prevalece en cada región tiene que ver con el tipo de agresión al medio ambiente que se está cometiendo en ese territorio. Como seres de agua, cuidar las aguas debería ser un principio fundamental del quehacer humano pero como hay ignorancia de ello, incluso en los políticos que dicen que las aguas del río se pierden en el mar si no las aprovechamos para un uso productivo, nos transformamos en agresores de las aguas. Con Ecosistemas hemos levantado unos libros de acceso libre en formato digital con tres estudios de cuenca que hicimos, para que la gente conozca de dónde viene su agua. Eso es lo que voy a presentar en el festival Ladera Sur. Voy a hablar sobre nuestra identidad hídrica y la maravilla de la vida, pero también advertir que estamos en un problema que se pone cada día más crítico.