Lo difícil de ser profesor en Chile: Precarización, sobrecarga laboral y burocratización
El día de ayer, miércoles 16 de octubre, se conmemoró el Día del Profesor en Chile. Lejos de ser una celebración superficial, esta fecha debe ser una oportunidad para reflexionar críticamente sobre los desafíos estructurales que enfrenta la profesión docente.
Entre los principales problemas se encuentran las condiciones laborales, la formación docente y el reconocimiento social, aspectos que han sido abordados de manera reiterada en las columnas de opinión sobre la educación en Chile.
Uno de los temas recurrentes es la precarización laboral que afecta a los profesores. Informes recientes indican que la sobrecarga laboral y la burocratización son realidades que impactan profundamente en el bienestar de los docentes y en la calidad de la educación que imparten. A pesar de los esfuerzos por mejorar las condiciones salariales, los intentos han sido insuficientes.
La burocracia ha invadido su tiempo, dejándoles menos horas para preparar clases y enfocarse en sus estudiantes, lo cual genera una carga emocional considerable y deteriora la experiencia educativa en su conjunto.
Como señala Muñoz (2024), el déficit de profesores y la ausencia de políticas adecuadas agravan la situación en el sistema educativo chileno. Además, el reconocimiento del trabajo docente aún no se traduce en incentivos reales para su desarrollo profesional continuo.
La formación de nuevos docentes es otro punto crítico en esta discusión. Las universidades han visto reducidos sus presupuestos, lo que ha llevado a un incremento en el tamaño de las clases y a una desconexión entre la formación teórica y la práctica que enfrentan los futuros docentes en las aulas.
Esta situación ha sido documentada por múltiples autores, quienes advierten que las condiciones actuales no permiten una preparación adecuada para los nuevos desafíos del sistema educativo.
En este sentido, Fernández (2024) propone que se deben reformular los sistemas de ingreso a las carreras de pedagogía, dejando de enfocarse exclusivamente en el rendimiento académico y valorando perfiles más amplios y adecuados a la enseñanza en el contexto chileno.
La crisis de la formación y el déficit de docentes tiene consecuencias directas en la calidad de la educación, afectando tanto a estudiantes como a profesionales.
La implementación de nuevas políticas es crucial para abordar este déficit, con reformas que no solo mejoren las condiciones de ingreso, sino que también fomenten la creación de redes de apoyo entre docentes experimentados y novatos, algo que también proponen las proyecciones de Fernández (2024).
El Día del Profesor es una oportunidad para convertirse en un llamado a la acción, en una invitación a repensar y reformar el sistema educativo, para que los y las docentes reciban el apoyo que necesitan.
Los horizontes posibles incluyen una mayor integración entre la teoría y la práctica en la formación docente, una reducción de la carga burocrática y una reevaluación de los incentivos salariales y de desarrollo profesional. Sin estas reformas, el sistema educativo seguirá enfrentando retos que pondrán en riesgo su calidad y sostenibilidad.