Una mujer de origen tailandés, que ha vivido en Chile por cerca de seis años y tiene un trabajo estable, estaba enfrentando una orden de expulsión del país.

A pesar de que lleva varios años trabajando en Chile, las autoridades le ordenaron abandonar el territorio debido a una condena que tuvo en 2016 en su país de origen.

Durante su tiempo en Chile, la mujer ha mantenido un historial de trabajo constante, pagando sus cotizaciones previsionales desde 2021.

Además, no ha tenido problemas legales en el país, lo que demuestra su buena conducta e integración en la sociedad chilena.

A pesar de todo esto, las autoridades rechazaron su solicitud de regularización migratoria y ordenaron que debía irse de Chile.

La situación cambió cuando la Corte Suprema decidió intervenir. En una decisión unánime, los jueces determinaron que la orden de expulsión era injusta y desproporcionada, dado que la condena en Tailandia ocurrió hace varios años y no tiene relevancia frente a la vida que la mujer ha construido en Chile.

Los jueces destacaron que la mujer ha demostrado un comportamiento adecuado durante su permanencia en el país, por lo que ordenaron a las autoridades que revisen nuevamente su caso de manera más justa.

Con esta decisión, la Corte Suprema dejó sin efecto la orden de abandono del país, permitiendo que la ciudadana tailandesa continúe con su vida y trabajo en Chile.