La obra que reivindica el duelo como un derecho universal y que permite viajar entre Chile y Gaza
Se trata de la obra “La Música de Diana” que reivindica el duelo como un derecho universal a través de un viaje temporal entre el pasado y el presente, entre Chile y Gaza, acompañado de elementos sonoros como canciones, acordes de Oúd y guitarra.
La puesta en escena es dirigida por el Colectivo Natuf y su estreno se enmarca en 9º Ciclo de Memoria y Patrimonio.
En concreto, la propuesta escénica aborda las complejidades e interrogantes que surgen tras la pérdida física de un familiar o cercano.
Las intérpretes realizan el ritual Shivá, ceremonia de duelo judío que dura siete días, en el cual las 7 mujeres buscan despedir a Diana, pero sin la presencia de su cuerpo.
Durante la obra las actrices exploran un viaje lleno de contradicciones a través de sus recuerdos, su memoria, la identidad y la perspectiva de ser una persona judía en la época actual.
"La obra es un intento por realizar un rito de despedida para los cuerpos desaparecidos, los de antes y los de ahora en los distintos territorios, y sirve para preguntarse quién tiene derecho al duelo hoy en día. Nosotras tomamos este rito para imaginar un acto reivindicatorio”, explica Andrea Giadach, dramaturga y directora.
El estreno de la obra se realizará este jueves 26 de septiembre, a las 20:30 horas en Mori Bellavista, y estará en cartelera hasta el próximo domingo 6 de octubre.
Las entradas podrán conseguirse en Ticketmaster o en boleterías físicas del teatro.
El trabajo investigativo
"¿Cómo se despide a un cuerpo que no está presente?" fue la primera pregunta que los realizadores se hicieron tomando como antecedente los crímenes cometidos en la dictadura militar.
Para su creación, los artistas realizaron una investigación que se basó en la recopilación de testimonios y material de archivo.
Fu así que llegaron a la historia de Diana, una periodista chilena, judía y militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).
La mujer fue detenida y desaparecida por la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) en 1974.
Previo a su asesinato, había viajado a Israel en 1967 para unirse al ejército como enfermera, sin embargo, se enfermó de tifus y durante su hospitalización se dio cuenta del crudo trato que le daban a los pacientes palestinos.
"Luego a partir del genocidio en Palestina, donde hay cuerpos que no se entregan a las familias, fue coherente vincular la pregunta en el ahora y en ese allá”, comenta Andrea Giadach, dramaturga y directora.