La compañía Teatro Imagen celebra sus bodas de oro con la reposición de uno de sus montajes más emblemáticos: "La Reina Isabel cantaba rancheras". Esta obra, adaptada y dirigida por el Premio Nacional de Artes de la Representación, Gustavo Meza, está basada en la novela homónima del Premio Nacional de Literatura, Hernán Rivera Letelier.

La puesta en escena, que se presentará en el Teatro Finis Terrae hasta el 6 de octubre, cuenta con el elenco original y la producción y dirección ayudante de Elsa Poblete. El espectáculo retrata la cruda vida en la pampa salitrera chilena, mostrando personajes conmovedores que luchan por sobrevivir con dignidad y humor.

Elsa Poblete, reconocida actriz y parte integral de Teatro Imagen, explica la vigencia de la obra: "Cada presentación se convierte en un rito identitario, que transmite valores, emociones y complicidades colectivas, propios de nuestra idiosincrasia: la unión ante la adversidad, la mirada pícara y suspicaz de los habitantes de nuestro país, el esfuerzo a toda prueba por la sobrevivencia, el amor a la vida a pesar de los pesares".

La historia gira en torno a la legendaria Reina Isabel, una mujer de la noche de la pampa chilena. Tras su muerte, un grupo de personajes marginales que la conocieron y amaron se reúnen para rendirle tributo. A través de un lenguaje cercano e identificable, la obra expone la capacidad de los chilenos para sobreponerse a las adversidades.

Por otra parte, Teatro Imagen, fundado en diciembre de 1973 por Gustavo Meza, Jael Unger y Tennyson Ferrada, se ha consolidado como un bastión artístico que salvaguarda la cultura e identidad chilena. En sus 50 años de trayectoria, la compañía ha producido 65 montajes, obtenido numerosos premios nacionales e internacionales, y realizado giras por todo Chile y varios países de América.

Además de "La Reina Isabel cantaba rancheras", la celebración de las bodas de oro de Teatro Imagen incluye la reposición de otros montajes emblemáticos como "Testimonio sobre las muertes de Sabina", "Lo crudo lo cocido lo podrido" y "¡Paren la luna, que me quiero bajar!".