Nueva política nacional de la niñez y la adolescencia: Una invitación al país
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Nueva política nacional de la niñez y la adolescencia: Una invitación al país

Por: Daniela Noreña | 19.08.2024
No dejemos solo en las manos de los equipos docentes, las familias y los equipos profesionales de las residencias la ardua tarea de mejorar las condiciones de nuestra niñez. Ampliemos la mirada y veamos que hacia el lado hay ideas potentes y que, sumando esfuerzos, juntos podemos comenzar a caminar hacia mejores condiciones para ellos.

Pasado el hito de prensa con las fotografías de rigor y los discursos en el lanzamiento de la Política Nacional de la Niñez y Adolescencia que lideró el presidente Gabriel Boric el pasado jueves 8 de agosto, flanqueado por varios ministros de distintas carteras, es momento de poner la pelota al piso y focalizar concretamente el plan de acción que considera esta política entre el presente año 2024 hasta 2032.

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Desde el ejecutivo prometen que el compromiso no se traduce en “palabras al viento” y que la nueva política busca, entre otras cosas, “fortalecer la salud mental de los niños, niñas y adolescentes”.

Yendo al corazón del paquete de medidas, nos encontramos con 10 objetivos que se leen muy prometedores en el papel, pero que quienes estamos en el día a día de la niñez en distintos contextos, sabemos que necesitan de varias voluntades y esfuerzos mancomunados para comenzar a transformarse en realidad en pos de atacar las mayores dolencias que afectan a nuestra niñez.

Por ejemplo, el primero de ellos, busca favorecer los hábitos de vida saludable en niñas, niños y adolescentes con una alimentación saludable e inocua, sumado a la práctica regular de actividad física.

O el sexto, que pregona aumentar la disponibilidad de espacios adecuados y seguros para el esparcimiento, juego y recreación de niñas, niños y adolescentes.

Hay que reconocer que es positivo que la práctica física y los espacios protegidos de juego y recreación sean parte de los puntos centrales de la Política Nacional de la Niñez y Adolescencia, pero ¿de verdad vamos a plantear aquello conociendo, por ejemplo, la resistencia transversal en contextos de escolaridad a sumar horas de educación física o talleres recreativos de juego y esparcimiento?

Es más, conociendo el backstage de lo que significa una clase de educación física donde hay 30 o 40 alumnos por un profesor, ¿en serio le estamos pidiendo a ese profesional que pueda articular una clase coherente y a la vez que pueda prestarle atención a las particularidades de las niñas, niños o jóvenes que lo necesiten?

El juego y el deporte son dos herramientas potentes para trabajar contenidos más allá de lo puramente relacionado a la práctica física, y a través de estas instancias podemos llegar a la niñez para promover el desarrollo de habilidades socioemocionales y fortalecer la convivencia escolar, por ejemplo. Hoy, una de las problemáticas de mayor envergadura en las escuelas, colegios y liceos. Entre 2019 y 2023 la cantidad de denuncias por convivencia escolar aumentaron en un 38%.

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Un componente fundamental de ese trabajo con niñas, niños y jóvenes en el contexto académico involucra también a la comunidad escolar y extraescolar, considerando tanto a docentes y asistentes de la educación, como a las familias de las y los alumnos, buscando su participación y compromiso activo con el desarrollo del trabajo.

La evidencia nos pone de cara a una realidad difícil, pero donde también encontramos oportunidades.

La figura de un encargado de convivencia escolar (ECE) rige en la ley desde 2011 con la Ley No. 20.536, sin embargo, con el correr de los años tanto su definición como su rol práctico ha ido perdiendo efectividad en el objetivo de transitar hacia un enfoque de convivencia escolar más integral, inclusivo, participativo y democrático (Gestionando la contingencia más que la convivencia: El rol de los encargados de convivencia escolar en Chile, Mónica Cortez, Bárbara Zoro y Felipe Aravena, 2019).

¿Por qué no pensar en que esfuerzos multisectoriales del gobierno pueda considerar iniciativas de la sociedad civil para mejorar aspectos como este?

A modo de autorreferencia, la Encuesta de Satisfacción Docente del Programa Escuelas de Fundación Fútbol Más, que mide la percepción de estos y de los funcionarios de las escuelas con el programa sociodeportivo de la institución, arrojó que un 61% estuvo de acuerdo con que la aplicación de este produjo que las y los estudiantes se traten con respeto entre pares.

Asimismo, un 80% de los docentes y asistentes de la educación consideraron que un programa como el de Fundación Fútbol Más es un aporte para la convivencia escolar.

No dejemos solo en las manos de los equipos docentes, las familias y los equipos profesionales de las residencias la ardua tarea de mejorar las condiciones de nuestra niñez. Ampliemos la mirada y veamos que hacia el lado hay ideas potentes y que, sumando esfuerzos, juntos podemos comenzar a caminar hacia mejores condiciones para ellos.

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Este llamado debe ser atendido tanto por las instituciones gubernamentales, las instituciones educativas y del ecosistema de la niñez, como por organizaciones de la sociedad civil y el mundo privado. Trabajemos juntos y mejor, por todas y todos nuestras niñas, niños y adolescentes ahora.

Crédito de la fotografía: Agencia Uno