Menor poder adquisitivo: la realidad detrás de las últimas cifras del Banco Central
Luego que el Banco Central publicara el Índice Mensual de Actividad Económica (IMACEC) correspondiente al mes de junio, diversas voces desde el mundo económico mostraron su preocupación ante un crecimiento de tan solo un 0,1% en comparación al mismo mes del año pasado.
Esto gatilló las críticas de, por ejemplo, el ex presidente del Banco Central, José De Gregorio, que manifestó que la economía chilena está en un proceso de crecimiento muy pausado y que tiene que ver con la capacidad de crecimiento. "Este último dato es un balde de agua fría", lanzó.
Desde el Gobierno se mostraron optimistas y respondieron que las cifras están dentro de lo que habían proyectado, además de que esperan que la economía repunte en los números de julio.
Desde la cartera de Hacienda detallaron que situaciones como temporales, suspensión de clases y cambios en las fechas de las vacaciones explican estos efectos en la economía. "Si estos fenómenos no hubieran ocurrido, el crecimiento habría sido 2,1%", aseguró el ministro Mario Marcel.
Economistas han planteado que habrán menos incentivos para la creación de nuevas empresas, lo que se traduce en menores niveles de empleo y afectación de salarios nominales. Eso generaría, por mayor tiempo, mayores tasas en los créditos hipotecarios y de consumo.
En esa línea, las consecuencias a nivel ciudadano de las cifras que empresarios han denominado como una "mala noticia" son básicamente la disminución del valor de los salarios de las personas y especialmente las que rozan el sueldo mínimo.
En palabras simples, la economista y académica de la USACH, Marcela Vera, explicó que el IMACEC es un indicador que permite proyectar el nivel de crecimiento económico que tiene una economía, pero en términos de los ingresos que produce el país a la interna.
"Esto implica, en definitiva, cuánto salario están recibiendo las personas producto de ese ingreso. Hoy día tenemos una mediana de salarios que están en torno a 400 o 450 mil (pesos chilenos) dependiendo del sector, y por tanto la gente está teniendo un salario bajo en relación a los niveles de ingreso que produce nuestro país", describió.
"Ese ingreso total que produce el país internamente no se está distribuyendo de buena forma hacia el mundo del trabajo, y más bien está atendiendo a acumularse por un pequeño grupo que es el sector asociado al gran empresariado", sostiene la académica.
De acuerdo a la economista, esta tendencia viene desde la dictadura en adelante. "Entre los '60 y el '73 hay un alza muy importante en los salarios, y eso es lo que permite reducir significativamente la pobreza, mejorar la distribución y además producir garantías sociales", afirmó.
Dado que en el período del régimen militar hubo menores posibilidades de redistribución de las riquezas y que en los '90 se consagró el neoliberalismo, el proceso de devaluación de los salarios lleva al menos tres décadas, dice la profesora de la U. de Santiago.
"Además ha mermado la capacidad de consumo, pero también de propiedad que tiene la gente hoy en Chile", agregó. Asimismo, advierte que "estamos creciendo un 0%, es decir, es un crecimiento nulo. Estamos todavía en el rango positivo porque no salió el indicador de forma negativa, pero igual es 0%. Es una cifra muy baja...".
"Eso impacta porque la gente finalmente tiene acceso a un salario que no da cuenta del nivel de gasto que existe hoy en día en los bienes básicos, en los servicios básicos. Y por otro lado también no alcanza a cubrir la línea de la pobreza, que es 600 mil y tanto", sugiere.
Consultada sobre la afectación directa a los bolsillos de las familias, Vera se refirió explícitamente a los ingresos "y el poder adquisitivo que logra con el mismo. Ese poder adquisitivo hoy día no le está permitiendo ni garantizar su consumo básico, ni comprar una casa".