Preocupa retroceso en playas en Chile por pérdida de vida costera e impacto en el turismo
En base al estudio del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (CIGIDEN), el académico Francisco Barriga de la Unab, advierte de un preocupante retroceso en las playas y costas de Chile debido a la pérdida de vida costera.
Este problema es conocido como erosión costera, principal factor que afectan el modelo de las costas, que han llegado a retroceder cerca de 5 metros por año, como es el caso de la playa de Algarrobo.
En la misma línea, en playas urbanas como las de Valparaíso y Viña del Mar, la erosión es causada por alteraciones en las cuencas hidrográficas.
Estas últimas, son consideradas como eventos extremos y frecuentes, que aceleran la urbanización no sólo de las costas, sino también de las dunas.
La urbanización de las playas ocasionan consecuencias negativas para los ciudadanos, como también en la infraestructura, frente a situaciones de emergencias climáticas o eventos naturales.
En la misma línea, el problema termina afectando al turismo al perder el valor de ciertos sectores, y en consecuencia, perjudicando la economía.
¿Cómo enfrentar este problema?
El académico de la carrera de Administración de Empresas destaca que cada estrategia que aborde la erosión y la pérdida del ecosistema marino-costero dependerá de cada playa o costa.
Por lo general, recomienda la construcción de arrecifes artificiales, la alimentación artificial de playas, la restauración de dunas, entre otras estrategias. Sin embargo, no han tenido el éxito esperado.
Por esto, Barriga sugiere una Gestión Integrada de las Áreas Litorales (GIAL), para promover el desarrollo sostenible y abarcar la gestión de zonas costeras incluyendo los componentes terrestres y marinos del litoral.
Respecto a las herramientas en vista del orden territorial, estas están obsoletas, asegura, por no considerar la dimensión socio-ecológica.
Por ejemplo, la Política Nacional de Uso del Borde Costero tiene 30 años de vigencia, indica.
Por otro lado, existe una presión por construir viviendas en el sector litoral que se está incrementando, y las inmobiliarias y quienes toman las desiciones no demuestran voluntad por trabajar en planes que consideren una mirada sostenible de la zona costera, finaliza.