Lluvias como recordatorio de la crisis climática: Análisis de la protección medioambiental
Fuertes lluvias han afectado al país estos días, según Senapred llevamos más de 1500 viviendas dañadas, 482 damnificados y 479 personas aisladas, situación realmente alarmante. Este problema ya empieza a llegar a la región metropolitana, donde el gobierno ya anunció la suspensión de clases en toda la región.
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Algunos dicen que estas serían las lluvias más fuertes de la última década, y la verdad, aunque no lo fueran, nos muestran que lluvias extremas serán parte de los cambios climáticos que enfrenta Chile y el mundo, abriendo un debate importante sobre el estado actual de nuestro ecosistema a nivel nacional.
Porque la verdad es que estas lluvias son una pequeña parte de las consecuencias que puede acarrear la crisis climática a nivel global, donde si bien requerimos trabajo coordinado a nivel internacional, también debemos de trabajar localmente, donde nos falta bastante por avanzar.
Esto obviamente no lo comento sin argumentos, Chile entró en sobregiro ecológico el 23 de mayo, constituyendo por quinto año consecutivo el primer país de América Latina en consumir más recursos naturales de lo que el territorio puede regenerar en un mismo año, teniendo que pedir “prestado” a las generaciones futuras.
Estos problemas son visibles en diversas áreas, muchas de ellas con regulaciones y prácticas no actualizadas, realizando un gran daño al medioambiente chileno.
Paradójicamente, a la luz de estas lluvias, uno de los principales problemas que vive actualmente el país es la escasez hídrica. Según la Dirección General de Aguas, más del 44% de las cuencas hidrográficas en Chile están en un estado crítico de escasez, un problema que afecta críticamente a ciertas regiones.
El problema no es solamente el cambio climático, en Chile existe una estructura institucional que prioriza las actividades productivas por sobre el consumo humano o la protección del ecosistema. Esto es especialmente peligroso debido a que la minería es la principal actividad económica del país y necesita agua para ello. Debemos proteger el agua con medidas concretas y evitar la pérdida de agua por ineficiencias.
Otro grave problema es la pérdida de bosque nativo, entre el 2000 al 2016 se perdieron 206.142 hectáreas de bosque desde Valparaíso a Aysén, convirtiéndose el 75% de estos en matorrales, tierras desnudas o pastizales, los cuales con el tiempo terminan destinándose a producción agrícola.
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Según especialistas del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia casi 40% de la pérdida de bosque nativo se debe a plantaciones forestales, seguido por el sector agrícola con un 20%, confirmando nuevamente la priorización económica por sobre la restauración ecológica.
Esto es un problema por diferentes razones; pérdida de biodiversidad; mayores probabilidades de incendios; menor captación de agua, entre otros. Todos afectan negativamente el territorio que habitamos, perjudicando nuestra calidad de vida con ello.
Si bien estos son los principales problemas también podemos sumar otros importantes como la contaminación del aire, la cual afecta a diversas ciudades del país, como Santiago o Temuco, constituyendo un problema de salud pública en ciertos sectores.
También es importante la contaminación de cuerpos del agua, la cual se debe a actividades productivas como la minería o la salmonicultura, especialmente cuando se ejerce de forma irresponsable.
Esto fue evidente en el caso de la salmonera Nova Austral, quienes falsificaron datos ambientales para maquillar el daño ambiental que generaron al producir más peces del máximo autorizado y ocultar eventos de mortandad masiva de salmones.
Para finalizar, debemos recordar que no es solamente avanzar en aquello más urgente, sino también proteger las buenas políticas. Menciono esto pensando en la reciente decisión en la que el Tercer Tribunal Ambiental de Valdivia anuló la protección otorgada a las más de 800 hectáreas del humedal más grande de Chile, humedal de La Poza y el Delta del Trancura, el cual contiene biodiversidad clave para el país.
Situaciones como estas nos recuerdan que el medioambiente no solamente está en grave peligro por situaciones no reguladas, sino también por intereses privados que buscan priorizar su propio beneficio en desmedro del cuidado del medioambiente.
Podríamos hablar horas de todas las áreas medioambientales en las que tenemos que trabajar, pero al final debemos recordar algo más general, y es empezar a priorizar el cuidado del medioambiente por sobre la producción económica, la cual obviamente es importante para el desarrollo del país, pero esta debe operar asegurando métodos efectivamente ecológicos de producción.
Chile es un país al cual le falta avanzar en protección medioambiental, sin embargo, no debemos olvidar que también existen diversas áreas en las que estamos bastante avanzados; uso de energías renovables; establecimiento de áreas protegidas; protección de glaciares, entre otros. Algunos de estos ejes resultan realmente merecedores de un aplauso, sin embargo, no podemos detenernos demasiado en ellos, ya que como bien hemos analizado, nuestro ecosistema necesita incrementar su protección.
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Las recientes lluvias son un aviso de que la naturaleza no se mantendrá igual, y puede que vengan cambios más drásticos, por lo que Chile debe invertir en prevención de desastres, y al mismo tiempo potenciar y proteger nuestro ecosistema local.
Mantengamos las buenas prácticas y mejoremos aquellas en las que existen evidentes falencias. El país debe seguir produciendo, pero no a cualquier costo.