Coñetes e inmensos coñetes

Coñetes e inmensos coñetes

Por: Antonio García Varela | 04.06.2024
Toda pyme que entra en el tobogán de ponerse en mora con los inmensos coñetes, observa que no podrá salir de esa grave situación si el Estado no va en su auxilio y pone coto a tanto abuso.

Como se verá, aunque los bancos son unos grandes coñetes, y en eso le doy la razón a nuestro honorable Presidente, la Tesorería General de la República (TGR), Fonasa, las Isapres, las AFP, la AFC y las Mutuales son unos inmensos coñetes. Y si bien aquéllos hacen un gran daño al país, éstos mantienen contra las cuerdas a las micro empresas y a las pymes. Entremos en materia.

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Durante muchos años el principal empresario de la construcción en Venezuela fue director del banco más importante de ese país. Desde esa privilegiada posición comentaba: “Nada bueno se puede esperar de los bancos: siempre abusan”.

Nuestro honorable Presidente no puede esperar que los bancos dejen de ser coñetes y asuman  la responsabilidad que les corresponde para que el país crezca. Bancos que alardean ser pro emprendimiento imponen exigencias inalcanzables para dar un crédito, por pequeño que éste sea.

Entonces, lo apropiado no es pedirles que dejen de ser coñetes: es, por ejemplo, formular un “pacto fiscal sólo mata bancos, que grave especialmente las utilidades de los bancos. Esto es así en varios países de la Unión Europea (Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Holanda, Italia, Hungría, Lituania, Polonia, República Checa, Rumanía y Suecia).

Además es necesario restringir las comisiones que aplican los bancos en cada operación que efectúan sus clientes y aun sin que éstos hagan operación alguna. La mayor parte de las utilidades de los bancos provienen de las obscenas comisiones que imponen unilateralmente y  con respecto a la cuales la costosa e inútil Comisión del Mercado Financiero, como de costumbre, nada hace.

Un tercer camino que ha sido exitoso en la minería sería establecer un Royalty Bancario, el que podría contribuir a canalizar mayores recursos hacia las regiones. En resumen es mucho lo que se puede hacer para conseguir que los bancos dejen de ser coñetes, les guste o no la idea de dejar de serlo.

Pero nuestro honorable Presidente no debe concentrarse sólo en los bancos. Los intereses que cobran los bancos son ridículos comparados con los intereses y otros cargos que cobran la Tesorería General de la República, Fonasa, las Mutuales, las AFP, la AFC  y las Isapre. Estos son los inmensos coñetes en comparación con los cuales los bancos son inocentes criaturas.

Fácil le sería al honorable Presidente impedir qué estas privilegiadas instituciones cobren intereses brutales y prohibirles imponer multas y otros gravámenes a las personas naturales y jurídicas que necesitan llegar a un acuerdo de pago con ellas.

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Dado que la mayor parte de las empresas que caen en manos de las mencionadas instituciones son  micro, pequeñas y medianas empresas, y que ellas están obligadas a aceptar las leoninas condiciones que se les imponen en nombre de “la ley”.

El gobierno contribuirá con fuerza al desarrollo económico del país si pone orden a los abusos de los inmensos coñetes. Para muestra, algunos botones.

TGR refinanció a 18 meses, con pagos mensuales, iguales y consecutivos que suman quince millones, una deuda de siete millones. Carga Anual Equivalente (CAE) aprox: 110%. CAE que cobran los bancos: entre 20 y 50 por ciento.

Las Mutuales (ACHS, ISP) exigen, para atender cualquier atraso, un pago de contado por tres veces la deuda. CAE: infinito.

Fonasa exige pago de contado por 2,5 veces el monto de toda la deuda atrasada.

Si a estas abusadoras instituciones se les prohibiera imponer multas unilaterales y se les permitiera cobrar como máximo un 30% de interés anual, lo que ya es de coñetes, y se les obligase a llegar a acuerdos de pago distintos de un simple pago de contado, el escenario para las pymes sería mucho más halagüeño.

Si se considera que la deuda previsional consolidada es cercana a los 2000 millones de dólares y que los inmensos coñetes pretenden cobrar por ella 3000 millones adicionales, se comprenderá por qué esta enorme deuda es siempre creciente y nunca será pagada.

Toda pyme que entra en el tobogán de ponerse en mora con los inmensos coñetes, observa que no podrá salir de esa grave situación si el Estado no va en su auxilio y pone coto a tanto abuso.

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Los coñetes nos tienen rodeados, honorable Presidente.

Y a Ud. no le corresponde pedir: ¡actúe!