Expertos tras caos por lluvias: Santiago es una ciudad impermeable, mal planificada y en expansión
El mismo cuento de cada año, con el mismo final. Un Santiago inundado y con postales que se repiten cada invierno; calles que parecen ríos. Las intensas lluvias que azotaron la capital esta semana, con casi 31 mm de agua, según registró la estación de Quinta Normal de la Dirección Meteorológica de Chile, han dejado al descubierto una problemática urbana latente: una ciudad impermeable y con una deficiente planificación urbana.
“La urbanización ha aumentado significativamente, creando más zonas impermeables que no permiten el drenaje del agua”, asegura Claudia Nicolini, académica de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Diego Portales. Esto, sumado a una mega sequía de 14 años, complica la capacidad de las autoridades para prepararse y responder adecuadamente.
En tanto, para Cristián Araya-Cornejo, del Departamento de Geografía de la Universidad Alberto Hurtado, señala que “el agua no cae sobre suelo desnudo o vegetación, sino mayormente en concreto o cemento”. Esto provoca que el agua, en lugar de infiltrarse, simplemente escurre por la superficie impermeabilizada de la ciudad, sobrepasando la capacidad del sistema de alcantarillado y drenaje fluvial.
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Infraestructura gris, verde y azul
Un problema que para Nicolini tiene relación con planificación actual, calificándola de “deficiente, poco integrada y poco resiliente”. Propone un enfoque más estratégico complementando la infraestructura gris -tuberías, cisternas, plantas de tratamiento- con infraestructura verde -árboles, humedales, cursos de agua- y azul -estanques, lagos, arroyos, ríos-.
Una situación que se va complejizando, según Araya-Cornejo porque “no siempre el crecimiento urbano es ordenado”, lo que lleva a que los planes reguladores vayan atrasados respecto al crecimiento de la ciudad.
Planificación desordenada
Es así que en el contexto de la urbanización y la gestión de aguas lluvias, las regulaciones actuales exigen que las obras de urbanización incluyan infraestructura adecuada para el manejo del agua. Sin embargo, según Enrique Vial Briceño, arquitecto y académico de la Universidad Andrés Bello, Máster en Planificación Urbana del MIT, “hay algunas urbanizaciones que por su tamaño no las pesca la normativa”.
En estos casos es responsabilidad del Servicio de Vivienda y Urbanización (SERVIU) intervenir y completar las obras necesarias. Por lo que, según Vial Briceño, a menudo hay retrasos y burocracia en este proceso, lo que contribuye a la problemática de las inundaciones en Santiago.
"Al momento que diseñamos el crecimiento de Santiago no hay una mirada estratégica, se hace de manera zonificada y muchas veces respondiendo a parámetros antiguos que ya no son válidos para los tiempos de hoy", agrega Nicolini.
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Tanto Nicolini como Araya-Cornejo coinciden en la necesidad de soluciones basadas en la naturaleza, como la adopción del modelo de “ciudad esponja”, que a través de infraestructura verde permite que el agua se filtre al subsuelo. Es así que Nicolini sugiere “buscar maneras de convivir con el agua, reduciendo su velocidad, ayudando a distribuirla y filtrándose”.
La situación actual demanda una planificación integrada y colaborativa, con una mirada estratégica de planificación regional y un enfoque en la adaptación climática. “Nos encontramos en tiempos complejos que requieren soluciones creativas”, afirma Nicolini, mientras que Araya-Cornejo destaca que “las inundaciones no ocurren en todos lados”, lo que indica que hay áreas mejor preparadas que otras.
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Plan Maestro de Aguas Lluvias
Lo que, para Enrique Vial Briceño tiene relación con un Plan Maestro de Aguas Lluvias que data de hace tres décadas, y que aún no ha finalizado. Este plan, diseñado para abordar tanto las nuevas como las antiguas urbanizaciones, se divide en dos partes: los grandes colectores realizados por el Ministerio de Obras Públicas (MOP) y las obras menores asignadas al SERVIU.
Aunque se han realizado avances significativos, especialmente en vivienda social, aún persisten desafíos. “El problema es que Santiago sigue creciendo y muchas urbanizaciones no cuentan con adecuadas obras de aguas lluvias”, explica. Además, menciona que hay sectores, particularmente en el sur de Santiago, que aún se inundan debido a que las obras del Plan Maestro de Aguas Lluvias no han concluido, dejando una deuda pendiente en la infraestructura de la ciudad.
"Hay que pensar en una planificación integrada, dónde podamos ver como estrategias de solución basadas a la naturaleza pueden ser complementarias al sistema actual. Estas soluciones aparecen como opciones eficientes para gestionar las aguas lluvias, pero también como aporte a espacios públicos verdes. Creo que es necesario poder ver más allá del drenaje y alcantarillado, si bien estos son puntos que siempre se pueden reforzar pero que muchas veces terminan siendo obras costosas y de largo plazo", cierra Claudia Nicolini.