Beatriz Silva: "El nuevo proyecto de Constitución chilena es aún peor que la de Pinochet"
El rechazo al nuevo proyecto de Constitución de Chile, que se votará el 17 de diciembre, sería una "buena noticia" porque es un texto "aún peor" que el actual, redactado durante la dictadura pinochetista, afirma la periodista chilena y diputada socialista en el Parlamento regional de Cataluña, Beatriz Silva.
Silva (Santiago de Chile, 1969) acaba de publicar el libro "Chile, 50 años después", en el que, partiendo del 50 aniversario del golpe de Estado de Augusto Pinochet, analiza el estallido social que vivió el país andino en 2019 y que desembocó en un proceso constituyente para sustituir la Constitución elaborada durante la dictadura.
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En una entrevista con EFE, repasa las principales claves de la que es "la crisis política, institucional y social más importante que vive Chile desde la recuperación de la democracia" y los bandazos en el camino para lograr una nueva Constitución: un primer texto redactado por las izquierdas que fue tumbado por amplia mayoría en 2022 y la actual propuesta, elaborada por la derecha y la extrema derecha, que previsiblemente también fracasará.
Silva, que en el libro recoge el testimonio de distintas figuras de la izquierda chilena que reflexionan sobre el actual escenario político, se muestra partidaria del rechazo a la nueva Carta Fundamental porque en cuestiones como la restricción del derecho al aborto o la privatización de la salud y la educación va incluso "más allá" que la actual.
Aunque admite que, desde fuera, puede parecer que el país vive en una "esquizofrenia" por los vaivenes del proceso constituyente, cree que la irrupción de la pandemia, que truncó las movilizaciones en la calle e "inoculó el miedo en las personas", así como un incremento de la inmigración y la inseguridad, que ha servido de "caldo de cultivo" a la extrema derecha para difundir sus mensajes, son algunas de las claves para entender el vuelco en el debate público.
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Chile, explica Silva, tiene una constitución heredada de la dictadura que, a pesar de las múltiples modificaciones que se han hecho, blinda el modelo económico neoliberal que impuso el régimen de Pinochet e impide hacer transformaciones que den respuestas a las demandas sociales que originaron el estallido, como la lucha contra las "enormes" desigualdades y la privatización de las pensiones, la salud, la educación y los demás servicios sociales.
Al respecto, afirma que este segundo proyecto constitucional no da respuesta a estas reivindicaciones y no deja de ser una "versión 2.0" del actual texto, "más sofisticado para que cumpla mejor los objetivos de la anterior".
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"En este sentido, es mejor que se rechace. Pero es negativo, porque Chile sigue en esta montaña rusa que no sabemos cómo acabará", reconoce la periodista, que considera que el malestar que motivó el estallido sigue presente, porque los problemas estructurales que lo originaron no se han resuelto.
"El estallido social fue como el terremoto grande que tira todo al suelo, pero que luego sigue provocando réplicas, que hace que la tierra siga temblando. Y eso es lo que pasa ahora, la tierra sigue temblando, y no sabemos cuándo se recuperará la calma o se volverá a un equilibrio, pero claramente en diciembre no se va a resolver", augura. / EFE