Crítica de cine | “Los campeones”: La delgada línea entre el humor y la burla
La versión del 2023, dirigida por Bobby Farrelly, cuenta exactamente la misma historia, solo que en otro país. A pesar de eso, en España se está rodando la secuela de la película, llamada Campeonex, y hay que esperar para saber si esta también va a ser adaptada por los cineastas estadounidenses.
¿Por qué hacer un remake de una película reciente, exitosa, y con exactamente el mismo contenido?, ¿Responde a alguna necesidad del cine hollywoodense de ser los protagonistas de los éxitos mundiales, o a la búsqueda de recibir parte de las ganancias monetarias de la propuesta española?
La película cuenta la historia de Marcus Marakovich, un entrenador de básquetbol con mucho talento, pero con problemas de ira, que tiene mala fama y es despedido de muchos empleos por sus problemas de actitud.
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Tras chocar manejando ebrio, lo hacen elegir entre 18 meses de cárcel o 90 días de trabajo comunitario, lo que lo lleva a pasar tres meses entrenando un grupo de basquetbolistas adultos con discapacidad intelectual.
Como es frecuente en este tipo de películas, hay un proceso de superación y aprendizaje en que el protagonista amargado e infeliz se vuelve mejor persona y, como es frecuente en el cine de Hollywood, en el trasfondo de todo esto hay una relación romántica entre Marcus y la hermana de Johnny, uno de los miembros del equipo que tiene síndrome de Down.
El filme es bastante predecible y sigue la misma secuencia que muchas películas de temática deportiva y de superación personal. A pesar de eso, hay varios momentos en que la película resulta enternecedora, y me descubrí a mi misma sonriendo un par de veces mientras la veía.
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Las actuaciones son buenas, aunque a veces se tornan un poco caricaturescas; la música lo intenta, pero no aporta demasiado. Lo más destacable es el guion, donde se concentra toda la emotividad de los personajes y de las lindas relaciones que forjan.
Los campeones es una película compleja, que puede ser problemática, porque toca el tema de la discapacidad intelectual y lo combina con la comedia. Cuando se trata de la salud de las personas, de las condiciones que son inevitables y que en la sociedad en que estamos son muchas veces causa de discriminación y rechazo, es difícil saber cuándo las caricaturas son ofensivas y cuándo no.
Es importante cuestionarse qué pasa con las sensibilidades de las personas aludidas. En la película hay varios personajes que funcionan como comic relief¸ miembros del equipo de básquet que hablan de su vida sexual, otros que no pueden o no quieren seguir instrucciones y que tienen personalidades difíciles.
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Sin embargo, no hay que ignorar lo problemático de reírse de características propias del síndrome de down o de otras condiciones médicas que pueden resultar duras para algunos sectores de nuestra sociedad.
También, por otro lado, dentro del grupo de personajes con discapacidades intelectuales se cuentan historias de valentía, pero tambien de discriminación. Se muestran las situaciones difíciles a las que los adultos con síndrome de Down se enfrentan para desarrollarse en el mundo laboral.
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A pesar de ello, la imagen final es de un grupo de amigos lleno de amor, dulzura y cosas lindas que entregar. Los miembros del equipo son retratados como personas con complejidades y las caricaturas no se restringen a ellos, sino que también tocan al entrenador, que es un hombre blanco, cis y neurotípico.
De alguna forma, se burla de todos por igual. En ese sentido me parece que la película logra equilibrar la línea entre el humor y las problemáticas serias, aunque los únicos jueces reales ―y las únicas opiniones relevantes al respecto, me parece― son las personas representadas en la película.
