Los devastadores incendios forestales que se han registrado durante los últimos días en la zona centro-sur de Chile se comienza a ubicar como uno de los mayores de los últimos años.

Muchos aún recuerdan lo sucedido en enero de 2017, donde un siniestro de proporciones debió ser controlado con la ayuda aérea de aviones como el Super Tanker.

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Ahora en 2023, estos nuevos incendios han arrasado con viviendas, poblados y cobrado la vida de 24 personas, lo que ha despertado el despliegue por parte del gobierno de las Fuerzas Armadas en la zona arrasada.

Bajo este escenario, tres son las regiones que se mantienen con estado de excepción de catástrofe. Pero a la hora de revisar las alertas rojas la cifra se eleva, pues la medida preventiva corre para las regiones de Ñuble, Biobío y La Araucanía; a las que se suman las comunas de Cauquenes, Curepto, Pencahue, Sagrada Familia, Longaví y Chanco, en la Región del Maule, y para la comuna de San Pablo, en la Región de Los Lagos.

Para dar contexto, las superficies quemadas desde julio de 2022 a la fecha producto de los incendios ya superaron las 220 mil hectáreas, cinco veces más que en la temporada que va desde el 1 de julio de 2021 al 30 de junio de 2022 (46.103), de acuerdo a las estadísticas de Conaf. Del total de hectáreas afectadas a nivel nacional, casi la mitad corresponden solo a la Región del Biobío (99.666 hectáreas).

El subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, indicó este domingo que "el recuento hasta hoy en la mañana son aproximadamente 270.000 hectáreas consumidas, si lo comparamos con el 2017, estuvimos cerca de las 600.000 hectáreas, por tanto, es bastante menos".

Con este dato, se analiza que el área consumida por las llamas equivale a 2.700 km cuadrados. La Superficie del Gran Santiago es de 2.787 kilómetros cuadrados, por lo que este siniestro equivale a consumir casi la totalidad de la zona urbana de la capital.

Este dato no es menor, tomando en cuenta que Santiago es la ciudad más poblada del país.

En tanto, Monsalve acotó que "si comparamos con el periodo recién pasado a estas alturas llegamos a cerca de 23.000 hectáreas consumidas, por lo tanto, si bien no hemos llegado a los niveles de 2017, es evidente que enfrentamos una situación mucho más grave de la que enfrentamos el año anterior".

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Hasta ahora, los episodios con mayores pérdidas humanas de la última década eran el megaincendio de Valparaíso, ocurrido en 2014, con 15 fallecidos, y la tormenta de fuego en la zona centro del país del 2017, que arrasó con Santa Olga, con 11, según las cifras entregadas por la Senapred.