"Un futuro basado en las renovables es mejor que uno basado en gas natural"
El aumento del consumo de energía y el consiguiente incremento del uso de combustibles fósiles superaron al crecimiento de las energías renovables el año pasado, según un nuevo informe de REN21, una red mundial de política de energías renovables que reúne a la ciencia, los gobiernos, las ONGs y la industria.
El Informe sobre la situación mundial de las energías renovables 2022 de REN21 reveló que la proporción de las renovables a nivel mundial se estancó en 2021, a pesar de que la capacidad se incrementó de forma récord. La guerra de Ucrania ha exacerbado la crisis energética mundial, generando grandes beneficios para las empresas de combustibles fósiles mientras miles de millones se enfrentan a la amenaza de la pobreza energética, argumentaron los autores.
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En una entrevista con Diálogo Chino, Rana Adib, secretaria ejecutiva de REN21, describió la alteración del mercado energético por la guerra de Ucrania y pidió a los gobiernos que prohibieran los combustibles fósiles. Adib afirmó que las energías renovables son la opción de menor costo y que ni siquiera requieren subvenciones como las "disparatadas" que reciben el petróleo y el gas.
Diálogo Chino (DC): ¿Vuelven los combustibles fósiles en medio de la invasión rusa de Ucrania?
Rana Adib (RA): Nunca hemos dejado los combustibles fósiles. El porcentaje de energías renovables ha aumentado mucho en la última década, pero los combustibles fósiles siguen siendo fuertes debido al aumento de la demanda energética. Esto significa que la transición energética aún no se ha producido y esto era así antes de la crisis de Ucrania. Ahora estamos asistiendo a una crisis energética mundial, ya que los precios de los combustibles fósiles han aumentado, lo que ha provocado picos en los precios de la electricidad y escasez. Unos pocos actores se han aprovechado de la situación, especialmente los países o empresas exportadoras de combustibles fósiles, mientras que miles de millones siguen enfrentándose a la pobreza energética. Hoy nos enfrentamos a una elección crítica. Sin embargo, muchos gobiernos vuelven a las viejas recetas para afrontarla y esto crea un riesgo climático y económico.
Rana Adib, Directora Ejecutiva de REN21 (Imagen: cortesía de REN21)
DC: ¿Espera que la alteración del mercado energético sea a largo plazo?
RA: El conflicto ha acelerado un problema estructural que está ahí: la gran dependencia de algunos actores y sus decisiones. Eso tiene un gran impacto en nuestra economía y sociedad. El aprendizaje que se desprende del conflicto es que tenemos que alejarnos de los combustibles fósiles. No sólo por razones climáticas, sino también políticas y económicas. Los gobiernos tienen que dejar de subvencionar los combustibles fósiles, algo que todavía hacen 115 países. Son 11 millones de dólares por minuto, una cantidad loca de dinero. Además, deberían incluir la eficiencia energética y las energías renovables como respuesta a corto plazo. Esto permitiría tener un sistema energético que no dependa de las fluctuaciones de los precios.
Como usted dice, los gobiernos destinan cada año miles de millones de dólares en subvenciones al sector de los combustibles fósiles. ¿Pueden reasignarse para apoyar más a las energías renovables?
La energía renovable no necesita ser subvencionada. Es la opción de menor costo, no hay forma más barata de producir electricidad. Lo que hay que hacer es tener los marcos políticos y reguladores adecuados, como las reformas del mercado. Es una cuestión de regulación y de concientización, ya que necesitamos el apoyo de la sociedad para la transición.
"La energía renovable no necesita ser subvencionada. Es la opción de menor costo, no hay forma más barata de producir electricidad".
Además, no basta con apoyar las energías renovables y la eficiencia energética, sino que también hay que prohibir los combustibles fósiles. La decisión en Europa de prohibir el motor de combustión interna es muy importante, ya que también acelerará la transformación del sector del transporte, que se está quedando atrás.
América Latina está intentando apoyar una transición energética con un amplio uso de los recursos no explotados de gas natural en toda la región. ¿Cuáles son los riesgos asociados a esta estrategia en términos de costos y de "activos varados"?
Las respuestas para la transición energética para un país que tiene recursos de gas natural no son las mismas que para uno que no los tiene y gasta mucho dinero importándolos. Para este último, está muy claro que tiene la oportunidad de construir un sistema energético diferente, que además sería más asequible. Para un país que dispone de recursos de gas natural, si los utiliza en beneficio económico, éstos deben invertirse directamente en la construcción de infraestructuras de energía limpia.
La financiación sigue siendo un gran obstáculo para la expansión de las energías renovables en muchos mercados, y América Latina se enfrenta a costos de capital más elevados que otras partes del mundo. ¿Cómo puede abordarse esta cuestión para impulsar aún más las energías renovables?
En los países en vías de desarrollo oímos muy a menudo que dependen del capital procedente del extranjero para su sector de las energías renovables. Esto suele venir acompañado de altos costos de capital debido al tipo de interés y a la gobernanza, entre otros factores. Para solucionar esto es necesaria colaboración con los bancos de desarrollo internacionales y los bancos locales, para que estos últimos entiendan que las renovables son una buena inversión. Así podemos asegurar que hay capital local en moneda local. Además, necesitamos mecanismos de garantía a nivel regional para que la financiación privada pueda entrar en esos mercados.
La mayoría de los países de América Latina tienen dificultades en su transición energética para añadir valor a su economía, desde extraer litio pero no producir baterías hasta importar todos los elementos para un parque eólico o solar. ¿Qué haría falta para desarrollar más las industrias nacionales?
Cuando hablamos de pasar a la energía renovable, no se trata sólo de un cambio de combustible, sino también de construir cadenas de valor industrial y crear puestos de trabajo locales. No todos los países van a empezar a producir paneles solares fotovoltaicos y tenemos que ser realistas al respecto. Los países tendrán que colaborar para aprovechar las capacidades de los demás. La energía renovable tiene que convertirse en un KPI [indicador clave de rendimiento] para cualquier actividad económica. Estos debates tienen que producirse en colaboración con todos los ámbitos del gobierno.
Además de la solar y la eólica, América Latina está explorando un nuevo mercado de hidrógeno verde, por el que Europa ha mostrado interés en medio de las tensiones de su mercado energético. ¿Tiene esperanzas en este nuevo mercado? ¿Puede desencadenar una mayor expansión de las energías renovables?
La demanda de hidrógeno ha sido históricamente impulsada por la industria del gas natural. Pero ahora que los precios del gas suben, está claro que necesitamos hidrógeno basado en energías renovables. Los costos de la electrólisis [la aplicación de una carga eléctrica al agua para separar los átomos de oxígeno e hidrógeno] están bajando y está entrando en un área donde puede ser económicamente viable. Esto es realmente prometedor. Pero la realidad es que la economía del hidrógeno debe contemplarse en toda la cadena de valor. Si se trata de un hidrógeno basado en las energías renovables, significa que tenemos que aumentar nuestra capacidad energética basada en las energías renovables. Si se aumentan las energías renovables, hay que preguntarse si es para suministrar electricidad a los servicios energéticos o para transformarla en hidrógeno.
¿Espera que la COP27, que se celebrará en noviembre, vuelva a poner sobre la mesa las energías renovables en medio de las perturbaciones del mercado energético?
El año pasado hubo un aumento masivo de los compromisos de energía neta cero por parte de los gobiernos. Pero sólo el 18% de los países de todo el mundo tienen un objetivo de energía renovable al 100%, según nuestro reciente estudio. Esto significa que no hay un reconocimiento claro en esas promesas de cero neto de que esto requiere transformar el sistema energético. Para la COP27, no sólo necesitamos más ambición, sino también traducir esta ambición en acciones concretas. Esto significa eliminar progresivamente los combustibles fósiles y desarrollar un sistema energético eficiente y renovable. Lo que espero para la COP27 es que apoyemos colectivamente que un futuro basado en las renovables es mejor que un futuro basado en el gas natural.