Militarización de La Araucanía: ¿Volveremos a involucrar a las FFAA en los conflictos sociales?

Militarización de La Araucanía: ¿Volveremos a involucrar a las FFAA en los conflictos sociales?

Por: Sebastián Monsalve | 02.10.2017
Tanto la derecha como el general se equivocan si creen que la militarización de La Araucanía puede solucionar el problema que se vive allí, al contrario, eso solo va a profundizar aún más la dinámica de violencia de la situación y otorgar argumentos a quienes presentan al Estado chileno como poco democrático, dificultando cualquier intento de solución política.

Durante el mes de septiembre, como ya es costumbre, surgió con fuerza el debate en torno a la responsabilidad de las Fuerzas Armadas (FFAA) en el golpe de Estado de 1973 y la violación de los Derechos Humanos (DDHH) durante la dictadura. La discusión estuvo marcada por el anuncio presidencial de cerrar el penal de Punta Peuco y la carta de los ex comandantes en jefe y ex directores de Carabineros reclamando contra los avances que se han hecho en materia de justicia. Sin embargo, este año se sumó una nueva discusión que tensiona las relaciones cívico-militares y que se refiere a la pretensión, expresada por el general Humberto Oviedo, comandante en jefe del Ejército, de involucrar a las FFAA en los hechos que están sucediendo en La Araucanía. Resurge así la pretensión militar de ejercer un rol interno en los conflictos sociales del país.

Pocos días después de la quema de 29 camiones en la región de La Araucanía (el día 28 de agosto) el general Oviedo, de visita en la ciudad de Los Ángeles, aseguró que la institución que dirige se encuentra disponible para intervenir en el conflicto y otorgar protección en las zonas donde se han producido los hechos de violencia. Si bien precisó que esto solo se daría en caso de declararse Estado de Excepción Constitucional y que la decisión dependería de la autoridad política, dejó en claro que en el Ejército “como parte de las Fuerzas Armadas están preparados para enfrentar cualquier tipo de crisis”.

Podríamos ser benevolentes con el general y pensar que sus palabras están dichas al calor de la contingencia, si no fuera porque a lo largo de todo el mes los dos candidatos de la derecha han alegado que la acción de las policías es insuficiente para enfrentar a supuestos grupos “terroristas” y reclamado, con distinto énfasis, el involucramiento de las FFAA en la problemática mapuche. Así, por ejemplo, Sebastián Piñera planteó la necesidad de crear un Consejo de Inteligencia contra el crimen organizado y el terrorismo (eufemismo para referirse a las organizaciones mapuches) en el cual participarían los jefes de inteligencia de las FFAA. Por su parte, José Antonio Kast fue más lejos y declaró a los medios “si fuera presidente decretaría la ayuda de Fuerzas Armadas en La Araucanía a fin de terminar con los actos terroristas”, idea que ratificó en el último debate presidencial. Esta pretensión de militarizar la acción estatal en La Araucanía no hace más que reflejar que la derecha sigue concibiendo a los militares, al igual que en 1973, como un instrumento para la represión interna.

Aunque el general Oviedo no se ha vuelto a referir a este tema, su declaración en orden a prestar “protección en las zonas de los atentados” se alinea claramente con esta postura de la derecha de asignarle un rol interno a las FFAA. Esto es grave porque con ello el general pone en cuestión todos los esfuerzos que se han hecho durante la transición por democratizar la política militar, cuya piedra angular consiste en no involucrar a las FFAA en los conflictos sociales y fortalecer su función central que es la defensa exterior del país. Lo que se habría esperado de un comandante en jefe del Ejército comprometido con el régimen democrático es que se hubiera apartado claramente de cualquier intento de involucrar a su institución en los conflictos internos de la sociedad. Lamentablemente las palabras del general Oviedo dejan un manto de duda sobre este punto, y más bien evidencian que en el mundo militar hay un interés por jugar un rol en los asuntos de orden interno.

Tanto la derecha como el general se equivocan si creen que la militarización de La Araucanía puede solucionar el problema que se vive allí, al contrario, eso solo va a profundizar aún más la dinámica de violencia de la situación y otorgar argumentos a quienes presentan al Estado chileno como poco democrático, dificultando cualquier intento de solución política. Pero más aún, significa que la derecha y los militares no han reflexionado realmente sobre las consecuencias terribles que implica confundir el conflicto social con la guerra y asignarle a las FFAA un rol interno como si con sus armas se pudieran solucionar los problemas de la sociedad. Fue esta lógica la que precisamente llevó a la violación de los DDHH que hoy en día siguen, con justa razón, condicionando las relaciones entre la sociedad y las FFAA. Es necesario enfrentar estos planes para no tener que volver a lamentar a futuro lo que estamos tratando de solucionar hoy.