¿Es realmente una ventaja ser un Presidente cercano? El primer año de Boric según expertos
Hace un año, cuando Gabriel Boric asumió como Presidente de la República, las dudas sobre cómo iba a ser su gestión se multiplicaron entre el mundo político, el empresariado y la ciudadanía. Su juventud y, por ende, su “inexperiencia” para desempeñar el cargo, eran los principales cuestionamientos que recaían en su figura; fue electo con 36 años, el más joven de la historia.
El 11 de marzo de 2022, antes de trasladarse al Congreso para ser investido como nuevo jefe de Estado, Boric se dio el tiempo de desayunar con vecinos de Cerro Castillo y saludó a las personas apostadas fuera de la sede de Gobierno. Esa escena, se ha repetido en la mayoría de los actos oficiales que ha encabezado durante su gestión.
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Según datos de la última encuesta Research Chile, la cercanía (41%), empatía (32%), carisma (30%), confianza (24%) y respeto (20%), son las principales cualidades que la ciudadanía identifica en el Jefe de Estado.
Por el contrario, el liderazgo, la capacidad de gobernar, autoridad y conocimientos técnicos, son los aspectos que no se identifican en el mandatario, según los encuestados. Todos debajo de quienes responden que el mandatario no tiene ningún atributo.
La cercanía: ¿Es un defecto o una virtud?
Para el doctor en Ciencia Política y académico de la Universidad Central, Kenneth Bunker, hace una distinción. Boric efectivamente es cercano, pero “para su base de apoyo, no para toda la gente”.
En esa línea, el cientista político sostiene que “hay una gran diferencia entre lo que es ser cercano para gente militante, que mete mucho ruido en redes sociales o en los lugares donde escoge ir el presidente, a ser una figura cercana que puede ir a cualquier parte”.
“Él se deja ver como un líder que es cercano, pero no es el caso. Si fuera cercano no estaría tan bajo en popularidad. La gente no apoya a Boric, porque en parte no lo siente cercano. No se ve preocupado de los problemas de la gente. Es un presidente que se ve preocupado de los problemas políticos; la Constitución o la reestructuración económica”, comenta Bunker.
Una visión distinta tiene Rodrigo Zambrano, director de Research Chile, quien asegura que la ciudadanía efectivamente reconoce en el jefe de Estado un “liderazgo cercano”.
[caption id="attachment_821791" align="alignnone" width="900"] Gabriel Boric en la Plaza de la Constitución. Foto: Agencia UNO[/caption]
Sin embargo, esto no se ve reflejado en la aprobación presidencial, debido a los errores no forzados del Gobierno que han eclipsado sus dotes personales.
“Una cosa es que hoy la ciudadanía reconozca un liderazgo cercano, pero otra cosa muy distinta, es que no exija de sus autoridades coherencia y prolijidad en el proceso de toma de decisiones, como por ejemplo, que en un momento se estableciera el fin del Estado de Excepción en el sur y posteriormente lo reinstalara”, dice Zambrano.
En esa línea, la directora del Departamento de Periodismo de la UAH e investigadora del Núcleo Milenio MEPOP, Ximena Orchard, señala que precisamente la “cercanía”, entre otras cualidades de Boric, es lo que sostiene la base del apoyo presidencial.
“Su figura y características personales es uno de los pilares principales que sostienen la aprobación de su gobierno, no solo esta idea de que es un presidente 'cercano' sino principalmente el hecho de que ha demostrado ser un líder dialogante y poco dogmático, a pesar de lo que sus detractores digan”, explica Orchard.
[caption id="attachment_821792" align="alignnone" width="900"] Boric junto a familias afectadas por el incendio en Punta Lavapié. Foto: Agencia UNO[/caption]
En cuanto a las razones por las que no se ven reflejados estos aspectos positivos del mandatario en las encuestas, la experta en comunicación política explica que “el error es creer que la aprobación presidencial se basa únicamente en los atributos personales del líder en cuestión”.
“Con los niveles de fragmentación política que hoy tenemos y considerando que Boric es el líder de una coalición que está lejos de ser mayoritaria en el Congreso, ya parte en un escenario distinto, donde hay menos personas con un compromiso ideológico con el Gobierno. Y hay una serie de factores externos que son relevantes, como el panorama económico, el éxito legislativo, el manejo de las crisis y los hechos contingentes que cambian la agenda”, profundiza.
Cercanía y autoridad: ¿Una necesaria contradicción?
Cuando se compara a Boric con otras figuras presidenciales como Ricardo Lagos, por ejemplo, a menudo se hace la comparación entre el sello de “estadista” que imprimió el líder concertacionista, con la imagen empática y dialogante que proyecta el actual jefe de Estado.
En ese sentido, la dicotomía entre estos dos atributos corresponde a una “construcción histórica” de la figura presidencial, según Rodrigo Zambrano, quien precisa: “Hoy, en pleno siglo XXI la figura del líder no es aquel que basa su autoridad sólo en su jerarquía. En mi opinión, el concepto estadista, como tradicionalmente se entiende en Chile debe actualizarse a los nuevos tiempos”.
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“Por ejemplo, Boric no usa corbata, pero eso no significa que no sea un estadista. Un estadista no solo ejerce autoridad, también debe basar su liderazgo en la empatía con la ciudadanía y en la defensa de los valores fundantes de una nación, y en este sentido lo hemos visto bien activo alzando la voz (y sin tapujos) condenando las violaciones a DDHH en Nicaragua, Venezuela o Perú, y eso también significa ser estadista”, agrega.
Por su lado, Bunker cree que no necesariamente es una contradicción el ser un presidente cercano con uno que proyecta autoridad, como lo fue el caso de Bachelet.
“Ella estaba bastante empoderada, pese a que era un Gobierno bastante vertical y creo que Boric también lo podría hacer. Pero creo que él debe explotar más esa verticalidad. Ahora, evidentemente perteneciendo a una coalición hiperdemocrática no resulta tanto, ahí hay un problema estructural más bien profundo”, sostiene.
En tanto, Orchard asegura que “no existe una contradicción entre la cercanía y ser una autoridad. Hay líderes y lideresas que se han caracterizado por tener esos atributos, y encabezar gestiones respetadas y valoradas”.
Sin embargo, señala que “la cercanía no es un atributo suficiente” a la hora de construir una imagen presidencial fuerte.
“Es indispensable que sea capaz de mostrar liderazgo político y capacidad de gestión para mejorar sus índices de aprobación. Creo que el próximo gran desafío de su gestión va a ser la manera en que se gestione el futuro de la reforma tributaria” que fue rechazada esta semana, plantea.
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El perfil de Boric ante Piñera y Bachelet
Tras la rotación de Bachelet y Piñera en los últimos cuatro periodos presidenciales, Boric llegó con la obligación de imponer un nuevo sello en el cargo y que, a la vez, sintonizara con la ciudadanía.
Si bien su juventud, junto con el hecho de liderar la nueva generación política, indicaba un aire fresco en la forma de ejercer la presidencia, Boric también ha seguido la corriente de Bachelet. De hecho, en el último cambio de gabinete entraron varios de sus excolaboradores.
Así lo expone Zambrano, quien sostiene que “si esto fuera una matriz, Bachelet y Boric estarían a un extremo del plano y Lagos con Piñera en el otro extremo”.
“Son liderazgos ciudadanos y no técnicos, que se entienda bien, esto no significa que sea malo, al contrario. Recordemos que Piñera basaba su presidencia en lo técnico, y como consecuencia, llegó a tener un 6% de aprobación con el riesgo real de que no pudiera terminar su mandato presidencial”, apunta el director de Research Chile.
En consideración de Ximena Orchard, Boric tiene “características propias como presidente que lo diferencian claramente de sus antecesores”, pero “algunos de ellas tienen el potencial de ser armas de doble filo”.
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“La principal y más obvia es su juventud, un atributo que viene con el reverso de la ‘inexperiencia’ pero que le permite sintonizar con sectores más jóvenes de la población, y ser más libre en la manera en que se presenta públicamente”, explica la experta en comunicación política.
Otro de los atributos que identifica Orchard en el mandatario en comparación a sus antecesores es la “flexibilidad” que ha mostrado, aunque este aspecto “en ocasiones lo ha mostrado como ‘dubitativo’, como cuando ha revisado públicamente sus decisiones”.
Por el contrario, Kenneth Bunker cree que, a diferencia de Bachelet, el mandatario no ha logrado sintonizar con todas las esferas de la sociedad.
“A diferencia de Boric, ella (Bachelet) sintonizaba muy bien con el grueso de la clase media, era una figura carismática que caía bien en las clases socioeconómicas más vulnerables, incluso en las más privilegiadas entraba bien”, dice el cientista político y académico.
“Piñera estaba más enfocado a los resultados, mientras que Boric se enfoca en los procesos. En el caso de Lagos, él practicaba un liderazgo mucho más vertical. Pero incluso en líderes que son horizontales como Boric o Bachelet, ella es más carismática de forma natural”, ahonda Bunker.