“Veo cada vez más difícil la posibilidad de llegar a un acuerdo que convoque a todos los chilenos y chilenas”, dice la consejera Karen Araya (PC).

Pese a que las bancadas de izquierda han insistido en que se llegue a un acuerdo que deje tranquilos a todos los sectores políticos, en el pleno del Consejo Constitucional se han aprobado una serie de enmiendas que el oficialismo ha calificado como “identitarias” e incluso “anti mujeres”.

Sobre esta situación, la consejera Araya es especialmente crítica del rol que ha jugado Chile Vamos, fuerza que se ha plegado al Partido Republicano. “Chile Vamos sigue siendo y será hasta el final de este proceso el vagón de cola del Partido Republicano”, asegura la consejera del PC.

Además, sobre la influencia que ha tenido en este último tramo del proceso el líder de republicanos, José Antonio Kast, la consejera comenta: “Lo que está haciendo Kast es instalar su programa de gobierno en esta propuesta constitucional”.

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—Tras rechazarse la paridad, en un punto de prensa consejeras oficialistas calificaron el proyecto constitucional como uno "anti mujeres" ¿comparte esa apreciación?

Estoy absolutamente de acuerdo con lo que señalaron mis compañeras. Estuve presente en el punto de prensa para respaldar sus dichos, porque hoy lo que está ocurriendo en este proceso constitucional es que se están votando normas que suponen un retroceso en los derechos de las mujeres.

Y no solo se trata de la posibilidad de retroceder en el aborto en tres causales. Esta norma puede imposibilitar de que muchas mujeres y niñas puedan acceder a la píldora del día después, e incluso a tratamientos de fertilización. Así de compleja es una las norma que se votó y aprobó. No es solo un problema semántico, porque se cambia el "del" por el "quién" en el artículo, sino que es un problema democrático. Se quieren restringir los derechos de las mujeres, por eso es que declaramos que es una Constitución anti mujeres.

—Pero el Partido Republicano ha insistido en que no se busca derogar el aborto en tres causales con esa norma.

Ellos públicamente han querido tergiversar las cosas, no solo en este tema, sino que en muchos otros. Esa es la intención ellos (derogar la ley de aborto). Lo transparentaron en las comisiones. Los han transparentado públicamente en ciertas ocasiones y también lo manifestaron de manera privada cuando tuvimos estas reuniones para ver si lográbamos acuerdos. Que ahora digan lo contrario es una cuestión que se da porque les ha afectado en la opinión pública este tema, y eso se demuestra en la baja aprobación en las encuestas.

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—Además de estas normas en materia de derechos de mujeres, hay otras que se han aprobado y han sido calificada como regresivas. En ese panorama, ¿qué margen de acción le queda al oficialismo?

Lo he señalado muchas veces; acá en el consejo hay una correlación de fuerzas que no favorece a la izquierda y tampoco al pueblo de Chile. Porque si uno retrocede en el tiempo y reflexiona qué es lo que nos trajo acá, uno se da cuenta que es el mismo pueblo que exigió mayor equidad e igualdad. Eso tenía que traducirse en más y mejores derechos para las personas. Hoy en día, en el Consejo no estamos garantizando eso.

No estamos garantizando que haya un mejor sistema de salud, o mejoras en la educación, o que las familia puedan acceder a una vivienda propia. Tampoco se abordan de forma correcta temas tan importantes como la crisis climática. Porque todo lo que hoy hay escrito en este proyecto constitucional va en la dirección de mantener el sistema subsidiario.

—Ante esta situación que describe, ¿el oficialismo ya está barajando la posibilidad de llamar a votar en contra?

Nosotros estamos presionando para que haya un acuerdo para Chile, que se de un carácter general en todas las materias. Por supuesto que eso dejaría fuera lo que Republicanos y Chile Vamos han hecho hasta ahora, que es constitucionalizar las AFP, las isapres y el sistema de vouchers en la educación. Lo que es muy complejo. Porque para mí, el proyecto constitucional hasta el momento es un traje a la medida de la derecha.

Por dar un ejemplo, ellos votan una enmienda de financiamiento a los partidos políticos donde se quita la palabra "público". Eso, además de otra enmienda que da la posibilidad a que personas jurídicas puedan financiar a los partidos políticos, implica que las empresas podrían volver a financiar los partidos políticos como lo que pasó con SQM o Penta. Esa es la gravedad que tiene las votaciones que se han dado en el pleno.

—Con lo que se ha votado hasta el momento usted votaría en contra.

Si nosotros no vemos que esto cambia, por supuesto tendremos que revisar el texto y tomar una decisión que no es la que nos gustaría. Porque lo que nos convocó a este proceso es la posibilidad de escribir una nueva y buena Constitución. Pero tiene que ser un texto acordado por todos y todas. Tiene que ser la casa de todos y todas. Si no es así, por supuesto que tomaremos la decisión que consideremos que es lo mejor para Chile.

[caption id="attachment_868639" align="aligncenter" width="900"] Bancada de consejeros oficialistas[/caption]

—Durante este último tramo del proceso constitucional, José Antonio Kast ha ejercido una gran influencia en el Consejo Constitucional. Incluso artículos de prensa mencionan que ha presionado a consejeros para votar de determinada manera, ¿cómo ve esta situación?

Lo que está haciendo José Antonio Kast es instalar su programa de gobierno en esta propuesta constitucional. Su intención es abrir las puertas para, en caso de ser presidente, no tener ataduras para instalar sus ideas identitarias y totalitarias que solo pertenecen a un sector de la población, y muy menor.

—Kast, y en general los consejeros del Partido Republicano, han optado por una estrategia de posicionarse en la vereda contraria al PC y el gobierno, aludiendo al "si es malo para el Partido Comunista es bueno para Chile".

Esa es una estrategia que el Partido Republicano ha querido instalar desde el día uno. Hace meses atrás vengo escuchando a los consejeros (Antonio) Barchiesi y Luis Silva que el Partido Comunista se tenía que bajar y que no queríamos este proceso. Y yo se los aclaré directamente, de forma pública, que esa no era la postura oficial del PC. Nosotros vamos a estar trabajando por un buen proyecto constitucional hasta el último día.

Y hay que considerar que no solo somos nosotros los que han criticado este proceso constitucional. Hace unos días Evelyn Matthei, la posible candidata de Chile Vamos, decía que no iba a entregar su capital político a un proceso que ella ve que va al fracaso. La expresidenta Michelle Bachelet dijo que iba a salir a la calle a marchar si se retrocedía en los derechos de las mujeres.

Entonces no solo somos los comunistas los que estamos dando la alerta sobre el texto constitucional que se va a plebiscitar el 17 de diciembre, son muchos actores políticos, que no son solo de la izquierda.

—¿Cómo evalúa la actuación de Chile Vamos en este tramo del proceso constitucional?

Para mí, Chile Vamos sigue siendo y será hasta el final de este proceso el vagón de cola del Partido Republicano. No sé qué es lo que buscan o qué hay detrás de esa actitud. Porque ellos saben que no está bien lo que están votando en el pleno. Y eso es algo que lo he conversado con personas de Chile Vamos, les he preguntado por qué votan de determinada manera si va en contra de lo que han dicho previamente.

—¿Cree que hay un cálculo electoral detrás de esa forma de actuar en el Consejo?

Yo creo que se debe a la influencia de José Antonio Kast en este proceso. Él ha ultraderechizado a consejeros, no solo republicanos, sino que de Chile Vamos. Eso es lo complejo, y a la vez peligroso, porque con este proyecto se le da más privilegios a quienes han tenido el poder económico en este país, en desmedro de la gran mayoría de los chilenos y chilenas que viven en la crisis de desigualdad.

—Los partidos se han visto cada vez más involucrados en este proceso, instando a la Comisión de Expertos a mejorar el proyecto que salga tras el pleno ¿ve usted posibilidad de que efectivamente de la comisión mixta entre consejeros y comisionados salga un proyecto con el que todos los sectores políticos se sientan convocados?

Para mí el anteproyecto era un piso, no un techo. Creo que estaba la posibilidad de robustecer ese texto. De todas formas, no agoto las esperanzas de que pudiésemos lograr un acuerdo transversal para Chile, aunque admito que lo veo cada vez más lejano. Creo que aún está la instancia. No sé si va a ser en estos días de votaciones que quedan en el pleno, o podría ser en la comisión mixta entre expertos y consejeros.