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Ignacia Fernández, ministra de Agricultura:
Foto: Ministerio de Agricultura

Ignacia Fernández, ministra de Agricultura: "Enfrentamos una temporada de incendios con un Estado más preparado que nunca"

Por: Natalia Riquelme Campos | 21.12.2025
En entrevista con El Desconcierto, la titular del Minagri comentó detalles acerca de la preparación del país para abordar el verano. "Enfrentamos una temporada muy compleja por las altas temperaturas y un invierno poco lluvioso, pero tenemos más recursos que nunca: 160.000 millones de pesos, cuando antes eran 75.000 millones", aseguró.

Recién iniciado el verano, Chile se prepara para una temporada de eventuales incendios forestales que las autoridades proyectan como "muy compleja". Sin embargo, la institucionalidad estatal está más preparada que nunca dado el aumento de recursos y la modernización de las reparticiones que trabajan en torno a la materia.

Eso comentó la ministra de Agricultura, Ignacia Fernández, quien en conversación con El Desconcierto detalló las medidas preventivas, el reforzamiento institucional con la creación del SENAFOR (ex CONAF), y la urgencia de aprobar la ley de siniestros que actualmente se encuentra en la Comisión de Hacienda del Senado.

Asimismo, detalló que aunque "enfrentamos una temporada muy compleja por las altas temperaturas y un invierno poco lluvioso, tenemos más recursos que nunca: 160.000 millones de pesos, cuando antes eran 75.000 millones".

La titular del Minagri también comentó el desafío de mantener lejos de nuestras fronteras a la mosca de la fruta, plaga que aunque fue erradicada desde 1995 sigue representando un problema en el marco del ingreso ilegal de productos agrícolas, el turismo y el cambio climático.

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Mosca de la fruta: más ocupación que preocupación

-Ministra, antes de entrar al tema de incendios, ¿para el Gobierno es una preocupación la presencia de la mosca de la fruta?

Yo diría que es una ocupación más que una preocupación. Hay una cantidad importante de brotes que hemos tenido estos años, pero sin embargo, Chile mantiene su calidad de país libre de mosca de la fruta.

Nuestro trabajo consiste justamente en preservar que eso sea así, y para eso lanzamos un plan integral, serio y sostenido, que le hemos llamado "No a la mosca de la fruta", que busca articular el trabajo del Estado entre distintos servicios públicos y también con los productores, de manera tal de no solo controlar los brotes activos que hoy día tenemos, sino que hacernos cargo de algunas causas más estructurales que explican esta presencia de brotes.

Si no estuviéramos haciéndonos cargo como lo estamos haciendo, efectivamente sería una preocupación, porque hay mucha presión de ingresos por contrabandos, de ingresos ilegales y también por más turismo.

Pero estamos actuando: estamos trabajando en un proyecto de ley para penalizar la internación ilegal de productos de origen agropecuario que no tengan trazabilidad, estamos trabajando con las policías para fortalecer los controles de ingresos ilegales en la frontera, con aeropuertos y con los pasos fronterizos habilitados para la comunicación de riesgo, que también es muy importante, sobre todo con los turistas, y reforzando las capacidades de control y de vigilancia del propio SAG para estos brotes que han ido surgiendo.

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-¿Cuáles son las acciones concretas que el gobierno está impulsando para evitar que esta mosca de la fruta entre al país?

En materia de frontera estamos reforzando el trabajo de coordinación con Carabineros para que ellos apoyen también en todo el trabajo de control y, sobre todo, como inteligencia en conjunto con las policías, para tener una mejor capacidad de análisis y de detección de ingresos de carácter ilegal. Además de este proyecto de ley al que te hacía referencia, que tipifica el delito de internación y agrava las multas también por la propagación.

No puede ser que las personas puedan circular libremente al interior del país con cargamentos enteros de frutas que no tienen autorización para estar en el país y que propagan plagas. Queremos no solo poder sancionar requisando esa fruta o decomisándola, sino que también que arriesguen penas de cárcel importantes las personas por traficar productos de origen ilegal. Esa es toda una lista de desincentivos muy importantes para el ingreso de plagas al país.

Lo otro que es muy importante es todo el trabajo de fortalecimiento de las capacidades que tiene el SAG hoy día. Tenemos un programa con el BID que está permitiendo justamente modernizar y fortalecer la capacidad del SAG, tanto en su red de laboratorios como en los equipamientos de control de frontera, y creando una unidad de inteligencia sanitaria para justamente la detección de plagas y el análisis de plagas.

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Del CONAF al SENAFOR: un cambio institucional estratégico

-Hubo un cambio de la CONAF, que ahora pasó a ser SENAFOR. ¿Cómo ha sido ese cambio y en qué se ha visto materializado?

El cambio de SENAFOR básicamente lo que nos permite es que la CONAF, que fue una institución en su momento creada de forma, como a través de una especie de resquicio, porque se creó una corporación privada para hacerse cargo de tareas y de funciones públicas muy estratégicas como el control de incendios, pero también todos los trabajos de forestación, reforestación y cuidado de nuestro patrimonio de áreas silvestres.

Esto era una deuda pendiente que tenía el país: contar con una institucionalidad pública para hacerse cargo de estas tareas. Esto, por cierto, simplifica los esfuerzos de coordinación que se realizan al interior del Estado por el hecho de ser ahora una institución pública. Además, se refuerzan algunas funciones específicas de la CONAF, no necesariamente en temas de incendios, sino en temas de cuidados de arbolado urbano.

Se ordena mejor la institucionalidad porque, con la creación en paralelo del SBAP, del Servicio de Biodiversidad y Áreas Silvestres Protegidas, todo lo que tiene que ver justamente con el cuidado en las áreas silvestres forma parte de la institucionalidad ambiental y, por lo tanto, el SENAFOR fortalece su labor en gestión y protección forestal, estrictamente.

-¿Nos puede comentar acerca del protocolo o la información que hubiese en torno al manejo de incendios en áreas protegidas?

El manejo de incendios en áreas protegidas es superrelevante. En las áreas protegidas está totalmente prohibido hacer fuego y no solo hacer fuego directamente, sino que actividades que sean riesgosas para eventualmente generar fuego de forma indirecta, como por ejemplo dejar basuras al aire libre que puedan tener restos de vidrio, por cierto, encender cigarros o dejar colillas mal apagadas. Todos esos protocolos que en muchos otros lugares son simplemente recomendaciones, en las áreas silvestres están totalmente prohibidos.

Las áreas silvestres además tienen, en general, están localizadas cerca de brigadas forestales y en algunos casos incluso tienen sus propios brigadistas para el primer choque. Obviamente después llegan las brigadas especializadas que están dispuestas a lo largo de todo el país, pero poder hacer una primera contención es muy importante porque lo que nos muestra la experiencia es que justamente poder controlar muy rápidamente los incendios implica disminuir riesgos importantes.

Una temporada compleja con más recursos que nunca

-¿Cómo proyectan ustedes esta temporada? Entendiendo que las veces pasadas los incendios fueron una problemática muy compleja, ¿cómo están preparándose para abordar una nueva temporada y qué es lo que esperan?

Enfrentamos una temporada de incendios con un Estado yo diría que más preparado que nunca. Más recursos: hoy día tenemos 160.000 millones de pesos cuando recibimos el gobierno, los recursos para el combate a incendios eran alrededor de 75.000 millones. Estamos hablando de un crecimiento más del 110% de recursos, pero también más coordinación y una estrategia que pone además la prevención y la protección de las personas, de la infraestructura, muy en el centro.

Tenemos los recursos que implican una flota de aeronaves, 77 aeronaves, 319 brigadas. Pero creo que tan importante como eso es el hecho de que hayamos fortalecido con mucha fuerza la coordinación entre organismos públicos, entre la CONAF, con Senapred, con el Ministerio del Interior, con el Ejército, también con bomberos y con el sector privado.

Hay varias estrategias muy claras en ese sentido: puestos de mandos móviles compartidos entre el sector privado, bomberos y la propia CONAF, que permiten ir monitoreando los incendios en tiempo real; la integración de medidas tecnológicas para mejorar la respuesta, torres de vigilancia con cámaras de inteligencia artificial, mejores sistemas de conectividad digital en zonas de emergencia.

Hemos estado presentando con las compañías de telecomunicaciones estos carros móviles que permiten asegurar comunicaciones en caso de que haya incendios, que no se corten las comunicaciones y poder permanecer en combate. Más investigación de las causas originales de los incendios, que también es muy importante.

Pero, en paralelo, también es muy importante señalar que enfrentamos una temporada muy, muy compleja. Las condiciones climáticas que esperamos ya son muy complejas. En enero y febrero esperamos que sean el tiempo de mayor complejidad por las altas temperaturas, a lo que se suma un invierno que fue relativamente poco lluvioso. La tierra está muy seca, y las lluvias que hubieron fueron relativamente tardías. Entonces, hay material vegetacional, pastito, que estuvo hasta hace un tiempo verde, pero que ya se está secando y que también es un riesgo importante.

La ley de incendios forestales: en la recta final

-¿En qué va la ley para incendios forestales? ¿Esperan que se apruebe antes de que termine la temporada o el mismo gobierno?

Nuestro deseo y voluntad es que efectivamente se apruebe antes, que la podamos dejar aprobada como gobierno. En este momento está en la Comisión de Hacienda del Senado. Ya hemos tenido tres sesiones donde hemos ido a presentar el proyecto y entregar antecedentes. Y hemos manifestado, además, muy abiertamente toda nuestra voluntad de subsanar las diferencias que nos han planteado los parlamentarios.

Nosotros, por cierto, creemos que estamos defendiendo un muy buen proyecto y que es muy necesario para Chile. El proyecto lo que hace es que define una serie de medidas preventivas, pero de carácter obligatorio, tanto para propietarios públicos como para propietarios privados, de manera tal de que cosas que sabemos y que la experiencia indica que tienen un impacto muy importante en evitar la propagación del fuego, pero también en mitigar su impacto, como es la elaboración de cortafuegos, la elaboración de zonas de amortiguación, el hecho de contar con comunidades preparadas puedan ya no depender de la voluntad de un gobierno de turno o de un propietario de turno, sino que sean ley.

Hemos encontrado una positiva valoración, en términos generales, de la idea de legislar sobre esto, pero muchas preguntas y preocupaciones respecto de las responsabilidades que se le imponen a los privados también. Esta es una tarea que tenemos que asumir entre todos.

Más allá de que la propiedad sea privada, hay un sentido y una responsabilidad social que nosotros estamos convencidos de que no puede asumir exclusivamente el Estado. Si hay predios privados que pueden colindar con un bosque o con zonas de alto riesgo, efectivamente hay que hacer tareas ahí que permitan mitigar el impacto que puede tener un incendio.

Hemos estado buscando mecanismos de acompañamiento para esos propietarios, si son más pequeños; de disminuir los montos de las multas ante el no cumplimiento; de acompañamiento a los municipios, que van a tener que también incluir en sus planes estas zonas de interfaz urbano-rural. De nuestro lado, por cierto, toda la voluntad para que avancemos con este proyecto.

-¿A qué se refiere puntualmente cuando habla de la labor que debe ser compartida entre los actores cuando predios privados colindan con bosques?

Me refiero a cortafuegos, a zonas de amortiguación, de que si se produce el fuego, los cortafuegos tienen un impacto importante para que el fuego no siga avanzando y los incendios puedan detenerse a tiempo. Eso, efectivamente, si uno lo piensa, es una pérdida económica para el propietario, porque hay una parte del terreno que queda improductiva. Por eso te decía que hay un bien mayor, que es la protección de todos.

Degradación de suelos: legislación pendiente

-En torno a la degradación de los suelos, ¿cómo se enfrenta esa problemática? ¿Han pensado en alguna propuesta en torno a la materia?

Ese es un tema súper importante. Por un lado, estamos legislando también. Hay hoy día en tramitación dos proyectos de ley. Uno, un proyecto de suelos en general, para regular y cuidar el uso del suelo agrícola. Pero pensando en degradación, estamos tramitando un proyecto de ley que se llama SIGES, de Gestión Integral de Suelos Degradados, que busca justamente poder entregar apoyos, bonificaciones y apoyos financieros a propietarios para la recuperación de sus suelos.

Esto es algo que ya existió en el pasado a través de otro programa, pero que era un programa creado por ley, entonces ya perdió su vigencia, y por eso necesitamos esta nueva legislación que también está en su fase final de tramitación, pero que hace tiempo que no ha tenido movimiento en el Senado, también en la Comisión de Hacienda. Vamos a ver si podemos hacer todo lo posible por que sea ley, porque es un proyecto que genera muchos apoyos muy transversales respecto de la importancia de mejorar la gestión de los suelos y poder tener apoyos, incentivos económicos de parte del Estado para esa gestión.

Por otro lado, hay otro desafío más vinculado al tema de incendios que conversábamos, que es muy importante: cuando los suelos se queman y no se vuelven a plantar o a aforestar, tienen un impacto, un daño también importante en términos ambientales y de erosión del suelo. Para eso, el avance más concreto que hemos tenido, y que yo creo que vale la pena mencionarlo, es un acuerdo con el Gobierno Regional del Biobío, en el marco del Plan de Recuperación Industrial del Biobío, para recuperar 4.000 hectáreas afectadas por incendios forestales, tanto en 2023 como en 2017, con apoyo conjunto de la CONAF y del Gobierno Regional, a través de obras de trabajos de reforestación. Eso va a permitir volver a tener cubierta vegetal en esos suelos, y por cierto, eso tiene un impacto importante en contra de la erosión.

El llamado a la ciudadanía

-¿Cuál es el llamado que se le podría hacer a la ciudadanía para evitar que grandes extensiones de tierra no terminen quemadas?

Lo más importante, que siempre repetimos, es que no hay mejor combate que la prevención. Prevenir un incendio es mucho más fácil que combatirlo. Cada uno de nosotros, todas las personas pueden con acciones cotidianas muy pequeñas contribuir a que no se generen incendios forestales. Prácticamente, más del 99% de los incendios forestales son causados por acciones de personas, muchas veces de forma negligente o accidental, a veces de forma intencional, pero son acciones que, por cierto, podemos evitar.

Ser responsable en el uso del fuego, en seguir las recomendaciones de las autoridades, en no hacer trabajos agrícolas en horas de altas temperaturas, no hacer asados ni fuegos al aire libre en horas de altas temperaturas, son medidas importantes que pueden evitar la generación de incendios y, por lo tanto, salvar vidas, salvar infraestructuras, salvar nuestra biodiversidad también.

Si ven fuego, avisar muy rápidamente al 130. Es preferible dar un aviso de más que de menos, porque cuando CONAF llega a tiempo y puede apagar un incendio muy rápidamente, también se liberan recursos para poder apoyar otros incendios, pero sobre todo se evita un daño mayor. Dar aviso es muy, muy importante hacerlo rápidamente.