Bastiones, comunas volátiles y el “cinturón Parisi”: El mapa de la segunda vuelta
Jeannette Jara (PC) y José Antonio Kast (PRep) disputarán la segunda vuelta presidencial este 14 de diciembre, tras obtener el 26,8% y el 23,7% de las preferencias en la primera elección con voto universal obligatorio desde el retorno a la democracia. Fue, además, la elección con más sufragios emitidos (13,4 M) y la tercera mayor participación desde 1990 (85,3% del padrón).
Sin embargo, el aumento de participación, más que reordenar el tablero, en esta elección acentuó los rasgos del mapa electoral existente. Por ejemplo, en 160 comunas ganó una candidatura distinta a la de la primera vuelta de 2021, pero ese cambio se concentró donde siempre ha habido movimiento.
Al revisar los resultados de ambas vueltas de las últimas tres presidenciales (2013, 2017, 2021) y la primera vuelta de 2025, se puede clasificar cada comuna en cuatro categorías:
Bastiones progresistas: 26 comunas donde la izquierda y el progresismo han ganado al menos seis de las siete elecciones presidenciales, con máximo un cambio ideológico.
Bastiones de derecha: 16 en las que la derecha ha sido dominante en el mismo período.
Comunas de «cambio suave»: 183 comunas que han alternado ocasionalmente pero mantienen cierta predominancia de alguno de los bloques.
Comunas de «cambio fuerte»: 121 comunas donde con dos a cinco cambios ideológicos en las últimas siete rondas presidenciales, es decir, altamente volátiles.
Al cruzar estas categorías con las municipales y plebiscitos del periodo, se observa que los bastiones progresistas votaron «Apruebo» en 2020 y 2022 y «En Contra» en 2023, marcando una línea ideológica que convive con maquinarias electorales locales más cambiantes. Por su parte, las comunas volátiles combinaron giros presidenciales con rechazo en ambos plebiscitos junto a una predilección por candidaturas independientes en elecciones municipales, expresando cierta desconfianza frente al sistema político. 54 comunas de «cambio suave» tienen predominancia progresista.
Ahora, ¿dónde ganaron Jara, Kast y Parisi?
Las 47 comunas de más de 100 mil electores concentran un padrón de 8,7 millones de votantes. En este grupo, Jara se impuso en 33, Kast en ocho, Parisi en cuatro y Matthei en dos; en siete de las diez con mayor padrón, ganó la candidata PC, los otros tres se repartieron una cada uno.
En 35 comunas entre 50 mil y 100 mil votantes (2,65 M de inscritos), Jara triunfó en 21, Kast en nueve, Parisi en tres y Matthei en dos.
La balanza cambia en comunas de menor población: en las 170 entre 10 mil y 49.999 votantes (3,74 millones de electores), Kast ganó en 101, Jara en 35 y Parisi en 34. Y en las 94 de menos de 10 mil votantes, Kast se impuso en 51, Parisi en 23, Jara en 16 y Kaiser en cuatro.
Respecto a la presidencial anterior, Jara se impuso en las mismas 26 comunas más pobladas donde Boric ganó ambas vueltas en 2021, y sumó siete que antes votaron por Kast, quien, a su vez, consolida bastiones de derecha y expande su presencia en comunas pequeñas y rurales.
La sorpresa fue Franco Parisi. El ex PDG obtuvo el tercer lugar con 19,8%, ganando en 64 comunas, repitiendo 23 de 2021. De estas, en 17 Boric ganó en segunda vuelta, el Apruebo ganó los plebiscitos de 2020 y 2022, mientras que el En Contra fue mayoría en 2023.
Este «cinturón Parisi» se concentra en el Norte Grande y Norte Chico, y recoge ciudades intermedias, comunas mineras, de frontera, aisladas y con alta migración; son comunas de cambio leve o fuerte, acostumbradas a alternar su voto como expresión de un sentimiento «anti establishment». Son 1,8 millones de votantes, de los cuales Parisi captó casi 500 mil.
Lo que deja el análisis es algo más complejo que una simple distribución territorial izquierda/derecha. El país está compuesto por pocos bastiones frente a una mayoría de comunas volátiles donde el voto obligatorio ha activado electores móviles, desconfiados y propensos a cambiar de preferencia entre una elección y otra. Con todo, de cara a la segunda vuelta, el oficialismo debiera jugar en tres frentes:
Consolidar y crecer en grandes comunas progresistas donde Jara ya tiene ventaja, pero aún hay margen para subir participación y votación.
Reconquistar el voto «anti establishment» que encarna Parisi en ciudades intermedias y del Norte donde el progresismo ha sido competitivo en elecciones recientes.
Frenar la expansión de Kast en comunas de cambio fuerte que han votado contra la derecha recientemente y que podrían volver a hacerlo.
Finalmente, lo identificado no es una división entre dos bloques, sino un país donde la mayoría se ha acostumbrado a cambiar de opción. Y a pesar que pareciera que la carrera está definida, la cartografía electoral deja ver que existe cierta ventana de oportunidad en la cual el oficialismo deberá saber seducir a ese electorado móvil para tener opciones en segunda vuelta.
