Aumentar la inversión sin destruir la naturaleza: La disputa ambiental para la segunda vuelta entre Kast y Jara
Aunque para muchos representan visiones opuestas sobre el país, José Antonio Kast y Jeannette Jara coinciden en una aspiración: ambos llaman a aprovechar la demanda del mundo por minerales críticos para la transición energética, como motor para impulsar la economía chilena y con eso financiar mejoras sociales.
Así, ambos proponen impulsar industrias como el hidrógeno verde o la extracción de litio, así como incentivar la minería del cobre y promover a Chile como líder mundial en generación de energía renovable.
Para ello, también proponen acelerar la evaluación ambiental y la obtención de permisos para instalar proyectos de inversión en el país, en un avance iniciado por el gobierno actual con la ley marco de permisos sectoriales, y que ha sido fuertemente cuestionado por el ambientalismo como una “motosierra ambiental”.
Impacto ambiental
Las industrias que se buscan incentivar tienen impactos directos en ecosistemas que son clave para la salud y el bienestar de comunidades locales. La principal diferencia entre las propuestas de Kast y Jara está en cómo enfrentar estos impactos.
El programa de Kast, de un tono más general que el de Jara, menciona la intención de acelerar inversiones “con respeto al medio ambiente” y adoptando formas de producción más sostenibles, pero no profundiza en medidas concretas de protección ambiental.
El programa de Jara contiene medidas más detalladas para hacerse cargo de los impactos que puede traer la aceleración de inversiones en distintos ecosistemas. En el caso del litio, promete fortalecer la red de salares protegidos, implementando la protección en lagunas andinas y salares del país.
En cuanto a la minería del cobre, propone aumentar las desaladoras para fines productivos y que CODELCO modernice sus procesos y para obtener certificaciones de cobre de baja emisión, alineándose con los mercados verdes.
Además, integra medidas de protección para contrarrestar los impactos del daño ambiental en especies y ecosistemas amenazados. Por ejemplo, propone contribuir a la meta de extinción cero generando planes de conservación efectiva para especies en categoría de peligro crítico, así como crear parques marinos donde se recuperarán las poblaciones de peces, algas y moluscos que entregan diversidad y productividad a zonas costeras. El programa de Kast no menciona medidas de protección de ecosistemas o especies animales o vegetales amenazadas en el país.
Salmoneras y agricultura
Tanto Kast como Jara reconocen en sus programas el potencial agroexportador de Chile, pero en el caso de Jara se menciona la oportunidad de esta industria para “liderar una transición hacia modelos productivos más sostenibles, resilientes al cambio climático”.
Para ello, promete que a 2028 al menos 40% de las exportaciones agroindustriales cuenten con certificaciones de sostenibilidad reconocidas internacionalmente, y que todos los nuevos proyectos incorporen sistemas de gestión circular de recursos.
Para la acuicultura, que incluye sobre todo al sector salmonero, propone desarrollar alimentos sustentables para los peces, crear una ley de relocalización de concesiones acuícolas y dictar planes de manejo en áreas protegidas que contienen acuicultura, para que exista diálogo entre los distintos actores.
Según se detalla en el análisis presidencial de la organización Chile Sustentable, “el programa de Jara no resuelve las tensiones territoriales ni los conflictos socioambientales que conlleva el modelo económico actual, pero sí reconoce estas tensiones y orienta propuestas a suavizar los impactos de las industrias extractivas a lo largo del territorio mediante la certificación y la modernización de sus procesos productivos”.
Defensores ambientales
Otra diferencia importante entre ambos candidatos tiene que ver con la actitud que toman frente a las personas que defienden el medio ambiente, en un contexto de alarma nacional por la desaparición de Julia Chuñil y por amenazas de muerte a defensores ambientales mapuche en medio del conflicto por la Ley Lafkenche.
En el caso de Jeannette Jara, su programa incluye una ley de protección de defensores y defensoras ambientales y de derechos humanos, que otorgue estatus legal al protocolo de protección actual, que quedará radicado en la Subsecretaría de Derechos Humanos y tendrá presupuesto propio, presencia territorial y facultades de coordinación interinstitucional.
La ley creará un registro único estatal de organizaciones densoras ambientales y de derechos humanos que permita reconocer, visibilizar y apoyar a las organizaciones que promueven y protegen derechos humanos y ambientales en el país. Así, se reconoce el rol social que cumplen los defensores ambientales y se evita la criminalización de estos.
Kast no menciona a los defensores ambientales en su programa, pero en una entrevista con el diario argentino La Nacion, califico al ambientalismo, indigenismo y animalismo extremo como obstáculos para el desarrollo del país.