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"Hay una exigencia marcada por ser el profesor expresivo": las nuevas demandas emocionales que enfrentan los docentes

Por: Rosa Carvajal | 22.10.2025
El investigador, candidato a doctor en Psicología por la Universidad de Chile y especializado en los afectos de los espacios educativos, reflexiona sobre los cambios que ha enfrentado el gremio docente en los últimos años en el país, dando cuenta de las nuevas exigencias socioemocionales en la realidad escolar.

Entre el miércoles 24 de septiembre y el 22 de octubre de 2025, se estará realizando el “Seminario de Etnografía Educativa: Trayectorias y desafíos para la formación e investigación educacional”, en el auditorio Pedro Ortiz de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile. La instancia, distribuida en cuatro sesiones híbridas con expositores nacionales e internacionales, desde las 18:30 hasta las 20:00 horas, está siendo apoyada por el Departamento de Postgrado y Postítulo de la Vicerrectoría de Asuntos Académicos y cuenta con transmisión online a través de YouTube (@seminarioetnografiaeduc).

El doctor (c) en Psicología de la U. de Chile Sebastián Vargas, se presentó en la mesa “¿Qué investiga la etnografía? Acercamientos a la realidad educativa” el miércoles 8 de octubre. Dentro de su experiencia investigativa, se encuentran los saberes emocionales docentes, los cuales hoy estudia junto a las políticas educativas. Así, ha podido comprender la realidad educativa — especialmente de establecimientos educacionales públicos— y los desafíos actuales que atraviesan los profesionales de la educación, cuyo contexto está marcado por la relevancia que ha suscitado en las personas la salud mental.

En ese sentido, junto a un equipo de investigadores, han descrito en La educación emocional: paradojas, peligros y oportunidades, un escenario que tiene efectos en las interacciones en el aula, “lo que aumenta la disonancia entre lo prescrito en las regulaciones y lo que los/as docentes sienten que deben hacer”. Además, destacan que el discurso emocional se ha visto impregnado por la competencia y el individualismo, entre otros aspectos. En esta entrevista, el antropólogo profundiza considerando el antes y el después desde sus inicios investigando en pregrado, en 2015.

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-¿Han podido cambiar las problemáticas durante ese transcurso de tiempo?

Han cambiado las problemáticas, pero sobre todo se han acentuado. Creo que por mucho que se intenten hacer distintas políticas con buenas intenciones, no tienen muchos resultados en la práctica y realmente terminan intensificando el trabajo a los profesores, sobrecargando su trabajo. También hay un cambio directo a responsabilizar individualmente a los docentes por los resultados que tienen los estudiantes, desconociendo las condiciones contextuales. 

Muchas veces los culpan de que ellos son los responsables de estresarse en su trabajo porque no regulan sus emociones. Discursos que, lamentablemente, desconocen las problemáticas que están detrás y las condiciones estructurales bajo las cuales se desarrolla la profesión docente. Toda política educativa también lleva a cambiar las condiciones de trabajo del docente. Estas políticas vienen con un discurso de querer humanizar la docencia, pero no humanizar tanto el trabajo. 

 -¿Cuáles serían las nuevas problemáticas que pudiste identificar? 

Hay una serie de demandas que establece la sociedad frente a los docentes y, específicamente, como apoderado o estudiante, respecto al cuidado que tienen que tener los docentes con los estudiantes. Ciertas labores que, históricamente, a las docentes se les ha asignado como trabajo de cuidado con los estudiantes, de protegerlos. Pero siento que ahora está mucho más recalcado, sobre todo porque han aumentado los diagnósticos de carácter psicológico en los estudiantes, por lo tanto las y los docentes se enfrentan a nuevos desafíos bajo los cuales no están tan preparados. Se habla mucho de que el docente sea un modelo de enseñanza socioemocional, pero a los docentes no los preparan para eso y parece una exigencia individualizante. 

 -En esa línea, ¿cómo se construye la escuela en este nuevo escenario de cuidado emocional tanto para estudiantes y docentes? 

Como una escuela emocionalizada. Quiere promover una visión muy individual de bienestar. Eso es lo problemático de cómo se configura la escuela, sobre todo por ciertas cosas que uno ve en el cotidiano, porque en realidad hay mucha exigencia sobre los docentes, también sobre los estudiantes, mucho discurso del diagnóstico de cómo operamos siempre desde la carencia psicológica. La escuela del carenciado. Hay un marcado discurso de que todos somos vulnerables, por tanto todos necesitamos cuidado y se pierde un poco la agencia o el marco de acción que podrían tener las personas. Además, son intervenciones que no pretenden cambiar las condiciones de vida de la gente. 

 -¿Qué has podido observar en relación a la cooperación emocional en el trabajo docente entre los propios docentes?

Creo que todavía hay un espíritu colectivo, de apoyarse, de compartir ciertas cosas, pero lamentablemente hay ciertas condiciones que no lo permiten de la mejor forma posible. Pasa en el trabajo docente que es un gremio que tiene identidad dentro de su profesión. Hay ciertas características que los identifican como tal. Por lo general, se genera cierta lógica de cooperación, de apoyo mutuo, que no siempre pasa. Porque hay aspectos complejos que no permiten que se desarrollen, pero sí hay procesos de apoyo. 

 -En el panorama actual, ¿las y los docentes se ven más reprimidos a mostrarsu emocionalidad? 

Hay toda una tendencia de que el docente tiene que ser un modelo emocional de enseñanza para sus estudiantes. Una exigencia no solo de reprimir, sino también de mostrar emoción, de ser el docente emocionalmente correcto o de ser el docente que se regula bien. Entonces eso plantea no sólo desafíos, sino que distintas tensiones. Hay una demanda muy marcada por ser el profesor expresivo, por enseñar inteligencia emocional, entre otras cosas.

La última sesión del “Seminario de Etnografía Educativa: trayectorias y desafíos para la formación e investigación educacional” se llevará a cabo el próximo miércoles 22 de octubre, a las 18:30 horas, en el auditorio Pedro Ortiz Montenegro de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile. En la sesión, dedicada a la formación de profesionales en el oficio etnográfico, se presentarán Laura Cerletti, desde Argentina, y Laura Luna, desde Villarrica, ambas doctoras en Antropología Social; Felipe Acuña, académico de la Universidad Católica Silva Henríquez; y Benjamín Pujadas, doctor (c) en Psicología.

Esta iniciativa de estudiantes de postgrado de la Universidad de Chile está siendo financiada por el Departamento de Postgrado y Postítulo de la Vicerrectoría de Asuntos Académicos de la Universidad de Chile. Asimismo, la apoyan el Programa Equipo de Psicología y Educación (EPE) y la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile.

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