
¿Por qué el gran empresariado invierte en el exterior? Respuesta a profesores citados por El Mercurio
El Mercurio del 13 de octubre entrevista a dos profesores universitarios que entregan sus opiniones sobre las inversiones chilenas en el exterior. No se refieren a las inversiones de las AFP y tampoco a las transferencias de dineros a paraísos fiscales. En realidad, concentran su interés en las inversiones directas que empresas chilenas realizan en otros países.
Uno de los entrevistados asegura que “existen mejores condiciones de inversión en el exterior, en comparación a la economía chilena”, porque las condiciones de rentabilidad serían superiores y habría mayor certeza jurídica en otros países antes que en Chile.
El segundo entrevistado, un ex subsecretario de Hacienda del presidente Piñera, asegura que en otros países hay mejores condiciones para desarrollar negocios, junto a la existencia en Chile de un alto impuesto corporativo en comparación a otros países.
Las afirmaciones de ambos profesores no se compadecen con la realidad y, por el momento en que declaran, parecen más bien ser parte de la campaña electoral de la oposición.
La verdad es otra. En realidad, las inversiones que realizan empresas chilenas en el exterior es un fenómeno de expansión del capital que ocurre desde hace más de 30 años, como lo registran los informes de la Cancillería, a través de DIRECON-SUBREI, desde los años 90.
Sorprende que los profesores mencionados por El Mercurio recién ahora se han dado cuenta de la fuerte presencia de inversiones chilenas en el exterior, lo que parece apuntar más bien a agitar la idea opositora que la “economía se cae a pedazos”.
Los informes de la SUBREI muestran con claridad que las inversiones chilenas en el exterior presentan un flujo permanente, que comienza en los años 90, con algunos ciclos significativos que ocurren de manera independiente de la naturaleza política de los gobiernos.
En efecto, al contrario de las opiniones de los entrevistados, en los años del actual gobierno las cifras de esas inversiones en el exterior son de baja magnitud. En cambio, a mediados de los 90, durante el gobierno de Frei y en los años 2012-2013, en el gobierno de Piñera, se presentan alzas significativas de las inversiones en el exterior (Presencia de inversiones directas de capitales chilenos en el mundo1990-diciembre2023).
En segundo lugar, como el fenómeno de los flujos al exterior es de larga data, el argumento de que esas salidas de capital son consecuencia de la supuesta “mala economía” del actual gobierno tiene escaso asidero y resulta una afirmación antojadiza.
Tercero. Las inversiones en el exterior tienen que ver principalmente con el limitado mercado local de nuestro país, a lo que se agrega la escasa diversificación de la matriz productiva chilena.
Lo señala con claridad el último informe de la SUBREI:
“…los flujos de inversión directa de Chile hacia mercados externos se motivan principalmente por una necesidad de contrarrestar el limitado tamaño del mercado local, así como su estrecha especialización y limitada diversificación, aspectos que inhiben la aplicación de economías de escala”.
Ello, por cierto, se ha visto favorecido con la globalización y también por los tratados de libre comercio que ha suscrito Chile en las últimas décadas.
Cuarto. Los entrevistados por El Mercurio se aventuran a argumentar que habrían “mejores condiciones” para invertir en otros países, lo que resulta sorprendente y revela escaso entendimiento de la actual realidad geopolítica y comercial internacional.
En efecto, es de conocimiento generalizado hoy día que el mundo vive serias tensiones políticas y arbitrariedades arancelarias, que han alterado completamente las condiciones de estabilidad y seguridad jurídica.
El orden internacional que conocimos ya no existe. Por primera vez en años, los flujos de comercio e inversiones enfrentan serios niveles de inestabilidad política, económica y social. Y, sin embargo, los profesores universitarios se atreven a sostener que hay mejores condiciones para invertir en otros países.
Por tanto, no se puede sostener que existen mejores condiciones de estabilidad y seguridad jurídica en países como Colombia, Brasil, Argentina, Perú o EE.UU. El barrio está muy complicado y EE.UU. con Trump ofrece gran incertidumbre.
Es bueno recordar que “la certeza jurídica" ha sido clausurada por el propio presidente Trump, quien ha terminado con todas las reglas conocidas del comercio mundial, desconoce los TLC, se olvida del libre comercio y renuncia a resolver las controversias en el marco multilateral de la OMC.
Finalmente, también es un error sostener que los impuestos corporativos existentes en Chile serían determinantes en la orientación de los flujos de capitales al exterior. No es así, porque de los siete principales países hacia donde se dirige el 87% de las inversiones chilenas, cinco tienen tasas corporativas superiores al 27%, de nuestro país, con Argentina y Colombia con un 35%, México 30%, Brasil 34% y Perú 29,5. Sólo Uruguay y EE.UU. tienen una tasa impuesto corporativo más baja, con un 25% y 21%, respectivamente.
La inmensa acumulación de capital de los grupos económicos los ha obligado a expandirse al exterior, independiente de la naturaleza política de los gobiernos, lo que se ha visto facilitado por la globalización y los TLC suscritos por Chile.
En suma, las inversiones chilenas en el exterior no tienen que ver con los argumentos de los profesores entrevistados por El Mercurio, se explican por el estrecho mercado chileno, junto a una estructura económica escasamente diversificada, centrada en el extractivismo.