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De Caldera a Penco: Los alcaldes que defienden el desarrollo local de sus comunas en contra de mega proyectos industriales
Alcalde de Putaendo en marcha contra proyecto minero. Foto: Municipalidad de Putaendo

De Caldera a Penco: Los alcaldes que defienden el desarrollo local de sus comunas en contra de mega proyectos industriales

Por: María del Mar Parra | 11.10.2025
Ya sea contra mega puertos o proyectos mineros, alcaldes de distintos lugares de Chile buscan representar a los habitantes de sus comunas promoviendo modelos de desarrollo basados no solo en industrialización sino en el patrimonio natural, el turismo y las actividades tradicionales de bajo impacto.

Cuando personas, organizaciones o alcaldes de una comuna se oponen a la instalación de un proyecto industrial, para muchos se trata de una afronta contra el desarrollo, tal como denunció el candidato José Antonio Kast, apuntando al ambientalismo y el animalismo radical como los principales frenos para el crecimiento económico en Chile.

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Pero muchas veces lo que hay detrás no es solo una negativa sino también una propuesta alternativa de desarrollo, con actividades a una escala que permite sostener los recursos hacia el futuro y no dañar los ecosistemas ni la calidad de vida y salud de las personas que viven en ellos.

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Alcaldes de distintas partes de Chile se han levantado en contra de grandes proyectos industriales, justamente porque sienten que estos ponen en riesgo los recursos naturales y patrimoniales en los que se basa la estrategia de desarrollo de sus comunas, y los modos de vida de los habitantes que ellos representan. En muchos casos se encuentran con barreras para hacer valer esta visión territorial, lo que les hace cuestionar que el país esté avanzando hacia una descentralización en la toma de decisiones.

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Turismo marino y pesca artesanal

En septiembre se aprobó el proyecto Copiaport E, para instalar un mega puerto en la costa de Atacama, afectando el ecosistema de Bahía Chascos. Desde la municipalidad de Caldera protestaron la medida declarando que el municipio se pronunció en contra del proyecto en todas las instancias de evaluación sin que las observaciones hayan sido subsanadas, y anunciaron que presentarán una reclamación en contra del permiso ambiental obtenido por el proyecto.

La alcaldesa de Caldera, Brunilda González, enumera que el proyecto afecta ecosistemas marinos frágiles de la Bahía Chascos donde habitan especies en peligro de extinción. La preocupación no va solo por los animales sino porque esta misma biodiversidad marina concita un alto interés turístico en la zona y alimenta a la pesca artesanal, con un plan de manejo pesquero que sustenta a decenas de familias de la zona.

También critica el daño al desierto florido que se da en esa zona de la costa y que genera desarrollo turístico, así como el impacto a unidades geológicas que son reconocidas internacionalmente, donde existen fósiles milenarios de especies como el tiburón megalodón que también atraen interés científico al lugar.

Ciencia y patrimonio

Otros alcaldes se han levantado en contra de grandes proyectos mineros que prometen transformar drásticamente el paisaje y el modo de vida en sus comunas. Un caso es el de Putaendo, donde se acaba de confirmar la aprobación de un proyecto de sondajes mineros en el valle del río Rocin.

Allí, el alcalde, vecinos y arrieros de la zona buscan crear un área protegida de múltiples usos, donde se puedan proteger las fuentes de agua que allí nacen y de las que dependen los hogares, comercios y campesinos de la comuna. Esta figura, además permite desarrollar actividades artesanales que también se verían amenazadas por la minería.

Una de ellas es la cultura arriera, donde los baqueanos de la zona mantienen antiquísimas rutas de cruce por la cordillera y desarrollan paseos turísticos para dar a conocer el patrimonio cultural e histórico de este lugar, tanto para la cultura arriera como porque allí existen vestigios del camino del Inca y de la principal ruta del Ejército de los Andes liderado por José de San Martín en 1827.

También es un lugar de interés científico botánico, ya que es el hogar de una inusual variedad de flores, y donde científicos han encontrado e identificado especies nuevas para la ciencia, como la falsa orquídea Miersia Putaendensis.

“Putaendo es la capital patrimonial de Aconcagua y declarada como Zona de Interés Turístico. Tenemos un plan de desarrollo comunal donde priorizamos la agricultura con recursos hídricos protegidos, el comercio y el patrimonio cultural y natural al servicio del turismo de intereses especiales. Creemos que esta es una matriz productiva que garantiza el desarrollo a escala humana y con protección ambiental. Si existen intereses privados en la zona también, deberá ser la institucionalidad pública la que dirima si el lugar merece protección o no, pero lo que no puede pasar es que se nos impida cumplir con nuestro deber de proteger la naturaleza, que sustenta los modos de vida de la comuna”, explica el alcalde de Putaendo, Mauricio Quiroz.

Descentralizar las decisiones

Un caso emblemático de este tipo de disputas se está dando en la comuna de Penco, donde un proyecto minero de tierras raras rechazado en múltiples ocasiones se volvió a presentar a evaluación ambiental, en un contexto de presión por proveer al mundo de minerales críticos para la transición energética.

El proyecto cuenta con una decidida oposición del alcalde Rodrigo Vera, que explica la vocación de Penco como polo turístico y gastronómico de la región de Biobío y con un desarrollo basado en la actividad portuaria, el turismo y la gastronomía, donde se aprovechan las playas y también los cerros de la comuna donde se quiere instalar la minera, y donde hay cursos de agua estratégicos y bosque nativo de conservación.

En 2022, la municipalidad de Penco bajo otra administración, convocó a una consulta ciudadana voluntaria donde 7400 ciudadanos de la comuna votaron y 99% expresaron su rechazo al proyecto minero. La unión comunal de juntas de vecinos de Penco también se ha pronunciado en contra de la iniciativa.

Vera se cuestiona el poco peso que tienen estos pronunciamientos ciudadanos en la aprobación o rechazo de los proyectos, llamando a los legisladores a presentar proyectos para hacer procesos participativos más vinculantes, y que las comunidades puedan decidir sobre proyectos que transformarán drásticamente sus territorios.