
Hermosas pero dañinas: Las flores que adornan cerros de Santiago en primavera pero son consideradas plaga por la ciencia
En las últimas semanas cientos de personas subieron el cerro El Carbón para disfrutar de las flores de primavera, despertando una fuerte polémica por las malas prácticas de ciudadanos que dejaron basura en el cerro y escucharon música a alto volumen en parlantes.
Pero hay otra polémica encubierta que tiene que ver con la naturaleza: las flores que adornan de naranja las laderas del cerro El Carbón, son consideradas una plaga invasora por la ciencia y están desplazando a las flores nativas de la zona central de Chile, que no se pueden encontrar en ningún otro lugar del mundo.
Se trata de una flor conocida como dedal de oro, que es de la familia de las amapolas, por lo que también se la conoce como amapola californiana. Este último nombre devela el origen de esta flor, nativa de California en Estados Unidos y de Baja California en México. La flor llegó a Chile a fines del siglo XIX para uso decorativo y se ha expandido por todo el país.
Flor peligrosa
El dedal de oro es una flor muy atractiva para insectos, por lo que se propaga con facilidad y rápidamente, dándole un alto potencial invasor. Así, desplaza a otras flores nativas como la ortiga caballuna, y esto también tiene consecuencias para polinizadores nativos, ya que algunos dependen específicamente de flores nativas para su supervivencia.
Así lo explica en un video la paisajista sustentable Pilar Bezanilla, creadora de la página de difusión científica Tara Paisaje. Bezanilla muestra por ejemplo cómo el dedal de oro desplaza a especies de flores nativas como la ortiga caballuna, y facilita que se establezcan otras especies exóticas en el paisaje, quitando aún más espacio para la flora nativa.
La paisajista encuentra un espacio entre los dedales de oro donde aún logran crecer algunas ortigas caballunas, y graba una abeja caupolicana (especie nativa) polinizando las ortigas y esquivando los dedales de oro. “Este es el problema, nuestra flora nativa no puede ser reemplazada porque muchas especies de nuestra fauna dependen específicamente de las plantas nativas”, comenta. “Si no fuera por ella (el dedal de oro), veríamos manchones de ortiga caballuna dominando el paisaje”, agrega.
Bezanilla llama a las personas a no cultivar esta especie y que idealmente las saquen de sus jardines, parcelas o terrenos para que no se sigan propagando. Explica que en las zonas naturales no recomienda sacar las flores, porque hay que tener mayores conocimientos “para no pasar a llevar la flora nativa y terminar generando un impacto negativo”, concluye.