Para no dañar el desierto florido: Ordenan medidas preventivas a parques eólicos y solares en Atacama
Aunque se ha convertido en un hito recurrente para el país, el desierto florido es un fenómeno único en el mundo que demuestra el asombroso poder de la naturaleza al hacer crecer flores amenazadas que viven por años bajo suelo esperando las condiciones para brotar en el ecosistema más árido del planeta.
Mientras Chile vive una nueva floración del desierto con polémicas sobre las malas prácticas de turistas al pisar las flores o arrancarlas, la Superintendencia de Medio Ambiente también llamó a los operadores de parques eólicos y solares en el desierto a tener especial precaución.
Restringir el uso de rutas alternativas para vehículos relacionados a las plantas, cumplir estrictamente con los monitoreos de flora y fauna y extremar las medidas de protección para especies en peligro de extinción como la flor Latace serenense son algunas de la medidas.
Además, recuerdan que, con el aumento de vegetación en el desierto, muchos animales nativos se ven atraídos por la disponibilidad de comida, por lo que es más probable que tengan interacciones no deseadas con las instalaciones, por lo que llaman a aumentar la vigilancia y reportar de inmediato cualquier accidente.
Desierto florido y energía limpia
La transición hacia energías renovables, aunque necesaria para reducir las emisiones de carbono, presenta nuevos desafíos para las ecologías del mundo. Investigaciones han demostrado que las grandes plantas solares pueden generar un efecto de “isla de calor solar”, elevando las temperaturas locales y alterando los microclimas.
Un estudio publicado en Nature Scientific Reports indica que las temperaturas alrededor de una planta solar pueden ser entre 3 y 4 °C más altas que en zonas circundantes. Este incremento de temperatura puede afectar a las sensibles formas de vida que habitan estos cerros. La alteración del microclima podría tener consecuencias negativas para la germinación de semillas y la supervivencia de especies endémicas del desierto florido.
Por su parte, los parques eólicos representan un peligro constante para especies voladores como las aves que ven su ruta interrumpida por las aspas de los aerogeneradores, o murciélagos que mueren de barotrauma y hemorragias internas por los cambios de presión cerca de las aspas.