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Nace primera red de vigilantes del bosque nativo: Vecinos e indígenas monitorean 11 mil hectáreas entre Valparaíso y Los Lagos
Encuentro del observatorio comunitario de bosque nativo Bosquentrama. Foto: AIFBN

Nace primera red de vigilantes del bosque nativo: Vecinos e indígenas monitorean 11 mil hectáreas entre Valparaíso y Los Lagos

Por: María del Mar Parra | 10.10.2025
Vecinos y comunidades a lo largo de Chile crearon un observatorio del bosque nativo y están mapeando las amenazas da estos ecosistemas y creando viveros comunitarios para reforestar las zonas degradadas. En encuentros a escala nacional, comparten experiencias y proponen cambios en la política forestal del país.

Desde pérdida de verdor hasta muertes masivas de árboles, distintos tipos de bosque nativo en Chile están dando señales de colapso, lo que a su vez afecta los servicios que entregan estos ecosistemas y que son vitales ante la crisis climática, desde mejorar la salud del suelo hasta filtrar agua y rellenar los acuíferos o mitigar el calor extremo y entregar cobijo a todo tipo de fauna.

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Ahora, y ya desde hace un año y medio, vecinos, equipos municipales y comunidades indígenas a lo largo de Chile crearon la primera red de vigilancia y monitoreo de bosques nativos en Chile, donde mapean el estado de salud y las amenazas de los bosques que los rodean, identificando los puntos en común a lo largo del país y proponiendo cambios en la política pública.

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La iniciativa se llama Observatorio Bosquentrama y es financiada por fondos de la Unión Europea. A la fecha, la iniciativa agrupa a 24 organizaciones sociales territoriales, desde juntas de vecinos hasta comunidades agrícolas o agrupaciones indígenas desde Valparaíso hasta los Lagos, monitoreando más de 11 mil hectáreas de bosque nativo.

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Mantener y recuperar

Además de reconocer las amenazas de cada bosque y proponer acciones a nivel de política forestal, las organizaciones de la iniciativa están generando talleres y capacitaciones sobre bosque nativo y creando estrategias comunitarias de cuidado y restauración de bosques.

Una de las estrategias que promueven entre organizaciones es la creación de viveros comunitarios donde se pueden reproducir plantas nativas para luego crear proyectos de reforestación y restauración de ecosistemas.

Es el caso del Lof Llaguenpulli asociado a la red Bosquentrama, desde donde las comunidades mapuche instalaron un vivero comunitario donde funciona un establecimiento de educación rural básica. Así reforestan lugares críticos como cabeceras de las cuencas de los ríos, para enfrentar la sequía y asegurar más provisión de agua para la comunidad.

Además, se han generado instancias de capacitación e intercambio a escala nacional de la red, para aprender sobre programas de gestión comunitaria para prevenir incendios forestales, o para regenerar ecosistemas boscosos.

En su primer año de funcionamiento, los miembros de la red se reunieron para crear un documento con propuestas para la política pública. Por ejemplo plantean que se cree una red de viverización comunitaria a lo largo del país para restaurar bosques degradados o amenazados, o que se formalicen planes de manejo en estas comunidades para intervenir el bosque nativo con acciones de recuperación como control de vegetación invasora u obras pequeñas para la infiltración de agua.

También aconsejan actualizar la política forestal poniendo límites a las talas rasas y aumentando las zonas de resguardo con vegetación nativa en los bordes o cabeceras de las cuencas de ríos para evitar la sequía, así como incentivar sistemas agrícolas o ganaderos que integren los bosques nativos en sus modos de producción, para hacer más sostenibles estas actividades y aprovechar los beneficios mutuos que se pueden generar.

Iniciativa que crece

El observatorio, con financiamiento de la Unión Europea, es apoyado por entidades técnicas como la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (AIFBN), el CIEM Aconcagua y el Centro Internacional Cabo de Hornos.

La meta es llegar a acumular 60 mil hectáreas de bosque bajo vigilancia comunitaria y promover también experiencias de manejo, uso sustentable y tradicional del bosque nativo, para lograr un modelo de desarrollo local basado en mantener la salud de los bosques.