
Emergencia médica obliga a Bolsonaro a salir nuevamente de su arresto domiciliario tras condena de 27 años
La defensa del expresidente de Brasil Jair Bolsonaro justificó este martes ante la Justicia el reciente traslado de urgencia al hospital debido a "un episodio de malestar, presíncope y vómitos, con caída de la presión arterial".
El abogado Celso Vilardi, que integra el cuerpo de defensa del exmandatario, presentó un escrito y adjuntó un certificado médico para justificar el abandono de la residencia donde Bolsonaro cumple prisión domiciliaria para dirigirse a un centro médico.
El atestado médico, firmado por el cardiólogo Leandro Echenique, detalla que Bolsonaro sufrió "un episodio de malestar, presíncope y vómitos con caída de la presión arterial".
Tras el ingreso al centro médico, su esposa, Michelle Bolsonaro, publicó en su cuenta de Instagram que el líder de la ultraderecha brasileña fue sometido a "algunos exámenes" y que se encuentra con medicación intravenosa, sin especificar diagnóstico.
Bolsonaro, recientemente condenado a 27 años y tres meses de cárcel, cumple régimen de prisión domiciliaria desde el pasado 4 de agosto debido a un posible riesgo de fuga en el marco de otro proceso judicial.
Desde que le fue impuesta la medida cautelar, el expresidente solo puede abandonar su residencia bajo autorización explícita del relator del caso, el juez Alexandre de Moraes.
Sin embargo, en una decisión posterior, el magistrado aclaró que Bolsonaro podría dejar su domicilio y trasladarse a un hospital sin previo aviso ante una emergencia.
En esas situaciones, la defensa debe informarlo en la causa y presentar un certificado médico dentro de las 24 horas de la salida.
Es la segunda vez que el exmandatario de 70 años se traslada a este mismo centro médico en menos de una semana, luego de que este domingo fuera sometido a un procedimiento ambulatorio y programado para extirpar quirúrgicamente ocho lesiones cutáneas.
Bolsonaro enfrenta en los últimos años diversos problemas en el aparato digestivo, producto de las secuelas de una puñalada que recibió en un mitin durante la campaña presidencial de 2018.
De hecho, en abril pasado fue sometido a una larga operación para resolver una oclusión intestinal que lo mantuvo hospitalizado tres semanas.