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Eduardo Artés: Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces
Foto: Agencia Uno

Eduardo Artés: Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces

Por: Benjamín Escobedo | 20.08.2025
Las pretensiones de Artés apelan una y otra vez a la justicia, la ausencia de segregación social y valorización de las clases subalternas, valores en los cuales todos reconocemos que existe una deuda considerable. Sin embargo, no basta con enunciar dichos postulados, sino saber cómo combatirlos y direccionar la máquina. Por ahora, Artés refleja ocurrencias, ya que de ideas poco y nada.

El comando de Eduardo Artés anunció este reciente domingo que alcanzó las firmas requeridas para inscribirse como candidato independiente a las elecciones presidenciales de noviembre.

Tras haber recolectado las 35.361 rúbricas exigidas por el Servicio Electoral (Servel), el líder del Partido Comunista Acción Proletaria (PC-AP) competirá por tercera vez consecutiva por el sillón de La Moneda.

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Para algunos estamos en presencia de un obstinado, para otros, de una eterna promesa que en algún momento el denominado pueblo valorizará y entenderá.

Eduardo Artés (70 años) nació en El Tambo, cerca de San Vicente de Tagua Tagua, en la Sexta Región. Tiene dos hijas y estuvo casado con la profesora María Angélica Ibáñez. Estudió Pedagogía, primero en la Escuela Normal Abelardo Núñez y, tras el golpe de Estado, en la Universidad Técnica del Estado, actual USACH y ejerció desde 1976 como profesor de enseñanza básica en la escuela Bernardo Núñez en Cerro Navia. Allí trabajó 31 años.

En 1979, junto a ex militantes del PCR fundó el Partido Comunista Acción Proletaria (PCAP). Entonces tomaron distancia de concepciones maoístas. Sirvió de plataforma para que naciera, en 2015, el Partido Unión Patriótica (UPA), que fue inscrito legalmente el 20 de febrero de 2020 y que partió en tres regiones: Valparaíso, O’Higgins y Metropolitana.

Un episodio recordado del candidato ocurrió el 10 de enero del 2019, uando junto a un grupo de personas se congregaron fuera de la embajada de Venezuela, en apoyo a Nicolás Maduro. Otro piquete protestaba contra el régimen venezolano.

Cabe destacar que Artés ha sido parte de la papeleta presidencial en las últimas dos elecciones. En 2017 obtuvo el 0,57% con 33 mil votos. En 2021, su apoyo aumentó a 103 mil votos, obteniendo el 1,47% de los votos. Y desde su conglomerado se espera un alza considerable en los números, aunque las cifras y encuestas asociadas parecen desconocer semejante pretensión.

En esta oportunidad, el líder del PC(AP) señala que buscará incesantemente llegar al Palacio de La Moneda: su idea es romper con el modelo económico y político vigente. El profesor Artés, además, ha insistido que su candidatura no es una cosmética, para cambiar algunas cositas y seguir en más de lo mismo, como -según él- han sido todos los gobiernos posterior a la figura de Pinochet.

Además, apunta que la idea de la renacionalización de los recursos naturales o recuperación del cobre, el litio, entre otros tantos, resulta indispensable para apoyar a Jeannette Jara de pasar a segunda vuelta y este último quedar en el camino.

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Dado lo anterior, el dirigente PC(AP) iniciará oficialmente su tercera carrera consecutiva por llegar a La Moneda. El 2017 participó como abanderado de su colectividad, mientras que en 2021 lo hizo como carta del pacto Unión Patriótica. Recordemos que la normativa electoral pide a los candidatos independientes reunir un número de firmas no menor al 0,5% de los sufragios de la pasada elección de diputados. Tal vez, estamos en presencia de un insistente por excelencia, o bien, de un mimado que la sigue, pero nunca la consigue.

La figura de Eduardo Artés refleja esa vieja política del siglo XX, más aún, esa nomenclatura muerta denominada “lucha de clases”. Todos sabemos que ello es una gran mentira en el actual tiempo, ya que la gran mayoría de los chilenos tiene acceso al consumo gracias a las modernizaciones y emancipación del mercado, otra cosa muy distinta es la desigualdad en materia de distribución del capital social y económico que desarrolla Chile.

La idea de una Asamblea Constituyente también es una pretensión que en más de una oportunidad Artés ha dejado en evidencia, sin embargo, el país ha tomado distancia de aquello, lo que resulta claramente visible al recordar la tensa Convención Constituyente que vivimos en su momento pos-estallido social.

Por otro lado, las pretensiones de Artés apelan una y otra vez a la justicia, la ausencia de segregación social y valorización de las clases subalternas, valores en los cuales todos reconocemos que existe una deuda considerable. Sin embargo, no basta con enunciar dichos postulados, sino saber cómo combatirlos y direccionar la máquina. Por ahora, Artés refleja ocurrencias, ya que de ideas poco y nada.

En síntesis, la retórica de redención que enarbola Eduardo Artés parece formar parte de un mundo que ya no existe, de ese análogo, blanco y negro y de profunda pobreza, según los índices económicos.

Hace décadas Chile salió de aquello, por tanto, gobernar un país no versa sobre la idea de estatizar todo y cortar el mercado, sería volver a la Edad Media. Por el contrario, la idea es construir puentes entre ideas políticas y agentes canalizadores del poder, en otras palabras, el ejercicio político se trata de persuadir, convencer y aunar acuerdos que pavimenten una mejor distribución del capital y que las políticas públicas mejoren las condiciones de vida de la sociedad civil.

Debemos aprender a convivir y no satanizar el mercado, de lo contrario ahogamos las propuestas en lo ideológico y olvidamos lo práctico de la realidad ciudadana, eso que necesita ser pensado, racionalizado y viable, o sea, con ausencia de utopías. Artés presume de una nueva candidatura, pero carece de convocatoria hacia sus ideas por parte de la población, sin duda, no hay peor ciego que el que no quiere ver.

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