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Nuestra relación con los bosques: La necesidad de construir puentes entre los territorios y las políticas forestales
Foto: Red y Observatorio Bosquentrama

Nuestra relación con los bosques: La necesidad de construir puentes entre los territorios y las políticas forestales

Por: Pablo Parra Soto | 17.08.2025
La política forestal debe construirse de forma amplia, y ser coherente y pertinente con la vida de las comunidades para convertirse en una herramienta de transformación útil para los territorios. Solo así la comunidad podrá encontrar sentido a la política pública, aspecto fundamental para que los instrumentos funcionen y se pueda transitar realmente hacia un futuro más sostenible.

Históricamente, los diferentes gobiernos han visibilizado metas alcanzadas bajo el alero de las políticas forestales (normativas y programas relacionados con los bosques y otras formaciones vegetacionales). En reportes y cuentas públicas se anuncia el incremento en cifras forestación y reforestación con especies nativas, de superficie de bosques manejada, de acciones de fiscalización, de exportación de productos forestales, de áreas protegidas, etc.

Bajo un sistema que ha sido configurado para mostrar resultados de corto plazo mediante indicadores, los diversos gobiernos anuncian con satisfacción el alcance de metas que se alinean con los objetivos de las políticas forestales y que contribuyen a avanzar en compromisos adquiridos a nivel nacional e internacional.

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De esta forma, desde el centralismo se instala la realidad de que la política forestal funciona, pero que además progresa. ¿Esta percepción será igual en los territorios? Los impactos de la implementación de las políticas forestales se viven de diferentes maneras entre Arica y Magallanes.

Las comunidades rurales campesinas e indígenas involucradas en las áreas de expansión de monocultivos industriales han expresado su descontento, destacando la profunda alteración del paisaje, la erosión por las extensas cosechas a tala rasa, la desaparición de acuíferos, la pérdida de biodiversidad, el uso de químicos, el aumento del riesgo de ocurrencia de incendios forestales y la emigración hacia las ciudades producto de la seria perturbación de la economía campesina.

Esto se ve reflejado en aspectos como la declinación de la apicultura, la eliminación de la colecta de productos forestales nativos no madereros o la pérdida de oportunidades de agroturismo basado en el paisaje y en los modos de vida característicos del campo.

Además, poco se habla de la histórica desatención que ha tenido la cobertura forestal nativa y su nivel de vulnerabilidad. Son miles de hectáreas de vegetación nativa las que han desaparecido producto de la ejecución de proyectos de inversión de diferentes sectores productivos (minero, energético, frutícola, inmobiliario, forestal, ganadero, etc.), y que también se han deteriorado producto de malas prácticas, incendios forestales y desastres naturales.

¿Cuánta superficie que se repara por pérdida está logrando constituir una cobertura forestal sana? ¿Cuál es la ganancia real de cobertura forestal nativa? La destrucción y degradación de bosques, suculentas, cactáceas y matorrales nativos está colocando en riesgo la seguridad (en especial la hídrica y alimentaria) de la población en los territorios.

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El diseño centralizado, la mirada acotada y cortoplacista despierta incertidumbre respecto a que si Chile será capaz de asegurar un paisaje sano y libre de contaminación, de lograr mantener e incrementar cobertura forestal nativa que amortigüe los efectos de la crisis climática y de garantizar la seguridad de la población frente a desastres climáticos.

Ante la inacción política, muchas personas están desarrollando acciones en los territorios para proteger el bien común, de forma autogestionada y voluntaria. Diversas organizaciones locales realizan esfuerzos para recuperar el paisaje que se les ha arrebatado y para proteger los remanentes de ese paisaje que buscan recuperar; es un trabajo que se realiza desde lo colectivo y para el bien común, pensando en las actuales y futuras generaciones.

Estas realidades son las que se busca relevar la red de organizaciones civiles Bosquentrama, a través del reporte Nuestra relación con los bosques: construyendo puentes entre los territorios y las políticas forestales. A través de las voces de los territorios se identifican acciones comunitarias para combatir las amenazas que atentan contra las personas y la integridad de los ecosistemas forestales nativos.

En esta propuesta se describen necesidades territoriales que requieren ser apoyadas desde las políticas forestales, las que deben transitar a un enfoque territorial, participativo e intercultural, que reconozca la diversidad de actores, conocimientos y modos de vida que habitan y cuidan los ecosistemas forestales nativos.

La política forestal debe construirse de forma amplia, y ser coherente y pertinente con la vida de las comunidades para convertirse en una herramienta de transformación útil para los territorios. Solo así la comunidad podrá encontrar sentido a la política pública, aspecto fundamental para que los instrumentos funcionen y se pueda transitar realmente hacia un futuro más sostenible.

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