Súmate a nuestro canal en: WhatsApp
Foto: Agencia Uno

"Operaron sicarios, pero la pregunta es quién lo planificó": Experto analiza crimen de Uribe en Colombia y advierte riesgo en Chile

Por: Natalia Riquelme | 16.08.2025
El asesinato político de Miguel Uribe, senador y candidato presidencial colombiano ha abierto las interrogantes respecto de las razones detrás del crimen y las implicancias que este tipo de actos pueden traer para las democracias de la región, también al alero del alza del crimen organizado.

El intento de asesinato del senador Miguel Uribe Turbay en el contexto de un atentado que sufrió el 7 de junio en Bogotá logró su cometido esta semana, tras dos meses en los que el también candidato presidencial estuvo internado en la Clínica Fundación Santa Fe en la capital colombiana.

El homicidio ha conmocionado a toda la región, puesto que el denominado "magnicidio" marca el regreso de la violencia política que caracterizó los años más oscuros del país cafetero. Al mismo tiempo, plantea varias interrogantes sobre el futuro democrático de Colombia y las naciones vecinas al alero de la expansión del crimen organizado.

[Te puede interesar] Jeannette Jara adopta importante decisión respecto a foros y debates: "Llegó la hora que me reúna con los chilenos"

Para explicar este contexto y sus implicancias para Chile, el analista internacional y académico del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago de Chile, Fernando Estenssoro, abordó en El Desconcierto las raíces históricas de la violencia política en Centroamérica, el papel de los actores internacionales y los riesgos que enfrentan las democracias latinoamericanas a propósito del alza de la ultraderecha en el mundo.

En ese sentido, el experto advirtió que "es indudable que los sectores de extrema derecha quieren recuperar el gobierno (...) ¿A quién les sirve esta situación? A la extrema derecha, a los uribistas, porque con esto les permite decir: está todo malo, está todo fracasado. Lo cual es falso".

"La violencia no está superada. Mira de quién viene, y mira a quién le sirve, y a qué intereses geopolíticos le sirve, porque está todo relacionado, todo es un proceso sistémico. El narcotráfico existe porque es muy rentable y no solamente para los narcotraficantes", planteó el profesor.

[Te puede interesar] Empresarios entran de lleno a la presidencial reuniéndose con candidatos para presentar sus propuestas: "Marca un rumbo"

Colombia: una historia de violencia política

- Los antecedentes que se conocen es que efectivamente el senador y candidato presidencial murió, pero que no se descarta ninguna hipótesis. ¿Cómo ve usted esto y cómo podemos analizar la situación comparándola con nuestro país?

Primero veamos la situación en Colombia. Colombia, como usted sabe, tiene una historia de una violencia política muy larga, muy trágica. Prácticamente ha vivido en una guerra civil desde hace más de 40 o 50 años.

Ha pasado por varios procesos de pacificación, de llegar a acuerdos. Se ha avanzado con el caso de las FARC, (sobre) llegar a un acuerdo que ponga fin a esta violencia política, que como le digo, tiene raíces históricas muy profundas en Colombia y muy serias también, porque eso implica también que la sociedad colombiana está profundamente fracturada por esta guerra civil.

[Te puede interesar] Boric muestra su examen de drogas y apunta a las fake news de la oposición: “La desinformación es un peligro”

Entonces, han habido también importantes esfuerzos por terminar con esta política de violencia extrema, de volver a reencontrar a Colombia hacia un cauce pacífico de desarrollo político. Un cauce democrático y pacífico.

Y han existido esfuerzos muy importantes, como el presidente (Juan Manuel) Santos o en los anteriores, y actualmente el presidente (Gustavo) Petro, que siguió con esta política de reencontrar a la comunidad colombiana en un cauce pacífico y democrático, tratando de avanzar. Porque es un proceso largo, hay distintos grupos, de avanzar con sectores del Ejército de Liberación Nacional, y lo consiguen algunos, pero con otros no.

Los obstáculos al proceso de paz

- ¿Qué factores han obstaculizado estos procesos de pacificación?

Es innegable que han habido, sobre todo por parte de sectores más bien pacifistas, como el caso del presidente Santos, que era un presidente de derecha, y el presidente Petro, que es un presidente de centroizquierda, esfuerzos por que Colombia vuelva a un cauce de paz y se reencuentre como país.

Pero también existen colombianos y presidentes que se oponen a esto, y que son los que han fomentado una cultura del crimen, del asesinato y de la violencia. Entonces es indudable que la muerte de Miguel Uribe Turbay es un asesinato político, y hay que preguntar a quién le sirve ese asesinato político, porque no se sabe exactamente quién lo mandó a matar.

Obviamente operaron sicarios, pero la pregunta es quién lo planificó, en qué salones se planificó, en qué embajadas se planificó el asesinato, que son la realidad de nuestra América Latina.

Entonces, el tema es que el asesinato de Miguel Uribe favorece precisamente a los sectores más reaccionarios, que lo que quieren es precisamente continuar con esta política de violencia, porque les ha dado muy buenos réditos. Hay sectores en Colombia que se han hecho ricos y que viven de esto también.

El factor geopolítico estadounidense

- ¿Cuál es el papel de Estados Unidos en este contexto?

El presidente Petro ha intentado hacer una política más independiente de Estados Unidos, sin separarse de Estados Unidos, no una política anti-Estados Unidos, pero sí plantear aspectos de soberanía política. Colombia, sobre todo los gobiernos de derecha y extrema derecha que han gobernado Colombia, han hecho que sea como el país más dócil hacia los intereses geopolíticos estadounidenses de Sudamérica.

En ese sentido, Petro ha tenido una política más soberana, como por ejemplo conversar con los BRICS, como por ejemplo establecer relaciones con China y negocios con China. Entonces, todo eso Estados Unidos lo ve con mucha preocupación a sus intereses geopolíticos.

Estados Unidos, con su famosa guerra contra la droga, tiene intervenido prácticamente militarmente a Colombia. La guerra contra la droga lo único que hace es que ha aumentado el narcotráfico y no ha disminuido ni medio milímetro. Pero es una excelente justificación para intervenir militarmente Colombia por parte del Ejército estadounidense.

- Las autoridades se jactaron de que la violencia había quedado atrás, como el conflicto con las FARC, que Colombia estaba entrando en un nuevo periodo de paz. Pero eso contrasta mucho con la situación que vemos hoy día, ¿no?

Relativamente, no tanto. Esto tienes que entenderlo como un proceso. Todo el mundo en Colombia... hay mucha gente que quiere la paz porque las familias están quebradas, por las familias han perdido hijos, esposos, abuelos, es una guerra civil muy larga, entonces también es un deseo, pero no es fácil.

Porque primero tienes que salir de la lógica blanco y negro, que hay buenos y malos, tienes que entender de que aquí hay que negociar, y todos los bandos tienen razón en parte y tienen que ceder en parte, o sea tienes que cambiar la lógica.

Colombia siempre ha estado gobernada por sectores de derecha, derecha más democrática y derecha más reaccionaria. Álvaro Uribe, por ejemplo, uno de los presidentes más de extrema derecha, que no es parecido a (Javier) Milei o a los otros.

Uribe es muy fino, pero en su gobierno se cometieron asesinatos, falsos positivos, él estipuló el pagar para que se asesinaran a campesinos, y los hacían pasar por terroristas, esos son los famosos falsos positivos, por algo está condenado. Y tú ves cómo Estados Unidos ha protestado y se ha metido, y está teniendo injerencia en la justicia colombiana, porque Álvaro Uribe está totalmente al servicio de los intereses geopolíticos de Estados Unidos.

La estrategia de desestabilización

- ¿Cómo se relaciona este asesinato con los intereses políticos internos?

Es indudable que los sectores de extrema derecha quieren recuperar el gobierno, entonces están tratando de hacer todo lo posible para culpar a Petro de esta situación. Porque Petro es de izquierda, entonces a ellos no les sirve un presidente por primera vez de izquierda.

Es una izquierda moderada, pero que un guerrillero cuando joven esté desarrollando un proceso pacífico, democrático... Se les cae el relato, porque para ellos el relato es que los guerrilleros son todos violentos, son todos asesinos, no quieren la paz y la democracia, entonces Petro les quiebra el esquema.

¿A quién les sirve esta situación? A la extrema derecha, a los uribistas, porque con esto les permite decir, está todo malo, está todo fracasado, lo cual es falso.

Yo vengo llegando de Colombia, en Colombia tú puedes caminar tranquilo, no es la Colombia de hace 30 años. Pero obviamente la derecha controla los medios de comunicación, la derecha controla el relato, entonces, ahora, de lo que se trata, es de quitarle el gobierno a la centroizquierda.

Narcotráfico y política: una relación compleja

-¿Uno podría deducir de todo esto que esto es producto de la intromisión del narcotráfico en las instituciones?

Mira, si tú crees que el narcotráfico es inocente o no tiene participación política, es una creencia muy ingenua. No existe el narcotráfico independiente de la acción política. El narcotráfico a alguien le sirve, entonces culpar al narcotráfico de todo, como si fuera una suerte de Estado independiente, es un discurso que es fabricado políticamente por ciertos sectores políticos.

Aquí hay que entender que el narcotráfico es parte de todo este juego. Es lo mismo que ocurre en Ecuador, le echan la culpa al narcotráfico, pero el narcotráfico ha sido fundamental para desestabilizar toda la obra que hizo el presidente (Rafael) Correa de desarrollo de Ecuador. Y mira cómo está Ecuador hoy día en el sistema de violencia. Bueno, eso fue una acción política digitada por embajadas externas, y con apoyo de políticos criollos.

La violencia no está superada, mira de quién viene, y mira a quién le sirve, y a qué intereses geopolíticos le sirve, porque está todo relacionado, todo es un proceso sistémico. El narcotráfico existe porque es muy rentable y no solamente para los narcotraficantes.

Los riesgos para Chile

- ¿Existe un riesgo latente de que estas cosas se puedan replicar en otros países, incluido el nuestro?

Es posible, Chile tiene otra situación. En la medida que nosotros logremos mantener una coexistencia democrática y de respeto, no deberíamos. Colombia aspira a ser como Chile en cuanto a su convivencia democrática, porque los colombianos creen que Chile... si bien hay fuertes oposiciones entre derecha, izquierda, centro, hay una cierta convivencia democrática y un mínimo común que los une a todos y que eso se respeta.

Pero, indudablemente, los avances de las extremas derechas están poniendo en riesgo esos procesos. Y Chile no es ajeno a que un gobierno de extrema derecha finalmente nos termine transformando en una suerte de Estado muy complejo, muy complicado, o sea, nosotros no podemos descartar eso porque no estamos ajenos a lo que está ocurriendo en el mundo.

Aquí ya hay propuestas que, bajo el discurso de que son los únicos, los verdaderos, los que tienen la razón, los únicos que pueden luchar contra el crimen y contra la violencia, en el fondo, nos van a llevar a una situación (en la que) podemos terminar como Colombia.

Eso va a depender de la madurez que tenga sobre todo nuestra clase política, pero no somos ajenos al problema de las extremas derechas. Y están instaladas en Chile, y están en nuestro Congreso también.

El desafío de la democracia

- ¿Cuál sería, entonces, el principal desafío que enfrenta nuestro país a la luz de todos estos antecedentes?

Yo creo que el principal desafío es entender que el país no pertenece a una persona, ni a grupos exclusivos, ni a élites. Entender que el país está compuesto por ciudadanos, que los ciudadanos tenemos distintas realidades, y que si no somos capaces de ponernos de acuerdo, de respetarnos, y de entender que podemos estar dispuestos a dialogar y a ceder...

Porque la democracia y la paz requieren entender que es legítimo tener diferencias, pero también es legítimo que respetemos las formas de resolverlo, que son pacíficas y democráticas.

El problema es que la democracia, teóricamente, permite la existencia en su interior de actores extremos, y una vez que llegan al poder, destruyen la democracia. Ese es un problema teórico que no está resuelto. Por eso apelamos a la madurez, tanto de los ciudadanos como de la clase política, de los que toman las decisiones, de que entiendan que es legítimo tener diferencias. Pero no existe la verdad absoluta.

Todos tenemos distintas opiniones frente a distintos aspectos porque tenemos realidades distintas, porque tenemos situaciones de vida distintas. Unos nacen en cuna de oro y otros nacen y no saben si van a comer al día siguiente.

Entonces, tenemos que entender que si no somos capaces de llegar a acuerdos, la alternativa, lo más trágico es que las diferencias se resuelvan por la fuerza, la guerra civil, el problema que ha tenido Colombia históricamente.

Nosotros, hasta el minuto, en general y de manera relativa, no absoluta, hemos logrado un proceso de convivencia democrática pacífica. Después que tuvimos la tragedia de la dictadura se aprendió de ese proceso, hemos durado 30 años.

Pero nuevamente hoy día vemos que podemos tirar todo eso al tarro de la basura si solamente un grupo que se considera dueño de la verdad absoluta y considera que la única forma de obtener esa suerte de paraíso que proponen es eliminando a los adversarios, la respuesta va a ser que vamos a entrar en un proceso creciente de desestabilización.