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La derecha de Chile: ¿Camarón que se duerme se lo lleva la corriente?
Foto: Agencia Uno

La derecha de Chile: ¿Camarón que se duerme se lo lleva la corriente?

Por: Benjamín Escobedo | 09.08.2025
La derecha llega a una primera vuelta con bastantes errores no forzados y otros tantos que nacen irónicamente desde su propio nido político. Por ejemplo, no lograron consenso para establecer una primaria interna, los egos desbordados, la falta de servicio público y los viejos “estandartes” que se niegan a dar un paso al costado, son solo parte de esos vicios permanentes en la derecha.

Hace varios días hemos venido observando las diversas tensiones al interior de la derecha nacional, las luchas por el poder, el intercambio de ideas y la posible polarización de grupos en su interior dejan al descubierto a través de la opinión pública lo débil del sector de cara a las próximas elecciones presidenciales.

Tal vez estamos frente a una propuesta sin líder definido, donde todos posan de ser cacique y nadie desea ser indio, una premisa que le podría costar caro a un sector que intenta transmitir ideas pero que finalmente encalla su propuesta en la lucha interna, olvidando el real sentido de la política, o sea, de servicio público, acuerdos, diálogos y persuasión, por ahora, una irrefutable agravante para el sector enunciado.

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Necesitamos reconocer que en Chile existen varios tipos de izquierda y derecha. Los matices, acuerdos, desacuerdos, objetivos, conceptos y “bases conceptuales” parecen entregan al público sufragante una multiplicidad de ideas que, por lo general, tienden a confundir.

Fue con la Revolución Francesa que empezamos hablar de izquierdas y derechas, sin embargo, con el tiempo ello ha sido modificado a categorías como liberales y estatistas, libertarios y progresistas, entre varias otras.

En este sentido, la derecha nacional tiene dos grandes bloques, uno conservador y otro liberal, ambos responden a ideas teóricas propias de una derecha política, sin embargo, tienen diferencias en temas valóricos, libertades individuales y percepciones de mercado.

En la actualidad la polarización ha propiciado quiebres, nuevos partidos políticos, liderazgos “novedosos” y populismos que intentan convencer a una ciudadanía cansada de promesas y aburrida de las instituciones, un peligro para cualquier país que busca la paz, equilibrio y confianza de sus ciudadanos a la hora de gobernar.

La derecha llega a una primera vuelta con bastantes errores no forzados y otros tantos que nacen irónicamente desde su propio nido político. Por ejemplo, no lograron consenso para establecer una primaria interna, los egos desbordados, la falta de servicio público y los viejos “estandartes” que se niegan a dar un paso al costado, son solo parte de esos vicios permanentes en la derecha.

Por otro lado, también hemos podido visualizar como ambos “polos” de la derecha intentan hacer prevalecer sus ideales para liderar el país, liberales y conservadores. Es curioso que algunos de estos están preocupados por persuadir a la población de no abortar, de creer en Dios, de no legalizar la eutanasia y de abstenerse del consumo de marihuana, como si ello fuera sinónimo de crecimiento económico y mejoras en las condiciones de vida de una ciudadanía. Insisto, se necesitan soluciones reales, no suturas casuales.

Por otra parte, ha sido la propia oposición (derecha) quien ha proclamado como candidata de sus filas a Evelyn Matthei, figura que no logra convencer y que las encuestas no la posicionan como la carta más segura, por el contrario, sus porcentajes son variados y, en materia de ideas, parece ser una especie de camarón que se duerme y se la empieza a llevar la corriente.

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Cabe señalar que el diputado Andrés Celis deslizó la idea de que Evelyn Matthei bajara su candidatura presidencial ante su caída en las encuestas, no obstante, Renovación Nacional (RN) ratificó su apoyo en su consejo general. Más de lo mismo, voces al interior que no ven plenitud en la candidata, falta de convencimiento hacia la ciudadanía, poca solidez y una seguridad en la papeleta que se desvanece públicamente con el paso de los días.

Esto, dicho sea de paso, en medio del apoyo que se ha visto reflejado en las últimas encuestas a otros candidatos, donde incluso la posicionan en el cuarto lugar siendo superada por Franco Parisi (PDG).

En tercer lugar, fue el mismo diputado Andrés Celis (RN) quien enarboló la idea que José Antonio Kast sea el candidato único de la derecha y ultraderecha debido a que está mejor en las encuestas. Luego que el histórico Carlos Larraín confirmara que votaría por el republicano, algo que no amerita comentarios. Por el contrario, abre preguntas, reflexiones y necesidad de diálogo de cara a la ciudadanía, tras la fisurada realidad de la derecha.

Aquí algunas interrogantes a considerar a modo de cierre.

¿Es Chile un país polarizado en materia política? ¿A qué se debe que la derecha tradicional no registre números ganadores de cara a las próximas elecciones presidenciales de Chile? ¿Estamos frente a una “muerte anunciada” de Evelyn Matthei en materia de candidatura presidencial? ¿Es posible un repunte en las aclamadas encuestas?

¿Podría caer al abismo la derecha en segunda vuelta con su candidata y apoyar irónicamente a uno de esos candidatos que corren por lo “periférico”, fuera de su perímetro? ¿Conveniencia, poder, convicción o un tsunami que amenaza con golpear más fuerte que nunca a los “ideólogos” de la derecha nacional?

Estas y otras preguntas entregan una reflexión social, política y de profundo diálogo, donde el fin último no es promover una candidatura y un sector político, sino más bien colocar sobre la mesa y mediante argumentos la realidad de la derecha en Chile, una especie de camarón que se duerme y se lo lleva la corriente, posando de ganador antes que terminen los 90 minutos del partido.

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