Autorretrato ciego: La exhibición multisensorial que permitirá “ver, oír y palpar” la fotografía en Matucana 100
El médico y fotógrafo Raúl Charlín inaugurará el 19 de diciembre la muestra Autorretrato ciego, un proyecto que propone nuevas formas de experimentar la imagen a partir del registro de personas con discapacidad visual.
La exposición, alojada en la Sala Concreta del Centro Cultural Matucana 100, reúne retratos analógicos en los que los propios retratados activaron el disparador de una cámara de gran formato, incorporándose directamente en el proceso creativo.
Charlín explica que su método de trabajo se basa en una coautoría que rompe con la lógica tradicional del retrato fotográfico.
Él prepara la luz, el encuadre y dialoga sobre la postura, pero son las personas fotografiadas quienes presionan el obturador.
La producción incluye revelado en laboratorio analógico, impresiones digitales acompañadas de textos en braille y máscaras 3D creadas a partir de escaneos por sensor infrarrojo, un trabajo desarrollado junto a Taller Dynamo.
Estas piezas permiten que los visitantes puedan escuchar, palpar y observar de manera táctil los rostros retratados.
La curatoría de Nathalie Goffard se articula con un enfoque inclusivo que incorpora mediaciones hápticas diseñadas por la Biblioteca Central para Ciegos.
A través de estas instancias, el público es invitado a minimizar el uso de la vista para potenciar otros sentidos durante el recorrido.
El objetivo es ampliar la experiencia perceptiva y facilitar el acceso de personas con discapacidad visual.
Según Charlín, esta aproximación abre la posibilidad de un encuentro profundo con la imagen, tanto para quienes no ven como para quienes sí lo hacen.
El proyecto cuenta con la colaboración de Fundación Luz, la Biblioteca Central para Ciegos, Fundalurp, la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM) y la Universidad de Talca.
Su propuesta reflexiona sobre la asimetría de poder en el acto de retratar y promueve una exhibición que cuestiona el modo tradicional de “ver” la fotografía.
En ese proceso, el artista profundizó en el uso del braille mediante un taller que le permitió asegurar el correcto desarrollo técnico del lenguaje táctil en sala.
Charlín detalla que el trabajo con las máscaras 3D surgió tras una larga investigación destinada a crear una experiencia accesible.
Con un sensor infrarrojo se escanearon los rostros y posteriormente se imprimieron en 3D, permitiendo que las personas puedan palpar los rasgos faciales de quienes participan en el proyecto. Esta dimensión táctil complementa los retratos y habilita un vínculo más directo con la obra.
La muestra estará disponible hasta el 18 de enero y podrá visitarse de miércoles a viernes entre las 12:00 y las 21:00 horas; los sábados de 16:00 a 21:00; y los domingos de 16:00 a 20:00. La entrada es gratuita.