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Desalinización en Chile: Entre la solución hídrica y el riesgo ambiental
Foto: www.gob.cl/noticias

Desalinización en Chile: Entre la solución hídrica y el riesgo ambiental

Por: Elizabeth Soto | 07.08.2025
La crisis hídrica es real, y sólo se agudizará en el futuro, poniendo en riesgo el abastecimiento de agua potable para la población. Ante este escenario tenemos la oportunidad de hacer las cosas como siempre y luego lidiar con los problemas ambientales, o avanzar por un sendero diferente.

Desde el año 2010, nuestro país enfrenta una crisis hídrica sin precedentes, una megasequía, como se le ha definido por su intensidad, extensión y duración. La reducción de las precipitaciones ha afectado severamente desde las regiones de Coquimbo a La Araucanía, llegando a niveles críticos en el periodo estival de 2024, donde siete de los nueve embalses de la región de Coquimbo se encontraban con menos del 20% de su capacidad, un caso extremo es el embalse Cogotí de Combarbalá, el cual llegó a secarse por completo.

Esta situación se vio parcialmente revertida por las precipitaciones invernales asociadas a la presencia del fenómeno El Niño Oscilación Sur (ENOS), durante los años 2023 y 2024. Sin embargo, las proyecciones para los próximos años no son alentadoras: el país podría llegar a un estrés hídrico extremo para 2050 (WRI, 2023), afectando gravemente el acceso al agua potable.

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Ante este escenario, las plantas desalinizadoras se han posicionado como una solución estratégica, especialmente para abastecer de agua dulce a la población y a los sectores productivos en zonas áridas del norte del país. Pero, ¿son realmente la mejor opción?

Actualmente existen más de 40 plantas desalinizadoras operativas en Chile, mientras otras 24 están en distintas etapas de desarrollo (Catastro elaborado por el Comité Asesor Ministerial Científico sobre Cambio Climático, la Asociación Chilena de Desalación y Reúso (ACADES), y el Consejo Minero, a marzo de 2023), las que están concentradas principalmente en el norte del país. La mayoría abastece a la minería e industrias (70%), y utiliza tecnología de ósmosis inversa.

No obstante, el impulso por desalinizar agua ha avanzado en ausencia de una regulación específica que considere adecuadamente los impactos ambientales y el ordenamiento de la zona costera: la desalinización en Chile se sostiene en normas generales como la Ley sobre Concesiones Marítimas y el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), y por la “Guía para la Descripción de Proyectos de Plantas Desalinizadoras en el SEIA” publicada por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) en 2023.

A su vez, en el Congreso Nacional descansan un importante número de proyectos legislativos que abordan distintos aspectos relacionados a la desalinización y que no han logrado avanzar para convertirse en ley.

Apuntar a un adecuado ordenamiento de la zona costera y a una normativa específica para plantas desalinizadoras resulta esencial para minimizar los potenciales impactos ambientales, que pueden llegar a ser significativos. Los sistemas de captación de agua de mar pueden arrastrar y dañar organismos vulnerables que forman parte del plancton, como huevos y larvas de peces e invertebrados.

Por su parte, los sistemas de descarga de salmuera -con altas concentraciones de sales y químicos- pueden alterar el equilibrio de los ecosistemas marinos cercanos a las plantas, afectando a pastos marinos y comunidades bentónicas. Además, el proceso de desalinización requiere un alto consumo energético, que, dependiendo de la fuente de electricidad, puede contribuir a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

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Para que la desalinización sea una solución real y no un nuevo problema ambiental, es crucial un estudio exhaustivo de las zonas costeras, antes de la instalación de cualquier proyecto de desalación. Es una oportunidad para que Chile lidere una desalinización que sea responsable con el medio ambeinte, integrando energías limpias, tecnologías eficientes y una regulación robusta que proteja nuestros valiosos ecosistemas marinos.

Esto requiere avanzar en el ordenamiento territorial costero, evaluaciones de impacto ambiental rigurosas y una colaboración genuina entre el sector público, privado, la academia y las comunidades.

Desde Fundación Terram elaboramos el documento “Herramientas para el debate sobre desalinización: potenciales impactos y escenario en Chile” , donde exploramos en profundidad diferentes aspectos sobre este tema, en especial ante un eventual auge en la instalación de este tipo de proyectos en la zona costera. Nuestro objetivo: informar, promover una discusión crítica y proponer caminos para una desalinización ambientalmente responsable, que combine tecnologías limpias, eficiencia energética y una regulación ambiental robusta.

La crisis hídrica es real, y sólo se agudizará en el futuro, poniendo en riesgo el abastecimiento de agua potable para la población. Ante este escenario tenemos la oportunidad de hacer las cosas como siempre y luego lidiar con los problemas ambientales, o avanzar por un sendero diferente.

Aquello implica que Chile aborde esta problemática a través de una estrategia multidimensional con respecto a los recursos hídricos disponibles, poniendo prioridad en el acceso al agua para consumo humano y optimizando el uso actual, tanto a nivel doméstico como industrial, a la vez que se incorporan nuevas fuentes de agua como las provenientes de plantas de desalinización con un óptimo funcionamiento.

¿Queremos enfrentar la escasez hídrica creando nuevos impactos? O esta vez haremos las cosas bien. Te invitamos a leer el documento completo y ser parte de un debate urgente y necesario.

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