
Javier Milei entre el dólar, disputas, elecciones y otros dolores de cabeza que tensionan su administración
El gobierno argentino, liderado por el ultraderechista Javier Milei se enfrentó, la semana anterior, a su atávico déjà vu cambiario, y no pudo calmar las presiones de devaluación de su moneda a pesar de haber intentado un paquete de medidas que incluyó elevar las tasas de interés, una baja de impuestos al sector agrícola, la intervención en dólares futuros y el ingreso de nuevos fondos frescos de organismos internacionales en medio de una ola de desconfianza hacia el plan del ministro de Economía, Luis Toto Caputo.
En el país vecino, rige desde el 14 de abril un esquema de bandas en el que el tipo de cambio del dólar puede fluctuar dentro de un rango preestablecido (un piso de $1,000 y un techo de $1,400) además de ajustarse mensualmente en un 1%. El Banco Central puede intervenir solo si se superan los extremos de la banda.
El jueves último, este el valor llegó a los $1830, y en la plaza cambiaria crece el temor de que la autoridad monetaria no tenga los dólares para salir a vender y contener el valor.
La disparada ya acumula 30% desde el inicio del nuevo sistema de bandas, que es exactamente lo que pidió el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuando aprobó el último acuerdo.
Sin embargo, la situación es delicada. El gobierno busca evitar como sea que el dólar supere el techo de la banda, lo que constituiría un golpe en la mandíbula a su relato de estabilidad a pocas semanas de las cruciales elecciones en la provincia de Buenos Aires.
Al finalizar la semana, una leve baja en la cotización y un informe del FMI en el que organismo reconoce que gobierno superó con éxito la primera revisión de las metas del acuerdo por 20.000 cerrado en abril trajeron un poco de calma en la Casa Rosada.
El FMI agregó además que el país trasandino recibirá un desembolso de US 2.000 millones que se sumarán a los 12.000 millones que ya obtuvo en el inicio del programa de 48 meses.
La política
Más allá del sacudón económico, el plano político se presenta cuesta arriba para los libertarios, luego que la definición de las listas de candidatos a las elecciones de la Provincia de Buenos Aires dejó varios heridos y remeció los cimientos del denominado “triángulo de hierro” que integran el mandatario, su hermana Karina Milei y Santiago Caputo (sobrino del ministro de Economía), un consultor político y asesor estrella de Milei, que aún maneja la inteligencia y una serie de resortes de poder.
La tormenta perfecta tuvo varios protagonistas: por un lado las disputas internas para definir quiénes integrarán los mencionados listados, las negociaciones con el partido en extinción fundado por Mauricio Macri (PRO), y la decisión de Karina Milei de desplazar del centro de la escena al grupo denominado “las fuerzas del cielo”, integrado por jóvenes trolls libertarios y otros adláteres de origen difuso.
Todo ese paquete dejó tierra arrasada en la interna libertaria y no está claro aún cómo ni cuándo se recompondrá esa situación.
Menú de elecciones
El domingo 7 de septiembre la enorme provincia gobernada por Axel Kicillof, que concentra más de un tercio del padrón electoral argentino y es el bastión del peronismo, renovará parcialmente su poder legislativo, en unos comicios que tendrán indefectiblemente una lectura nacional y funcionarán como una suerte de “primera vuelta” política, anticipando el posible reparto de fuerzas y el tono de la contienda que se celebrará un mes y medio después -el 26 octubre-, cuando las legislativas nacionales redefinan el mapa de poder en el Congreso Nacional y determinen las condiciones en las que el libertario gobernará en la segunda mitad de su mandato.
La configuración actual del hemiciclo y el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023, llamado "Ley Bases”, le permitieron a Milei avanzar con velocidad inusitada en su plan de achicamiento del Estado, así como vetar leyes del Congreso, pero no está claro qué espalda tendrá el mandatario a partir de diciembre cuando juren los nuevos diputados y senadores.
El próximo miércoles 6 de agosto. la oposición tiene previsto sesionar y rechazar los recientes vetos de Milei al aumento de las jubilaciones, el financiamiento de las universidades y del hospital Garrahan, un hospital de excelencia sujeto a feroces recortes presupuestarios.
Estas leyes desafían la política libertaria de “motosierra y lucuadora” y fueron aprobadas en el Congreso el 10 de julio último por ambas cámaras, pero el mandatario anunció de inmediato que las vetaría y firmó el decreto el sábado pasado.
En Argentina existe un mecanismo establecido en la Constitución Nacional que permite anular los vetos presidenciales. Para ello, es necesario que ambas Cámaras reúnan una mayoría especial y aprueben el proyecto vetado nuevamente con al menos dos tercios de los votos de los miembros presentes en cada Cámara.
Si esto sucede, la ley debe ser promulgada y el veto presidencial queda sin efecto. Precisamente ese objetivo tendrá la sesión prevista para el miércoles de la semana en curso.
¿Inflación a la vista?
Hace décadas que el dominio de la inflación es una de las mayores virtudes atribuibles a un político argentino y Milei ha venido dando pasos muy significativos en esa dirección, más allá del necesario debate sobre cómo se ha estado logrando ese objetivo y cuáles vienen siendo los sectores más perjudicados de ese “logro”. Lo cierto es que su popularidad encuentra sus bases en ese hecho.
El ministro Caputo, el mandatario y varios asesores y funcionarios aseguraron durante los últimos días, que la devaluación era “exitosa” porque no afectaría el nivel de precios, pero la realidad fue algo diferente y el impacto en las góndolas fue fuerte.
Los grandes supermercados, comercios barriales y algunas marcas más pequeñas ya adelantaron este viernes que a partir de esta jornada de lunes 4 de agosto, llegarían listas actualizadas de precios con alzas entre el 3% al 9%, mientras las automotrices avisaron que también habrá incrementos de hasta 12% ciento en las concesionarias.
Lo ocurrido rompe la teoría siempre invocada por el gobierno libertario de que la recesión de los bolsillos iban a evitar el traslado a precios luego de la devaluación.
Encuestas
Pese al relativo control de la inflación de casi todo el período de gobierno, una prestigiosa encuestadora registró que el 63% de los argentinos siente que cada vez le cuesta más llegar a fin de mes, y al 54% el dinero no le alcanza para cubrir sus necesidades básicas.
“El bolsillo es el nuevo termómetro del descontento”, señala la consultora, que encontró que el 57% de los encuestados desaprobaron la gestión del gobierno.
El sondeo del instituto demoscópico Zuban Córdoba fue realizado el 16 y 17 de julio en base a 1.400 casos, y está centrado en medir el clima social de cara a las elecciones de la provincia de Buenos Aires y las de legisladores nacionales.
Según el sondeo el relato del ajuste virtuoso podría haber agotado ya su crédito simbólico, ya que el 64,8% cree que Milei está profundizando la desigualdad social, y 58,3% considera probable que el malestar económico escale a protestas sociales o cacerolazos”.
Ante la consulta acerca de cómo calificaría su situación económica personal en los últimos seis meses, 47% respondió que “peor” y un 15% “igual de mal”, mientras que quienes sienten que están mejor son solo un 16% y un 19% considera que está igual de bien, es decir que hubo un 35% de respuestas positivas.
Otros elementos surgidos de esta investigación apuntan a que sobre 50% siente miedo a perder su trabajo o sus ingresos por las políticas del gobierno, y solo 14,7% logra ahorrar algo a fin de mes.