Súmate a nuestro canal en: WhatsApp
Desinformación y mensajes confusos sobre el uso de antidepresivos en el embarazo
Foto: Agencia Uno

Desinformación y mensajes confusos sobre el uso de antidepresivos en el embarazo

Por: Rosario Alomar Araya | 28.07.2025
Es urgente incluir a mujeres embarazadas en estudios clínicos éticos, diseñados con rigor y respeto. Es urgente revisar el modo en que comunicamos la información médica en salud perinatal, con un enfoque que no infantilice a las gestantes ni se base en el miedo. Y es urgente, también, que quienes toman decisiones regulatorias lo hagan escuchando a quienes trabajamos en salud mental perinatal todos los días.

El 21 de julio, la FDA organizó un panel sobre uso de antidepresivos de tipo inhibidores selectivos de recaptura de serotonina, (o ISRS) durante el embarazo. Lo que podría haber sido una instancia para acercar la evidencia científica a la práctica clínica, terminó promoviendo mensajes confusos y diseminando desinformación.

Algunos panelistas llegaron a decir que los antidepresivos no funcionan, o que la depresión se cura por sí misma, otros que los médicos engañamos a las pacientes, entregándoles información sesgada y ocultando los riesgos de los medicamentos.

[Te puede interesar] Matthei le raya la cancha a Kast y desata crisis en la oposición tras negarle su apoyo en segunda vuelta

La enfermedad mental materna no tratada tiene consecuencias graves, aumentando el riesgo de morbimortalidad perinatal: más riesgo de malformaciones, parto prematuro, bajo peso al nacer, complicaciones obstétricas y alteraciones del neurodesarrollo. Minimizar este impacto, y centrarse únicamente en los posibles riesgos de los medicamentos perpetúa una mirada incompleta y peligrosa.

Los ISRS han sido extensamente estudiados, y en los últimos años se ha avanzado hacia investigaciones de mejor calidad en población perinatal. Hoy sabemos que muchos de los riesgos inicialmente atribuidos a estos fármacos -como malformaciones congénitas o hipertensión pulmonar persistente del recién nacido- se explican, en gran medida, por la enfermedad psiquiátrica de base.

¿Significa esto que los ISRS no tienen riesgos? No. Pero en muchos casos, esos riesgos son considerablemente menores que los de no tratar la patología en una etapa tan crítica como el embarazo. A eso nos dedicamos quienes trabajamos en psiquiatría perinatal: a evaluar caso a caso cuál es el riesgo menor, priorizando el bienestar integral de la madre y su hijo.

Cuando un panel asesor de una institución con el peso de la FDA promueve mensajes basados en evidencia obsoleta, poco contextualizada o directamente sin evidencia, se produce un daño real: las mujeres dejan sus tratamientos, los equipos de salud interrumpen medicamentos al confirmar un embarazo, o los suspenden cerca del parto “por precaución”. Las pacientes recaen. Y a veces, ese costo se paga con la vida de madres y bebés.

[Te puede interesar] El Vaticano asegura que reconocer a Palestina como Estado libre es la única solución a la guerra y el hambre

Esta preocupación es compartida por el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG), que ese mismo díe emitió una declaración criticando el enfoque del panel, al que calificó como “alarmantemente sesgado” por no reconocer adecuadamente los daños de los trastornos del ánimo no tratados durante el embarazo. ACOG reafirmó que los ISRS son, para muchas pacientes, una herramienta terapéutica esencial, y que suspenderlos sin fundamento también implica riesgos concretos.

Además, insistió en la urgencia de incluir a embarazadas en ensayos clínicos, lo mismo que recomendó el Task Force on Maternal Mental Health (creado por mandato del Congreso de Estados Unidos), en su Estrategia Nacional para Mejorar la Salud Mental Materna, junto a un informe al Congreso. Uno de sus pilares fundamentales es garantizar que todas las mujeres reciban atención adecuada, respetuosa y basada en evidencia durante el embarazo y el posparto, mejorando el acceso a tratamientos efectivos (incluyendo psicoterapia y farmacoterapia).

Reconoce expresamente que los medicamentos psicotrópicos pueden ser una parte necesaria del tratamiento, y que las decisiones clínicas deben centrarse en el bienestar integral de la madre y el bebé. Todo esto demuestra que avanzar hacia una mejor salud mental materna requiere decisiones clínicas informadas y basadas en evidencia, algo que en el foro ocurrido el día de ayer, estuvo lamentablemente ausente.

Es urgente incluir a mujeres embarazadas en estudios clínicos éticos, diseñados con rigor y respeto. Es urgente revisar el modo en que comunicamos la información médica en salud perinatal, con un enfoque que no infantilice a las gestantes ni se base en el miedo. Y es urgente, también, que quienes toman decisiones regulatorias lo hagan escuchando a quienes trabajamos en salud mental perinatal todos los días.

[Te puede interesar] COP15: El enorme desafío de poner a los humedales en el centro de la discusión