
"Es devastador": Bebés prematuros de Gaza luchan por sobrevivir compartiendo incubadoras de hasta 5 a falta de insumos
La vida de los recién nacidos prematuros en el norte de Gaza pende de un hilo debido a la prolongada crisis sanitaria que afecta a la población, agravada por los ataques a centros médicos y la falta de suministros.
Actualmente, los profesionales de salud del hospital Al-Helou —respaldado por Médicos Sin Fronteras (MSF)— disponen de solo 36 incubadoras para toda la zona, frente a las 126 existentes antes de octubre de 2023.
Lo anterior se traduce en que los bebés prematuros deben compartir las incubadoras potenciando el riesgo de agravar su estado de salud.
“Comenzamos con dos bebés en una incubadora, lo que ya es inaceptable. Luego fueron tres. La semana pasada, vimos cinco bebés compartiendo el mismo espacio”, denuncia la doctora Joanne Perry, líder del equipo médico en la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN) del hospital.
En consecuencia, se eleva el riesgo de infecciones, considerando que se trata de una población especialmente vulnerable, pues el sistema inmunológico de los recién nacidos es inmaduro.
“Es un entorno que debería ser de protección y desarrollo neurológico. Usamos técnicas de anidamiento para darles un mínimo de confort, pero el espacio, el equipo y el tiempo no alcanzan”, explica Perry.
Pero el tema con las incubadoras no es el único problema. Los profesionales enfrentan fallas de energía constantes, provocadas por la escasez de combustible que alimenta los generadores hospitalarios.
De hecho, la noche del lunes 14 de julio, un corte eléctrico terminó con la vida de un bebé que dependía de oxígeno. “Pudo haber sobrevivido”, lamenta la médica.
Madres en precarias condiciones
La situación de las madres también es alarmante. Muchas presentan desnutrición severa y anemia. A su vez, viven en condiciones precarias, sin acceso a atención prenatal ni a servicios básicos.
“Los embarazos de riesgo no se detectan a tiempo y los partos prematuros son cada vez más frecuentes".
Lo anterior, a falta de ecografías, radiografías y exámenes de sangre. "Enfermedades que podrían tratarse, como neumonía o malformaciones cardíacas, se nos escapan de las manos”, advierte la doctora.
Por si fuera poco, los insumos básicos se agotan a diario. “Hemos tenido que espaciar los cambios de pañales, lo que genera irritaciones. Y aunque promovemos la lactancia materna, muchas madres no pueden quedarse en el hospital o deben caminar por horas para volver, sin dinero para el transporte”, explica Perry.
“A pesar de todo, trabajamos unidos para entregar la mejor atención posible con lo poco que tenemos. Es devastador, pero no dejamos de intentarlo”, concluye la profesional de MSF.