
El alcalde de Puerto Montt y su gira oficial al servicio del lavado de imagen de un Estado genocida
Mientras miles de cuerpos siguen siendo rescatados de entre los escombros en Gaza, el alcalde de Puerto Montt, Rodrigo Wainraihgt Galilea, emprendió un viaje oficial a Israel para participar en MUNIWORLD 2025, una conferencia internacional organizada por un gobierno acusado de crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad.
La invitación fue cortesía de la embajada israelí, que cubrió todos los gastos. El programa incluye reuniones, recorridos turísticos, una exposición sobre los efectos de los misiles iraníes en territorio israelí y, por supuesto, una visita al Memorial de la Fiesta Nova del 7 de octubre, con relatos sobre el ataque y un encuentro con un sobreviviente. También contempla una cena con un periodista judío especializado en Medio Oriente (muy imparcial, seguramente).
Gaza, por cierto, no figura en el itinerario. Allí han sido asesinados más de 70 mil palestinos a manos de los anfitriones, pero eso, al parecer, no merece atención alguna por parte de los invitados. ¿Para qué incomodarlos con un tema tan macabro?
La participación del edil ha sido duramente cuestionada, no solo por su oportunidad política, sino también por su legalidad. Abogados chilenos solicitaron una auditoría a la Contraloría General de la República, argumentando que se trata de un viaje propagandístico sin ningún vínculo real con las necesidades municipales.
El viaje del alcalde no traerá beneficios concretos para su comuna ni responde a sus urgencias. Es un gesto político que compromete la neutralidad de las instituciones chilenas frente a crímenes flagrantes de lesa humanidad. Es un acto que, de alguna manera, arrastra al país al terreno de la complicidad, disfrazado de cooperación técnica.
Y lo más grave: no se trata de un hecho aislado, sino de una estrategia global para blanquear responsabilidades mediante autoridades locales, giras protocolares y fotografías sonrientes, compartiendo mesas lujosas con funcionarios de un Estado que asesina por hambre a los sobrevivientes en Gaza.
Someter a escrutinio la conducta de un funcionario municipal, en este caso, no es solo una cuestión administrativa: es una exigencia ética. Porque lo que está en juego no es si el alcalde viajó por placer, protocolo o turismo; es más bien, si el Estado de Chile va a permitir que su representación pública sea utilizada para legitimar o invisibilizar un genocidio.