
Por poco realista en Canasta Básica y arriendos: Nueva medición elevaría pobreza en Chile del 6,5% al 22,3%
Un giro profundo podría dar la forma en que Chile mide la pobreza luego de lo propuesto por el informe final de la Comisión Asesora Presidencial para la Actualización de la Medición de la Pobreza, que sugiere una revisión completa de la metodología vigente.
De acuerdo al documento, el porcentaje de personas bajo la línea de pobreza en 2022 alcanzaría un 22,3%, lejos del 6,5% informado oficialmente en la última Encuesta Casen, debido al cambio de metodología.
Si bien pareciera percibirse un abrupto aumento, lo cierto es que al analizar la pobreza de los últimos años bajo este mecanismo, para 2022 se sigue experimentando una reducción.
Según sus cálculos, con esta nueva metodología aplicada a años anteriores, la pobreza habría sido de un 24,2% en 2017 y un 32,2% en 2020.
La Comisión, conformada en diciembre de 2023 y activa hasta mayo de 2025, analizó múltiples dimensiones -como salud, vivienda, educación y trabajo- además de la Canasta Básica de Alimentos y el rol de los arriendos en los ingresos familiares.
¿Por qué cambiar la metodología?
Una de las principales críticas apunta a cómo se determina la Canasta Básica, la cual se basa en un criterio de 2.000 calorías diarias por persona.
Para los expertos, esta medida ya no es válida en un país como Chile, catalogado como de ingresos medios-altos.
“Este criterio pierde validez para medir la pobreza en países de ingresos medios altos, como el caso de Chile”, subraya el informe. Añaden que el problema no es la falta de calorías, sino su mala calidad nutricional.
La Comisión también pone en entredicho el uso del “alquiler imputado” -valor asignado al uso de una vivienda propia como si se pagara arriendo- en el cálculo de los ingresos.
Esto ha permitido que hogares sin ingresos monetarios no sean clasificados como pobres. Según el informe, en 2022 hubo 24 mil hogares en esta condición.
“Existen hogares que no califican en situación de pobreza monetaria, aún cuando su ingreso monetario sea insuficiente para adquirir la canasta básica”, advierte el documento.
Por esto, se propone que no se incluya este ítem en el cálculo de ingresos y que se diferencie la línea de pobreza según si se paga arriendo o no.
Además, se sugiere reajustar el valor del arriendo según su propia evolución y no a través del IPC general no alimentario.
En cuanto a las fuentes de datos, se recomienda dejar fuera la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) 9 -correspondiente al periodo 2021-2022- ya que reflejaría una sobreestimación debido al aumento de liquidez por retiros previsionales y ayudas estatales. En su lugar, se plantea utilizar la EPF 8 ajustada por inflación.
Pobreza multidimensional: más que ingresos
El informe también entrega nuevas propuestas sobre la medición de pobreza multidimensional, que contempla privaciones simultáneas en áreas como educación, salud, vivienda, redes sociales y seguridad social.
La primera versión del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), en 2015, mostraba un 20,3% de pobreza bajo este enfoque. Para 2022, la cifra bajaba a 16,9%.
Sin embargo, la Comisión propone incorporar seis nuevos indicadores, entre ellos: aprendizaje insuficiente según SIMCE, acceso a controles de salud preventivos, dependencia por cuidados, asequibilidad de vivienda (más del 30% del ingreso destinado a arriendo), conectividad digital y dependencia funcional.