
"Ejemplo extraordinario de cooperación bilateral": Embajada de Estados Unidos destaca colaboración astronómica con Chile
Este año, la celebración de los 249 años de la independencia de Estados Unidos en Chile se enfocó en la astronomía y la exploración espacial, áreas que ejemplifican la extensa y estrecha colaboración que los dos países han desarrollado a lo largo de más de doscientos años.
En conversación con El Desconcierto, Richard T. Yoneoka, Encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en Chile, abordó los principales proyectos astronómicos binacionales y su impacto en las comunidades locales.
Celebración y relación bilateral
-¿Qué actividades se realizarán en Chile en el marco del Día de la Independencia de Estados Unidos?
Este año celebramos los 249 años de la independencia de los Estados Unidos y como es tradicional en nuestras embajadas alrededor del mundo, lo festejamos con un evento en el que expresamos nuestros agradecimientos a los amigos, contactos y socios que apoyan la relación bilateral. Este año, como en oportunidades anteriores, lo realizamos con un poco de anticipación –a mediados de junio-- debido a temas de agenda, pero con el mismo entusiasmo y pasión, y siempre mirando hacia un futuro prometedor y próspero.
La celebración de este año la enfocamos en torno al tema del espacio y la astronomía, ya que es un área que ejemplifica la extensa y estrecha colaboración que nuestros dos países han desarrollado a lo largo de más de doscientos años. Y qué mejor que levantar la vista hacia las estrellas y enfocar nuestra mirada en el futuro que se nos abre. A lo largo de nuestra historia conjunta, ambos países han forjado una alianza sólida y duradera basada en valores compartidos y una trayectoria de colaboración en diversas prioridades que han impulsado el conocimiento humano y contribuido a un mundo más seguro y próspero. Innumerables ciudadanos chilenos y estadounidenses han colaborado durante más de dos siglos para hacer de esta relación lo que es hoy. Su cooperación y sus esfuerzos por estudiar nuestro planeta y las profundidades de nuestro universo han llevado el conocimiento humano a nuevas fronteras. Y sabemos que esto no se detendrá.
-¿Cómo describiría la relación bilateral entre ambos países?
La relación entre nuestros dos países sigue siendo muy sólida y muy amplia. Nuestra agenda bilateral abarca una multiplicidad de áreas, que van desde el comercio y el crecimiento económico, el intercambio académico y científico, la cooperación en materias de seguridad y defensa, y tanto más. El comercio bilateral de bienes entre los dos países se ha más que cuadruplicado desde que firmamos el Acuerdo bilateral de Libre Comercio hace más de veinte años, y es la piedra angular de nuestra excelente y próspera relación comercial de casi 50 mil millones de dólares, que ha traído prosperidad y beneficios. Nos sentimos muy orgullosos de constatar que son tantos los sectores y aspectos en los que colaboramos y en los que estamos constantemente evolucionando, creando nuevos caminos para asegurar que nuestros países sean seguros, más prósperos el beneficio de nuestros países, del hemisferio y del mundo.
Historia astronómica
-Chile y Estados Unidos tienen una larga historia de colaboración en astronomía, con acuerdos que van desde la construcción de observatorios hasta la investigación y la divulgación científica, en ese marco, ¿cómo progresa la construcción del Observatorio Vera C. Rubin (LSST) ubicado en Cerro Pachón, cerca de La Serena?
Efectivamente, nuestros países han trabajado juntos durante dos siglos en astronomía y exploración espacial, colaborando en proyectos de gran envergadura como la construcción de observatorios astronómicos. Sin embargo, creo importante destacar que la cooperación científica entre nuestros países va mucho más allá de la astronomía e incluye áreas clave como la innovación tecnológica, la educación en ciencias, ingeniería y matemáticas, así como investigación científica en misiones tales como Operación Ice Bridge, destinada a medir los hielos en el Polo Sur, y la misión anual del Vehículo Aéreo Radar de Apertura Sintética Deshabitada (UAVSAR) para recopilar datos sobre la corteza terrestre, volcanes, glaciares y otros fenómenos naturales.
Esta colaboración científica es solo uno de los muchos pilares de nuestra relación bilateral con Chile, la cual se remonta a 1823 y que ha llevado a innumerables logros en diversos ámbitos.
Ahora, en el caso específico de la astronomía, el inicio de esta colaboración comenzó en 1849, cuando el oficial de la Marina de los Estados Unidos, James Melville Gilliss, llegó a Chile al mando de una expedición científica e instaló un observatorio en el Cerro Santa Lucía. A partir de esa misión se gestó el Observatorio Astronómico Nacional de Chile, el primer centro astronómico de carácter estatal en el país.
Desde entonces, son muchos los proyectos en los que científicos de EE.UU. y Chile han trabajado estrechamente. Uno de los más recientes es el Observatorio Vera C. Rubin, el cual usted menciona. Ubicado en Cerro Pachón, este telescopio es una iniciativa impulsada por la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos (NSF) y administrada por la Asociación de Universidades para la Investigación en Astronomía (AURA). El observatorio está siendo equipado con una cámara capaz de capturar imágenes sin precedentes del universo. El Vera Rubin estudiará repetidamente todo el cielo nocturno con extraordinario detalle, lo que permitirá a los científicos comprender mejor cómo nuestro universo cambia constantemente. Actualmente, se encuentra en etapa avanzada de construcción y finalizando su instalación para que entre en funcionamiento próximamente. Hace tan solo pocos días pudimos conocer las primeras imágenes que ha captado.
Otro ejemplo de cooperación en esta área es ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), en San Pedro de Atacama. ALMA es una colaboración entre el Observatorio Europeo ESO, la NSF y Japón, con el respaldo del gobierno de Chile. ALMA es actualmente el radiotelescopio más grande y avanzado del mundo en su tipo.
Telescopio Gigante de Magallanes
-¿Qué información nos puede entregar sobre el Telescopio Gigante de Magallanes (GMT) que se construirá en el Observatorio Las Campanas con la participación de Estados Unidos y otros países?
La construcción del Giant Magellan Telescope (GMTO) comenzó en 2015 y es parte del Observatorio Las Campanas. Es un proyecto liderado por el consorcio internacional de universidades e instituciones científicas GMTO Corporation, entre las que se incluye la Institución Carnegie para las Ciencias.
Con treinta metros de ancho, el GMTO será el telescopio más potente del mundo y será parte de la próxima generación de telescopios terrestres gigantes. Al igual que el Vera C. Rubin y otras iniciativas, es un ejemplo extraordinario de cooperación científica multilateral. Su poderoso telescopio permitirá a los astrónomos estudiar planetas distantes y comprender mejor cómo nacen y mueren las estrellas, y su trabajo complementará el del Vera Rubin y otros observatorios.
Impacto social
-¿De qué manera el desarrollo de la astronomía ha podido generar programas sociales y cómo han impactado estos en las comunidades?
No hay duda de que el desarrollo de la astronomía genera impacto en las comunidades donde se encuentran los observatorios. Por ejemplo, incentivan la implementación de programas y talleres educativos, tanto para alumnos como para docentes, lo que inspira a jóvenes y a docentes con vocación por las ciencias y las tecnologías, aportando así a la educación local.
Por otra parte, estos centros ayudan a la creación de empleos directos e indirectos en las comunidades cercanas a donde están ubicados en áreas como mantenimiento, turismo astronómico y sus servicios anexos. También motivan el emprendimiento local en torno a la economía del conocimiento.
Estos observatorios también han empoderado a la comunidad científica de Chile al brindarle un acceso extraordinario, con el 10% del precioso tiempo de observación. Pero quizás uno de los efectos más importantes, es que la presencia de estos centros incorpora a los cielos de Chile como un elemento de orgullo regional, lo que puede ser una poderosa herramienta de transformación social.
-¿Qué importantes beneficios se han alcanzado a raíz de la colaboración entre ambas naciones en materia de investigación astronómica?
Todos estos proyectos generan beneficios para todas las partes involucradas, tanto inmediatos o a largo plazo y tangibles e intangibles. La inversión en investigación astronómica no solo es un compromiso con el conocimiento, sino que también es una inversión económica concreta. En este sentido, impulsa sectores como la manufactura, la ingeniería y el desarrollo de capital humano especializado, generando empleos de alto valor y fortaleciendo industrias de alta tecnología, como la tecnología satelital. Estas, a su vez, pueden beneficiar sectores importantes de la economía local como la agricultura, la planificación urbana y la respuesta ante desastres naturales, incluyendo terremotos e incendios forestales.
En Chile, los observatorios respaldados por Estados Unidos, como ALMA y el Vera C. Rubin/LSST, son parte de grandes colaboraciones científicas multilaterales, en la que instituciones estadounidenses trabajan junto a universidades chilenas y de otros países, y por lo tanto también generan oportunidades concretas para científicos, ingenieros y estudiantes chilenos.
Por otra parte, la actividad astronómica es un área que inspira a nuevas generaciones a seguir carreras en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, contribuyendo así a la formación de una fuerza laboral altamente calificada. También hay que destacar que estos proyectos se desarrollan bajo estrictos estándares de transparencia y rigurosas normativas regulatorias, incluyendo evaluaciones de impacto ambiental y social. Su aporte a largo plazo para el fortalecimiento de la innovación tecnológica y a la cooperación internacional es profundo. Invertir en astronomía es, en definitiva, invertir en el futuro intelectual y en el desarrollo de un país.