
Solución para biodegradar cigarrillos ilegales: Científicos de la USM avanzan en método para revalorizar incautaciones
En Chile, entre enero y noviembre de 2024 se incautaron casi 25 millones de cajetillas de cigarrillos, evitando una evasión fiscal superior a los 69 millones de dólares. Sumado a esto, el ingreso de mercancía falsificada puede desestabilizar el mercado local, generando competencia desleal y afectando especialmente a las pequeñas empresas que operan legalmente y que crean empleo, además de significar un daño al medio ambiente al deshacerse de estos productos.
Al respecto, una investigación encabezada por la Universidad Técnica Federico Santa María (USM), en conjunto con el Servicio Nacional de Aduanas, propone una solución biotecnológica para el ascendente problema de los cigarrillos de contrabando.
Microorganismos que degradan
Por medio de un bioproducto a base de microorganismos capaces de degradar tabaco y papel, además de los componentes plásticos de los filtros y empaques, es posible transformar residuos tóxicos en una opción para que prolifere la economía circular.
No obstante, la destrucción de este material representa un desafío logístico y ambiental. “En algún momento se podía hacer incineración, pero ahora las normativas ambientales ya no lo permiten. Esto genera un tremendo conflicto con el gran tonelaje de decomisos que tiene que custodiar Aduana sin una solución real y efectiva”, comentó a Cooperativa Ciencia la investigadora del Centro de Biotecnología y Departamento de Química USM, Marcela Carvajal.
El proyecto, que aún se encuentra en fase de laboratorio, pretende cambiar la historia de las toneladas de cigarrillos que entran de forma ilegal a nuestro país, evadiendo impuestos y con estándares de calidad cuestionables.
Cómo actúan
La solución para este escenario tiene su origen en la ciencia y la naturaleza. Los científicos de la USM han desarrollado un bioproducto, una fórmula que combina una serie de microorganismos (bacterias y hongos) nativos de Chile, aislados de suelos y aguas. Estos han sido seleccionados por sus capacidades enzimáticas para descomponer materiales complejos.
El proceso, parecido a un compostaje acelerado, comienza con la trituración de los cigarros y sus empaques completos para aumentar la superficie de contacto. Posteriormente, este material se mezcla en una matriz de origen vegetal y se le aplica el bioproducto.
“El desafío biotecnológico es degradar todos los componentes, incluyendo los derivados de plástico como el celofán y el filtro de acetato, que es bastante recalcitrante”, especificó Carvajal.
Nuevo valor
Ahora, la iniciativa se encuentra en una fase de validación a escala de laboratorio, con pruebas en volúmenes de hasta 40 litros. La finalidad es escalar el prototipo en los siguientes tres años para aplicarlo a nivel industrial y procesar las toneladas que desde aduanas necesitan eliminar.
La meta final no es solo destruir el residuo, sino también otorgarle nuevo valor. De esta manera, el proceso podría generar un compost seguro para uso agrícola a partir del material orgánico, además de separar los subproductos plásticos para introducirlos en otras cadenas productivas, añadiéndolos a procesos circulares.