
Rebecca Lenkiewicz, directora de "Hot Milk": "El trabajo de la vida es ser libres de los obstáculos mentales"
En los paisajes áridos y luminosos de Almería, Rebecca Lenkiewicz construye su primer universo como directora: un territorio emocional donde el amor familiar se confunde con la posesión, donde el cuidado se transforma en prisión y donde la liberación personal tiene el precio de la culpa. "Hot Milk", adaptación de la novela homónima de Deborah Levy, no es solo el debut cinematográfico de la guionista británica detrás de obras premiadas como "Ida" y "Desobediencia", dirigida por Sebastián Lelio, sino una exploración visceral sobre cómo los traumas se heredan, se perpetúan y, con suerte, se rompen.
La película sigue a Sofía (Emma Mackey, la estrella ascendente protagonista de Sex Education), una joven de 25 años cuya vida gira obsesivamente en torno al cuidado de Rose (Fiona Shaw), su madre postrada en silla de ruedas por una misteriosa enfermedad que podría ser tan psicosomática como real.
En su búsqueda de sanación, ambas viajan a la costa española para consultar a un enigmático curandero, pero se terminan encontrando con el reflejo de décadas de codependencia emocional, resentimiento silenciado y amor que asfixia tanto como protege. Es en este contexto claustrofóbico donde aparece Ingrid (Vicky Krieps, Hilo Fantasma), una viajera de espíritu libre que cataliza no solo el despertar sexual de Sofía, sino su proceso de emancipación de las cadenas invisibles que la atan a una madre tan frágil como manipuladora.
"¿Puedes amar libremente si has experimentado trauma? ¿Puedes superarlo?", se pregunta Lenkiewicz en conversación con El Desconcierto, y esa interrogante permea cada plano de una película que se atreve a explorar si podemos escapar de los patrones familiares que nos moldean y si la lealtad filial puede coexistir con la autodeterminación.
— Tienes una experiencia extensa en escritura, especialmente con tu trabajo ganador del BAFTA por "Ida". ¿Cómo fue entrar en el papel de directora por primera vez con "Hot Milk"?
Me encantó. Sabía lo que esperaba y al mismo tiempo fue un shock. Pero me encantó lo colaborativo que fue de principio a fin, con un equipo increíble y el elenco. Fue muy inspirador, muy transformador, honestamente. Fue un momento increíble y sabía que sería importante. Fue uno de los mejores tiempos de mi vida.
— La película cuenta con actrices increíbles como Emma Mackey, Vicky Krieps y Fiona Shaw. ¿Qué significó para ti dirigir una película escrita, dirigida y protagonizada por mujeres?
Creo que es por eso que me atrajo al proyecto, porque había tres roles femeninos increíbles y trabajar con ellas fue increíble. Son actrices muy diferentes, cada una tiene un proceso diferente. Con Fiona hablé mucho en su casa en Londres sobre la escritura, sobre el enfoque, sobre ser irlandesa en lugar de de Yorkshire como en el libro. Ella hizo trabajo corporal con un director de movimiento brillante en Londres para tratar de entender cómo el trauma reacciona en el cuerpo.
A Emma realmente la conocí para decir hola y luego estábamos en el set. Teníamos como cinco días de ensayos en una habitación de hotel. A Vicky la conocí en el set. Era como si las personas se unieran naturalmente. Solo eran estas tres mujeres impresionantes con sus historias, sus ideas y su talento. Era una sinergia fantástica.

— Cada mujer en la película experimenta trauma, principalmente relacionado con experiencias familiares. ¿Cómo abordaste capturar el impacto que el trauma puede tener en los personajes?
Hicimos bastante investigación sobre varias condiciones que pueden hacer que pierdas el control de tus extremidades. Hablamos con un consultor, Chris Simon, en Londres, sobre cómo las condiciones pueden parecer psicosomáticas pero en realidad son físicas, donde las sinapsis se alteran y cómo el trauma puede afectarte físicamente.
Fue un área delicada. Creo que la mayoría de la gente ha tenido algún tipo de trauma y cómo lo trabajas para sacarlo de tu sistema es un desafío, si es que puedes. Una de las preguntas de la película es: ¿puedes amar libremente si has experimentado trauma? ¿Puedes superarlo? Todas esas preguntas se entrelazan en la película.
— Sophia parece tener un papel materno a veces con su madre Rose, pero es claro lo profundo que es el amor a pesar de la disfunción. ¿Cómo trabajaste la complejidad de esta relación madre-hija?
Con el guión tienes que apuntar al subtexto y a cómo se comportan las personas entre sí. Hay familiaridad y hay amor, pero a veces está muy enterrado. Te frustras con los demás, pero la intimidad es bastante cruda y brutal e irritante. Pero el amor de una madre que ha sido madre soltera, que tiene esta terrible condición pero aún te ama, incluso si es dominante y narcisista.
El amor es complejo. He tenido amor complejo en mi vida, donde no puedes decir que eres víctima de algo o que alguien es un villano. Hay diferentes capas. Los roles de víctima y victimario se intercambian a veces.
— ¿Crees que al final, cuando vemos a Sophia arrojar el teléfono de Ingrid al océano y dejar a su madre en medio de la calle, es simbólico de que se ha liberado de su trauma o es aún un trabajo en progreso?
Creo que todavía tiene trabajo que hacer, pero hay un corte del cordón umbilical. También es importante cuando dice "no soy las cosas que quieres que sea, Ingrid". Es como decir: no seré quien me proyectas ser. Porque todos estamos tratando de ser nosotros mismos, básicamente. Y la sociedad, la familia y los amantes, todos construyen a alguien que les convenga.
El trabajo de la vida es ser libres de los obstáculos mentales, ser uno mismo para poder amar a alguien libremente. El final es muy esperanzador. Creo que el cambio ha ocurrido a través de la propia fuerza de Sophia. Cuando dice "debes abrazar la vida", creo que ese es el espíritu de la película: no puedes dejar que la vida se vaya.
— Una de las cosas que llama la atención como medio chileno fue la inclusión de canciones de Violeta Parra en la película, como "Gracias a la vida" y "Arauco tiene una pena". ¿De dónde viene ese interés?
Me encanta cómo resucita voces que tal vez la gente británica no ha escuchado, para decir que está presente, está aquí, está viva, en términos de elegir la vida sobre la muerte. Extrañamente y hermosamente, Matthew Herbert, nuestro brillante compositor, escuchó mi elección y dijo que Violeta Parra era increíble y que estaba trabajando con su nieta. Así que hay un ciclo maravilloso de vida.
Creo que mucha gente no conoce su historia, pero algo resuena en la voz, en el sentimiento. Sabes que algo profundo está pasando musical y espiritualmente, y por eso quería incluirla en la película.