
Piedra en el zapato en la descarbonización de Boric: Líneas eléctricas son rechazadas por cruzar naturaleza de alto valor
Durante los primeros días de junio, la justicia anuló el permiso ambiental de un proyecto para construir una línea eléctrica de alta tensión en la región del Ñuble, por no presentar medidas suficientes para compensar los daños significativos que generaría en el bosque nativo y los ecosistemas de la zona cordillerana en San Fabián.
Este caso no es único y devela el “lado b” de la transición hacia energías renovables que se está dando en el país a través de grandes proyectos concentrados en algunos lugares, cuya energía luego debe ser transmitida hacia donde están los consumidores, a través de largas líneas y carreteras eléctricas que cruzan diversos y valiosos ecosistemas.
Esta situación ocurre en un contexto en que el presidente Gabriel Boric anunció un proyecto para acelerar las inversiones que habiliten el cierre de contaminantes termoeléctricas a carbón en el país. Los principales proyectos a acelerar serán líneas de transmisión eléctrica y proyectos de almacenamiento de energía, para frenar el vertimiento de energías renovables que ocurre por la falta de infraestructura para almacenarla o transmitirla.
Líneas eléctricas y naturaleza
En 2024, uno de los proyectos de transmisión eléctrica más grandes en evaluación ambiental fue rechazado, entre otras cosas, por su impacto en bosques nativos y ecosistemas donde habitan especies en peligro de extinción como la palma chilena, el queule o el naranjillo. Desde la empresa titular del proyecto presentaron una reclamación ante el Comité de Ministros, que deberá pronunciarse sobre el caso.
Otro proyecto en pausa es la línea eléctrica que cruza desde Melipilla hasta Viña del Mar, y que generó movilizaciones en rechazo desde organizaciones ambientales y desde alcaldes de varias de las comunas que cruza.
El segundo tribunal ambiental ha ordenado suspender la instalación de varias de las torres de alta tensión del proyecto, al constatar que el titular no cumplió las medidas de resguardo para especies geófitas. Estas plantas nativas crecen bajo tierra y logran sobrevivir la aridez creciente de Chile central, para florecer cuando mejoran las condiciones. Son el tipo de especies que provocan el desierto florido.
Un conflicto latente entre las líneas eléctricas y quienes buscan cuidar ecosistemas de alto valor, es el que ocurre en Chiloé, donde se aprobó este año un proyecto de carretera eléctrica que une la isla con Puerto Montt, y que habilita la construcción de decenas de proyectos de energías renovables que están en evaluación, a la espera de una línea por la cual sacar su energía desde la isla hacia otros centros de consumo.
Organizaciones ambientales y comunidades mapuche se oponen a esta línea y los proyectos de energías renovables que se están evaluando, porque varios de ellos planean instalarse sobre turberas; un ecosistema tipo humedal con un musgo similar a una esponja, que alberga y filtra grandes cantidades de agua. Las turberas en Chiloé son una fuente de agua potable fundamental, ya que el territorio no cuenta con el deshielo de la cordillera para abastecerse.
Mega carreteras eléctricas
Para llevar a Santiago la energía solar que están generando en masa los parques solares en desierto, fue necesario construir la mega carretera eléctrica Cardones Polpaico, con más de 1700 torres de alta tensión cruzando 750 kilómetros. Fue esta línea donde se generó el apagón masivo que dejó a gran parte del país sin luz en febrero de 2025, demostrando la dependencia que tiene el sistema eléctrico chileno de esta infraestructura específica.
La construcción de la línea generó un arduo conflicto socioambiental en Olmué, con comuneros que protestaban por el impacto del proyecto en el bosque nativo de la Reserva de la Biósfera La Campana; hogar clave de la amenazada palma chilena.
La empresa titular fue sancionada por la Superintendencia de Medio Ambiente, al constatar que la instalación de las torres afectó bosque nativo de conservación con especies amenazadas como el belloto del norte. En 2024, la Corte Suprema anuló el permiso ambiental de diez torres del proyecto, por haberse emplazado en un lugar diferente al indicado, sin informar que afectarían la reserva de la biósfera.
La carretera eléctrica Cardones Polpaico alcanzó su máxima capacidad a pocos meses de instalarse, y la instalación de paneles solares en el norte ha seguido aumentando exponencialmente, sin que haya líneas para traer la energía a Santiago.
En ese contexto se está tramitando un proyecto para construir otra mega carretera eléctrica: el proyecto Kimal Lo Aguirre contempla más de 2.500 torres de alta tensión y ha generado rechazo en organizaciones ambientales de distintos sectores, recibiendo incluso observaciones negativas por parte de Conaf durante su evaluación, por la falta de información presentada sobre el impacto que tendrá el proyecto en la naturaleza.