La rápida pero centralizada instalación de energía renovable en el país, aumenta la presión por construir líneas de alta tensión para transmitir la energía desde donde se produce en masa, hasta los centros de consumo. La construcción de estas líneas implica atravesar amplios territorios, ecosistemas y comunidades.

Este tipo de proyectos ya están generando conflictos socioambientales en el país, como lo que ocurre con la línea eléctrica que atraviesa desde Santiago a Viña, y cuya construcción fue aplazada por sexta vez consecutiva la pasada semana por la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA).

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Nueva línea

Esto porque se constató que, al empezar a instalar las torres, la empresa titular ya incumplió su permiso ambiental al construir sobre plantas geófitas en estado vulnerable, incluyendo algunas de las especie Alstroemeria marticorenae y Chloraea disoides, que sólo existen en la región de Valparaíso y están en peligro de extinción.

Como condición para obtener su permiso ambiental, la empresa se había comprometido a catastrar y relocalizar la plantas geófitas en estado de conservación en las zonas donde se instalan las torres.

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Pero al fiscalizar, la SMA encontró que en los alrededores de 11 torres ya construidas había brotes de estas especies que no fueron retirados y que por ende están siendo afectados por la construcción.

Por eso la institución ordenó paralizar la construcción de torres, que se renovó 5 veces durante el 2023 y una más este año. La medida corría en un inicio para 94 torres del proyecto y hoy afecta solamente a 10 torres, ya que para el resto se actualizó la información y se presentó un plan de rescate y relocalización de geófitas.

Sin embargo, según explica Francisco Sanhueza de la ONG Chile Ambiental, ninguna de las torres podría construirse hasta que el Servicio Agrícola Ganadero (SAG) no apruebe el plan de rescate.

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La SMA formuló cargos graves contra la empresa por estos incumplimientos, para los cuales arriesga una multa de hasta $3 mil millones.

¿Por qué son importantes las geófitas?

Se trata de plantas nativas que crecen bajo tierra y están especialmente adaptadas para lograr sobrevivir las condiciones inhóspitas del clima cada vez más seco y florecer cuando éstas mejoran.

Son estas las plantas que crecen en el desierto florido, y Chile es el país del mundo con más variedad de especies geófitas después de Sudáfrica.

Otras denuncias

El proceso de fiscalización que suspendió el proyecto surgió a partir de una denuncia con información levantada por organizaciones territoriales sobre impactos no evaluados de la línea de transmisión en el medio ambiente.

La denuncia también identifica que el proyecto afectará bosque nativo de preservación donde se encuentran especies en estado vulnerable de conservación, como el naranjillo (Citronella mucronata) y la jarilla (Adesmia balsámica).

La denuncia sostiene que el Estudio de Impacto Ambiental presentado por la empresa no consideraría el impacto a estas especies por lo que tampoco propone medidas que lo mitiguen.

Desde Chile Ambiental, una de las organizaciones que realizaron el catastro, afirman que la Superintendencia de Medio Ambiente aún no se ha pronunciado respecto de las otras afectaciones denunciadas.

El proyecto “Nueva Línea 2×220 Nueva Alto Melipilla-Nueva Casablanca- La Pólvora-Agua Santa” considera la instalación de 110,8 kilómetros de líneas de transmisión eléctrica de doble circuito, junto con la construcción de 242 torres y 216 caminos.

Para obtener el permiso, el titular del proyecto se comprometió a actualizar el catastro de plantas geófitas en estado de conservación en las zonas donde se instalan las torres, y liberar las áreas de afectación directa rescatando las especies que se encontraran en el lugar.

Sin embargo, al fiscalizar, la SMA encontró que en los alrededores de 11 torres ya construidas había brotes de estas especies que no fueron retirados y que por ende están siendo afectados por esta construcción.