
Alemania, Israel y los valores Europeos
Israel se encuentra cada vez más aislado en el escenario internacional, pareciéndose más a un estado paria como lo fue Sud África en los últimos momentos del régimen de Apartheid. Pero esta situación no contribuye a que Israel disminuya su violencia hacia el pueblo Palestino sino todo lo contrario, casi como un acto de desesperación sin precedentes ha intensificado su violencia en Gaza, ocupando además el hambre como arma de guerra.
La reanudación de los bombardeos sobre Gaza ha provocado alarmas en los aliados europeos incluso en los aliados más cercanos como Paris y Londres. Mientras que Berlín va reforzando su solidaridad con ese régimen que está llevando a Israel a un colapso financiero y guerra civil.
El nuevo gobierno alemán liderado por el ex banquero de Black Rock, Friedrich Merz ha reforzado sus lazos con el gobierno de ultra derecha de Netanyahu evocando ritualisticamente su longeva alianza, debido a la historia del holocausto.
El gobierno alemán continuamente ha expresado su preocupación por un supuesto aumento de antisemitismo en el país. Hecho que es ligado inequívocamente a la protesta pro-palestina, basándose una vez más en la gran mentira de que toda crítica al Estado de Israel es antisemita (algo sustentado en la infame definición de antisemitismo de la IHRA).
Pero contrariamente a toda la propaganda que fluye de los medios de comunicación occidentales, la seguridad y vida de los judíos es lo que menos importa a los alemanes ya que con su apoyo incondicional al actual régimen genocida de Netanyahu contribuye a una continua carnicería de la vida palestina además de poner en peligro a la totalidad de la sociedad israelí. No porque ésta sea una sociedad de perpetradores y victimarios significa que esta no sea también traumatizada. Del trauma de los palestinos ni hablar.
Mientras en Alemania la protesta pro-palestina continúa siendo reprimida con cada vez más violencia y autoritarismo, con el último ejemplo de brutalidad policial en el recientemente conmemorado “Nakba Day” en Berlín, día que conmemora la expulsión de los Palestinos de sus tierras en 1948. Durante la protesta la policía atacó brutalmente a la masa de protestantes, días después los medios alemanes victimizaban a la policía porque uno de ellos fue herido gravemente durante los incidentes.
En los videos que circulan en redes sociales se puede apreciar el nivel de violencia policial que golpeaba a la gente en la cara con guantes reforzados. Una semana después, el movimiento BDS que aboga por sanciones, boicot y desinversión como una forma de presión a la opresión colonial de Israel, es declarado anticonstitucional en Alemania. A pesar de ser un movimiento pacífico de carácter ciudadano, este es atacado con el argumento que persigue la “aniquilación de Israel”.
Pero a 19 meses de genocidio e intensa complicidad, toda acusación es una confesión: los alemanes convenientemente omiten que es Israel (con el apoyo alemán) el que está aniquilando a un pueblo entero y no es al revés. En este occidente desquiciado las palabras tienen más peso que los hechos.
De forma similar, el dicho “From the river to the sea, Palestine will be free” es declarado ilegal, porque supuestamente expresa un deseo genocida. Nuevamente se omite el contexto en el que se declaran estas frases, es decir, en una protesta ciudadana en contra de un genocidio real, el cual sucede también gracias a la labor intensa de todas estas autoridades y los medios que lo defienden y justifican.
Pero esta narrativa infame tiene una razón de ser: Lo que hace es invertir la relación victima-victimario, y en eso la prensa alemana ha sido campeona. No hay duda de su rol en crear las condiciones de aceptabilidad del público alemán del genocidio en Gaza (obviamente sin éxito). En estas narrativas, las víctimas palestinas son culpadas por su propia aniquilación; así como las víctimas de la brutalidad policial en Alemania son culpadas por su “agresividad”.
Ese es el estado de la actual inteligencia alemana (“pueblo de pensadores y poetas”) y su extraña autopercepción de sí y del mundo. Fuera de toda realidad, siguen aferrados a la idea que Israel solo se defiende de ataques terroristas. Como dice el nuevo ministro del exterior Johan Wadepuhl de visita en Israel “Tenemos muchos intereses comunes, muchos valores comunes y muchos retos comunes.”
Los intereses comunes se deben sobre todo a los contratos con la industria armamentista, ya que Alemania sigue proveyendo material bélico necesario para las guerras de Israel. De esta forma Alemania es cómplice no solo simbólico sino material de un genocidio. Por esa razón es que Alemania ha sido acusada ante la Corte de Justicia Internacional de la Haya por el Estado de Nicaragua como facilitador de un genocidio, pero esto no ha detenido la solidaridad con ese régimen.
Lo de los “valores comunes” compartido entre Alemania e Israel es más interesante todavía, De hecho, es común escuchar de los líderes europeos de los supuestos “valores europeos compartidos”, evocados cuando hablan de la necesidad de “defenderse ante Rusia” o de “apoyar a Israel”. El tono neocolonial y civilizatorio es innegable. “Afuera la selva, adentro el jardín”. De esta manera Europa siempre se presenta a sí misma como el jardín de la estabilidad frente a un mundo en llamas.
¿Y cuáles son estos valores europeos según los europeos? Son “los valores de respeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de Derecho y respeto de los derechos humanos, incluidos los derechos de las personas pertenecientes a minorías”.
Pero desde una perspectiva más objetiva, los reales valores de Europa son los del imperialismo, del racismo y del colonialismo, la marca histórica de larga data de una Europa imperial y aguerrida. Aunque a esta conglomerado les guste indicar sus últimas décadas como si fueran el pacifismo encarnado (recuerden que la UE ganó el premio Nobel de la Paz).
Sin embargo, su carácter bélico siempre volvía a relucir gracias a esa famosa unión Transatlántica denominada OTAN, sea en la llamada guerra de los Balcanes, o su envolvimiento en Afganistán, e Irak. Aunque la misma OTAN se presenta a si misma como un unión de tipo “defensiva” su carácter belicista queda en evidencia con unas pocas referencias históricas. Así que no nos engañemos de cuales son los verdaderos valores de la Unión Europea. La destrucción de Gaza lo atestigua.
Y aunque al parecer los vientos estén cambiando y los líderes europeos ahora claman a viva voz su apoyo al pueblo palestino como si esas vidas aniquiladas les haya importado alguna vez, no se salvarán tan fácilmente del juicio de la historia. Nosotros nos encargaremos de recordarles siempre su complicidad en un genocidio.