
Día contra el Maltrato Infantil: Cuidar más allá de la obvio
A través de un trabajo permanente y mancomunado entre el Estado, los distintos gobiernos democráticos y la sociedad civil, con el paso de los años, hemos construido una sensibilidad colectiva que condena socialmente determinadas formas de maltrato hacia niños, niñas y adolescentes, como los trabajos forzados o las golpizas.
Sin embargo, aún persisten conductas que también constituyen maltrato, pero que la sociedad tiende a relativizar e incluso a normalizar. Estas situaciones deben ser observadas atentamente para poder enfrentarlas y erradicarlas.
El maltrato infantil se entiende como aquellas conductas de personas adultas que afectan física, psicológica y/o sexualmente a niños, niñas y adolescentes, provocando un daño que puede alterar o amenazar su desarrollo.
Estas conductas pueden ser frecuentes u ocasionales, y pueden provenir tanto del entorno familiar como de otros espacios que las víctimas frecuentan, como clubes deportivos, talleres o incluso del propio entorno comunitario, como vecinos o amistades de la familia.
Si revisamos las cifras de la Encuesta de Polivictimización de Niños, Niñas y Adolescentes (2023), realizada por la Subsecretaría de Prevención del Delito, observamos que un 39% de los encuestados declara haber sido víctima de maltrato alguna vez en su vida. Asimismo, 1 de cada 10 niños señala haberse sentido mal debido a descuidos por parte de sus cuidadores.
Estas cifras resultan aún más alarmantes si consideramos que el 90% de los niños consultados ha sido maltratado por sus cuidadores y el 97% declara haber sufrido maltrato por parte de miembros de su comunidad. La tarea, por tanto, nos involucra a todas y todos, seamos cuidadores directos o no.
Niños, niñas y adolescentes tienen pleno derecho a crecer en un ambiente bientratante, que les permita desenvolverse e interactuar en distintos espacios, reproduciendo esas mismas dinámicas de respeto.
Cuando decimos que las personas adultas debemos ser garantes de derechos, estamos haciendo un llamado a tratar humanamente a las niñeces y a respetar su integridad. Es momento de preguntarnos: ¿por qué para algunas personas es válido corregir a un niño con zamarreos o golpes, pero no a un adulto?
En 2023, la misma encuesta de polivictimización reveló que un 48% de los niños reconoció haberse sentido mal por insultos provenientes de algún adulto cercano. A su vez, la Encuesta Juventud y Bienestar de SENDA mostró que un 33,9% de los jóvenes ha sentido que es un fracaso y un 40,8% ha sentido que no es bueno para nada.
Ser garantes y cogarantes de derechos es, sin duda, un desafío. Quienes hoy somos adultos crecimos en una sociedad que no exigía este nivel de responsabilidad. Somos personas que enfrentan múltiples exigencias y tensiones diarias que, sin duda, pueden dificultar la tarea de cuidar a otros. Por eso, las redes de apoyo entre pares son fundamentales: permiten compartir experiencias y encontrar formas más saludables de relacionarnos con niños, niñas y adolescentes.
Del mismo modo, el Estado tiene un rol central en la generación de estas redes. A través de la Ley de Garantías de la Niñez y de iniciativas como el programa Chile Crece Más (ex Chile Crece Contigo), se han implementado acciones orientadas a promover mejores formas de trato.
Chile Crece Más, por ejemplo, ofrece talleres como el Programa Triple P y Nadie es Perfecto, enfocados en entregar estrategias a cuidadores para enfrentar situaciones complejas -como las pataletas- mediante metodologías grupales y personalizadas que ayuden a superar esos momentos sin recurrir a la violencia ni generar resentimiento hacia los hijos.
Además, herramientas como el Fono Infancia (800 200 818) permiten a madres, padres y cuidadores acceder a atención psicológica para enfrentar momentos de tensión o simplemente recibir orientación sobre la crianza. En ese espacio es posible resolver dudas sobre agresividad, pataletas, cambios de conducta o incluso sospechas de vulneración de derechos.
También está el Fono Familia de Carabineros (149), que facilita la derivación y orientación para acceder a la oferta pública ante casos de violencia intrafamiliar o vulneraciones y el Fono Niños (147), disponible las 24 horas del día los 7 días del año y enfocado en menores de edad que puedan estar en riesgo de vulneración de sus derechos.
No obstante, esta tarea no recae únicamente en quienes ejercen la crianza o el cuidado directo de niños y niñas. La corresponsabilidad social es más relevante que nunca para mantener ambientes libres de violencia. Involucrarnos en redes de apoyo y acompañar a quienes cuidan es tarea de todas y todos, porque el trato que les damos hoy a las niñeces habla de la sociedad que somos y, sobre todo, de la que estamos construyendo.